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>>234221
no me jodas que....
>Balder

Una vez en el lugar, por alguna extraña razón, la monja se queda quieta unos segundos mirando hacia los adentros del hogar de ancianos. Pero, aparentemente, fue por las palabras que el erudito le había dicho acerca de su vestimenta diaria.

"no, no, no...." negó ayudándose con un movimiento de manos "si bien el zorro es de llevar ese tipo de prenda, yo me encuentro a gusto con lo que llevo ahora. Pero gracias por su oferta"

Es cierto, no mentía. Si bien, mucha ropa no había echado en la mochila el gato cuando se fue de su casa. Con el torso cubierto por una tela blanca, parecida a un suéter con estampado de corazón en medio, unos pantalones negros holgados y zapatillas blancas, le bastaba para su día a día.

Una vez la charla terminada, bajan por unas cortas escaleras que llevan hacia el hogar de ancianos. En el cual la mujer es recibida con suma calidez. Demostrando que es una conocida habitual que suele ir por ese lugar, ademas de ser muy querida por el servicio voluntario que otorga a las personas que se encuentran a un par de pasos del ataúd. Lo que le pareció curioso es que solo trabaja con humanos, o al menos, hasta el momento, en ningún ocasión se le ha visto con seres que no pertenezcan a esa raza, o mejor dicho, a este mundo.....

Aun asi su llegada es recibida de la mejor manera que se le pueda otorgar. E, incluso, su presencia es suficientemente poderosa en aquel lugar como para desviar la atención del chico con mascara. Quien solo hacia una ligera y lenta reverencia a los ojos curiosos que lo observaban, o, para ser mas preciso, que observaban su mascara de tortuga. Los podía entender, no los culpaba, no es común llevar la cara tapada con algo hacia cualquier lugar que vas y se la hubiera quitado si eso no significara dejar de ser el y empezar a ser otro. Cosa que, si bien no le molesta, probablemente incomodaría a otros por lo que pueda suceder.

Pero, a pesar de esto, la velada transcurre con total normalidad. Y en ese periodo corto, a ojos de la anciana tortuga, de tiempo, cleaire logro apaciguar a las pobres almas que parecían rogar por un oído que las escuche. Mas todo tiene que terminar, incluido su pequeño "trabajo" por ese lugar.

Es así como ambos se despiden de manera distinta, la monja pidiendo disculpas mientras juraba volver otro día, y la tortuga de forma silenciosa inclinando un poco la cabeza, ignorando las disculpas que la mujer le pidió debido a su tardanza.

Acto seguido, suben las escalerillas para salir del lugar y comenzar a caminar en alguna otra dirección distinta a la iglesia. Hasta que la mujer le hace una pregunta un tanto extraña a la tortuga.

"...." silencio, eso fue lo primero que paso. Pero era porque se encontraba pensativo ante aquellas palabras.

Volteó la cabeza para mirar la tienda y comenzó a buscar dulces, tal vez pastel, tal vez otra cosa, en algún escaparate que tenga. Aunque, a pesar de esto, no pudo evitar preguntar.

"disculpe, señorita.... puede... que sea por mi edad o el que me haya encontrado distraído, pero no entendí muy bien su pregunta" Hizo una pausa, mientras elegía las palabras adecuadas para el momento. "¿a que se refiere exactamente con "individuo comestible" si se puede saber?"

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