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>Barba Negra aka Simón en treinta años y Marianna
"Cosas bonitas es algo de belleza, agradable para el observador... Ustedes por ejemplo son bonitos. Yo por ejemplo soy bonita. Pero no significa que la belleza sea igual, sino que depende de la perspectiva y del tipo. Aquí, cómo las gemas abundan, pierden su capacidad de deslumbrar y peculiaridad. Si fuese lo contrario y escaseasen, la perspectiva de ustedes los nativos sobre el..."

Estaba a nada de dejarse llevar y utilizar las palabras Excremento de los dioses. Se detiene en el apto y niega con la cabeza, se sentiría muy vulgar decir una palabra como esa en voz alta. La condesa podrá ver la vida en la corte como un juego de aparentar, pero aprecia los modales y el pudor.

"En el tipo estaría la naturaleza de la belleza. Por ejemplo un paisaje idílico tiene una hermosura diferente a las de una mujer. A su vez, una mujer se diferencia de otra en su buen ver... La señorita Itzanami aquí presente, es una belleza tímida e ingenua, una virgen que causaría el deseo de cualquier bribón dispuesto a arrebatar su pureza, como la lujuria de un hombre respetable en busca de una espora pura que caliente sus noches. Yo sería una belleza... Elegante"

"¡Y tetona! ¡Son como dos melones!" Barba grita y se da palmadas en su propio pecho. Marianna lo mira de reojo con notable irritación hacia el hombre libre.

"Prefiero la palabra: Voluptuosa. Gracias"

"¡También es una vieja! Ya te vi haciéndole ojitos, Ichpalanca. Pero cuidado, podría ser tu madre, ¡Huehuehue!"

De nuevo un leve rubor tiñe las mejillas de la pelinegro. Alza la mano para aclararse la voz y recoger su orgullo. Lo que dice Barba negra es cierto y la condesa cuenta con 50 inviernos a sus espaldas. Marianna utiliza la ET para mantener la edad de su cuerpo invariable, al punto que incluso si muere, la ET concentrada en su cuerpo impediría que su cadáver se pudriera. Tiene un par de hijos en Rusia, y por la edad de Ixbalanqué, este podría ser perfectamente un descendiente suyo.

"No difames al noble Ixbalanqué, primo. Aunque lo considero muy instintivo y poco cuidadoso a la hora de expresarse, no quita que seguramente sea un joven respetable, en vez de un hombre vulgar y sucio como tú. Quizás el joven esté algo confundido por la libertad que se le da la carne en estas tierras, pero no es nada que se arregle con educación" Contesta a Barba negra sin mirarlo, consciente de la sonrisa burlona de este. "Admito que jamás podría usar una ropa como esa que llevan... Es demasiado reveladora"

"Yo no me conformaría con solo ver. ¡Me gusta agarra y apretar!" Barba negra cierra y abre sus manos al frente, flexionando sus dedos gruesos como troncos. "Claro que no eres parecido a mi... ¡Yo lo tengo más grande! ¡Huahuahuahua!" El hombre libre carcajea como si hubiese dicho el comentario más ingenioso del mundo. "¿Qué? ¿No me creen? ¡Se los mostraré!"

"¡Detente, bestia!" Grita la condesa cuando el hombre libre estuvo a nada de dejar caer sus pantalones. "Nadie aquí necesita ver eso... Compórtate"

Marianna no ve a los españoles como hombres sentimentales o verdaderamente valerosos, sino que en realidad son igual de animales en todas partes. Incluso en las cortes hay más de uno que se deja llevar por actos lujuriosos, que escandalizarían al plebeyo menos culto.

"Eso de derretirse en los cuerpos de otro suena demasiado lascivo para mi gusto. ¿Sensible? Depende de la mujer... No es como si todas tuviésemos los mismos gustos" Marianna apreció a un caballero de buenos modales, actitud romántica y detallista, pero no sin sacrificar su lado varonil. "Admito que la impulsividad y candor de los suyos podría resultar atrayente para algunas"

Es bastante difícil que una noble acepte en publico su gusto por los nativos de América, al punto de llamarlos salvajes. Pero Marianna sabe que más de una aceptaría echarse en los brazos de los hombres del otro lado del mar, debido a lo exotico y diferentes que son de los hombres que conocen.

"¡Huehuehue! Los dioses no existen. Al menos yo nunca he visto que exista algo que merezca mi veneración... ¡Oh, espera, si hay algo! ¡La libertad! ¡Esa es mi única diosa! Nunca te pide nada, en vez te lo da todo" Responde el hombre libre con una gran sonrisa desdentada. "Allá ustedes y su creencia... No, el mundo no tiene fin... Excepto hacia allá" Señala al Oeste. "Ese es mi fin del mundo. Está completamente prohibido. Sí, Europa, ahí es donde vienen la mayoría de estos paliduchos. Mi prima viene de más lejos, en una tierra helada donde algo llamado nieve cae y el frío se te entierra en los huesos... ¡Es horrible!"

"¿Qué dices? Las nevadas son preciosas" Defiende la pelinegro.

"¡Son terribles!" Difiere Barba negra. Vuelve su atención a la indígena. "Sé muchas cosas porque no hay cadenas que me detengan... ¡Señalo un lugar y voy! Eso de decir: Es peligroso... O, es imposible... O, jamás he salido de mi pueblo, tengo miedo... Solo lo dicen los débiles"

Lanza un escupitajo verde al suelo. Desprecia a mucho a los cobardes y a quienes se limitan.

"Están los chinos... Están los japoneses... Están otros que les mongoles... No son tan mojigatos como los Europeos. Ellos si saben apreciar a una buena mujer. Me encantan las japonesas, sí que saben como tratar a un buen hombre. Hay unas, Geishas creo que le dicen, que ni parecen putas a pesar de estar en el negocio de las carnes... Unas damas. Incluso yo aprecio la buena feminidad de vez en cuando"

Nota como el otro moreno se mete en la conversación para alejar a la chica. Barba negra resopla por la nariz.

"No me molesta que pregunte. Me gusta oír el sonido de mi poderosa voz. Sí, se les dicen naves, o barcos. Hasta ahora el más impresionante que he visto fue un barco chino grande, con mástiles altos como castillos e igual de amplio que una montaña" No recuerdo bien las fechas y años donde sucedieron cada evento de los que habla Barba negra, así que pido disculpas de ante-mano si causo una falla cronológica. Lo digo por que no sé si ese barco chino gigante (Cuyo nombre no me acuerdo) existió en los siglos donde se ambienta este pre-lore. "Algunos usan madera... Yo uso un método diferente"

Agranda su sonrisa y se frota las manos. Del cuerpo del hombre libre brota una energía oscura y helada. Extiende las manos hacia el cielo. Entre una niebla gris, sobre la cabeza de los presentes, aparece un barco de velas y madera oscura.

Español irrelevante 1: ¡M-Marco, un barco, apareció un barco de la nada en el cielo!

Español irrelevante 2: ¡¿Quéeeeee?!

Barba negra nota la atención y lo desaparece.

Español irrelevante 1: Ah, ya no hay nada, me equivoqué...

Español irrelevante 2: Bueno...

No fueron la gente más espabilada del mundo. Barba negra confirma que sí, el Perla puede soportar huracanes.

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