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Lo del inicio de este turno aunque tiene poco que ver con el robo, lo coloco porque me veo que no podré oportunidad de revelarlo después

<El robo al museo nacional
Beatrice se despide de sus dos hijitas. Toca partir de viajes de negocios al imperio, específicamente Venezuela. Es lo que tiene ser una periodista de fama mundial, el trabajo te llama a la puerta a todas horas incluso en tus días personales. Carlie se aferra a la pierna de su madre, llorando, mientras que Sam observa todo con cara estoica y brazos cruzados desde la mitad del pasillo. Es obvio cual de las dos está más resignada frente el hecho de que su madre trabaje tanto, y se ausente durante una semana entera incluso. Carlie y Sam tienen una sintética (Automata) que sirve de niñera, pero es complicado que una maquina pueda sustituir la calidez y afecto de su madre real.

Un jet privado con el icono de Pluto.inc en un costado sobrevuela el país, obviamente con todos los permisos pertinentes ya que el conglomerado tiene buenas migas con los Britannias, a pesar que en un principio Pandora y Shi Tzu se mirasen feo. Por las ventanas se luce el Avila y el valle de Caracas. La nave aterriza en el aeropuerto internacional de Maiquetía, también conocido en tiempos pasados como La salida. Pasa las aduanas con su Super Pasaporte Diplomático Deluxe de periodista estrella.

En la acera en el exterior del aeropuerto, cuando un chófer de uno de los taxis aparcado ve a la periodista, enseguida pone el cartel NO DISPONIBLE a EN SERVICIO y conduce hasta ella para llevarla a su destino. Beatrice mira por la ventana al conductor antes de montar sus maletas y subirse ella. Indica a donde va y el taxi se pone en marcha sin cobrarle.

???: ¿Disfrutaste tu vuelo?

Beatrice: No tuve tiempo. Es lo que tienen que las naves cada día sean más rápidas, hay menos margen para saborear las delicias de la primera clase. Sigo prefiriendo los cruceros.

Mientras habla la periodista se va desabotonando su traje rosa. A diferencia de Pandora sigue prefiriendo la ropa de toda la vida en vez de los nanobots. Las telas y materiales de vestir seguro son menos eficientes que esas maquinas diminutas, pero para Beatrice lo artesanal posee un encanto insuperable, de ahí que sea cliente fija de Le Nixx, Armani, Prada, Fendi, Valentino, las grandes casas de moda del mundo.

El chófer echa un vistazo por el retrovisor. Sin el traje ceñido que disimula bastante bien los atributos de la mujer madura, sale a la luz la sugerente lencería que lleva debajo. Beatrice sabe que Monkey la está espiando, pero no se muestra incomoda y se sigue cambiando con toda la naturalidad del mundo, tiene en su bolso un vestido más abierto e informal que se coloca.

Beatrice: ¿Tienes agua?

El Del Toro le extiende una botella de agua mineral que guardaba junto la palanca de cambio. La mujer se moja las manos y se echa agua en el pelo, desordenando su peinado liso hasta que queda ondulado, su forma natural.

Pasan por el sitio de reunión donde se encuentran con Blanco y Manos lindas, para discutir los detalles del asalto al museo, estudian los planos, los puntos ciegos, el número de guardias y sus patrones de patrullaje, etcétera.

Con la llegada de la madrugada tres de los cuatro ladrones de la Mano Peluda se internan, ya vestidos para la ocasión, en el santuario de la historia y la sabiduría. Blanco/Alberto permanece fuera, sentando de piernas cruzadas sobre el Cambur que está oculto en un callejón cercano, el espadachín es la fuerza bruta, es decir el que aparece cuando las cosas se salen de control. Pero como todo está tranquilo permanece meditando, con la espada descansando en su hombro.

Dentro del museo, Margarita se desliza hasta el cuarto de vigilancia, noquea a los posibles guardias de un manotazo en la nuca y manipula las cámaras para dejarlas en un bucle de vídeo. Con la misma sutileza con la que entro, sale de la sala de vigilancia y se desplaza por el museo, en busca de otros guardias que reducir. Al pasar por la exposición de armas, sus ojos café se clavan sobre una de las replicas expuestas: La Benizakura de Asesino Nizou. No puede evitar fruncir el entrecejo frente esa imagen y siente cosquillas imaginaria en las plantas de los pies. Sacude la cabeza para espantar los posibles malos recuerdos que puedan brotar, y sigue su camino Entre mis super-soldados obsoletos (23 asesinos), cada quien tiene tatuado el número que representa. Por ejemplo Nizou era el 21 y su amante, la poseedora original de la Benizakura, tenía el 15. Margarita es la novena, aunque ella se mandó a borrar el tatuaje que llevaba desde niña bajo sus pies. Aprovecho de contar esto ahora porque como dije creo que después no tendré tiempo de exponerlo

En una sala aparte, Monkey tiene puesto el casco de Zero mientras hace movimientos exagerados y dramáticos con la mano como si estuviera dando un discurso frente al mundo. Manos Lindas se puso el de Char Aznable y ahora hacen como que pelean a lo Saint Seiya o Jojo. Piensan que nadie les está mirando y por eso se permiten ser estúpidos, hasta que se aburren y deciden ir a por la franela de la Vinotinto. Que sí, nunca ganan nada, pero vinotinto es vinotinto, orgullo nacional. En el trayecto Monkey tumba por accidente el mazo de Diosdado y este se quiebra en dos.

Por otro lado Margarita le echó el guante al amuleto conseguido en unas grutas calurosas (Supongo que tiene joyas o algo).

Pues a mi lo del dibujo me parecería muy tierno de su parte. Pero entiendo que desde una perspectiva realista no calzaría o sería mal visto por muchas personas

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