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>En Japón
<En el exterior...
Cristal no luce impresionada por la seguridad de Ryusuke, ella es más de acciones que de palabras. Aprendió que a las segunda se les lleva al viento, mientras que las primeras perduran por la huella de sus consecuencias. Por algo se volvió militar, es un mundo más duro pero más franco y directo.

"30 son suficientes... Ahora rompelas, niño" Dice con una indiferencia revestida de acero.

Ahora con la paz varios tenientes son más tolerantes frente la idea que un jovencito se una a sus filas, para fortalecer el carácter y todo eso. Pero Cristal no, no cree en la paz, sabe que la guerra nunca termina, y lo que están viviendo solo es el descanso entre batalla y batalla. Por algo le disgusta la idea de tener alguien poco confiable entre sus escuadrones de marineros.

Ryusuke golpea desde encima la torre de tejas. La primera cede con extraña facilidad, la segunda es endeble, la tercera es normal, la cuarta se resiste un poco, la quinta se resiste más, la séptima le abre la piel al chico, la octava le detiene de lleno. Obviamente no son tejas normales, y que tengan un número en un costado prueba que van en orden. Su resistencia se va acrecentando hasta que las últimas suelen ser tan duras como la coraza de los mejores mechas de guerra.

"¡Te falta mucho!" Empuja a Ryusuke para apartarlo y ponerse ella frente lo que queda de la torre. Sus ojos fieros se centran en la misma. "¡No basta golpear primero! ¡Tienes que hacerlo con fuerza, duro, sin piedad! Porque el mundo no siente misericordia con nadie, ¡Así!"

Su codo azota la octava teja. Las fracturas resuenan. Las grietas descienden como un puñado de serpientes iracundas. La torre estalla en fragmentado, quedando solo las cinco últimas de la treinta. Cristal baja los brazos y suelta el aire en sus pulmones, este sale cálido como si ella fuese una caldera. Mira de reojo a Ryusuke.

"Pudiste haber vivido siempre bajo las faldas de tu hermana... Pero es momento que salgas de allí para nunca regresar, y te conviertas en hombre. Un varón de verdad, una montaña de testosterona. Nuestro capitán sería buen ejemplo, él es más duro que los muslos que te trajeron al mundo, y una mujer débil jamás podría parir. Por eso inventaron aquella tontería de la cesárea"

Isaburo: Que observadora es Mafalda... *Sigue con sus comics*

"Serás fuerte. Nada como esos maricas tragadores de soya que tanto profetizan lo de Abrazos, no balazos. A esa gente los demás se lo devoran como si fuesen papas a la francesa"

A Cristal le gustan las papas a la ~~Marie~~ francesa.

Adolf: Teniente, la palabra que usó podría resulta ofensiva para algunas personas.

"¿EH?" Cristal se gira hacia el rubio como una tigresa a la que le tocaron los colmillos. Respeta a Adolf, lo considera un igual, y una persona de temer. Pero no quita que difieran en opiniones. "¿Cual?"

Adolf: Marica. La comunidad LGBT está en todas partes. Recuerda la conferencia sobre la tolerancia que tuvimos el año pasado.

"¿A quien ofendí? ¿Quien es el copito de nieve único y diferente que se echa a llorar por las palabras? ¡¿Tú?!"

Mira a un civil de la calle. Este suelta un chillido y huye.

Adolf: *Suspiro*

Isaburo observa todo desde su silla plegable. Nadie está muerto ni sangrando, así que todo esta bien. No, espera, Ryusuke anda sangrando, se rompió la mano. Pero más se perdió en la guerra y volvieron silbando... O al menos los ganadores lo hicieron. Vuelve a sus viñetas.

"¿Ya estamos en octubre? Como pasa el tiempo..."

Al Nishinomiya no le suena el tipo alto con traje y manos de espagueti. ¿Peter la anguila, era?

"Trato a todos así. Quizás superes los veinte, pero sigues siendo más joven que yo, ¿cierto? Con los años siempre viene un poco de condescendencia. ¿Un duro camino? Bueno, nunca hay vía fácil, y las que lo parecen seguro tienen una trampa. Yo simplemente recorrí el sendero que la vida me tendió y... Aquí estamos"

Mira de reojo a la chica.

"Ya ando en los últimos tramos. Pero a ti te falta mucho que andar. Tampoco disfruto de estar sermoneando, pero... Aprovéchalos"

Se levanta, guarda los comics bajo su brazo, y avanza hacia el hermano de Sumire. Iso le escucha con una expresión de póquer, como si estuviese pensando sobre la inmortalidad del cangrejo. Es decir es la cara que trae casi todo el tiempo, incluso la mantenía cuando naufragó durante varias semanas en una isla con aquel Lancaster gritón.

"Claro... Inténtalo. Haciendo cálculos a las rápida, te tomaría como 30 años navegando los mares para alcanzar mi posición, y en el procesar superar a todos mis cabos, sargentos y tenientes. Haz una lista si quieres, se te hará más fácil sentir que progresas"

Mira a Cristal.

"Encárgate del muchacho... Tráemelo mañana y presentame tu decisión. Debo asistir a una reunión"

En pocas palabras Isaburo le delegó a la rubia la decisión de escoger si Ryusuke se queda. El capitán se da la vuelta para retirarse, porque no vino a Japón solo a verle la cara a los albinos, sino que tiene asuntos pendientes. Y con asuntos pendientes es encontrarse con unos antiguos colegas en el bar.

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Bueno, los monos que escogí para descendientes de mi mono tienen el pelo blanco/plateado/gris camuflado. Ya luego te muestro quienes son si quieres

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