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>Pasillo de un hospital, en silencio, los pocos movimientos sonoros en la zona eran debido a las maquinas y camillas que circulan de vez en cuando en el área de gravedad. Las paredes grises de todos desabridos son las que rodean a ambos, frente al más cercano lugar que podría estar del implicado accidental, tomando asiento y esperando los resultados del análisis a aquel mal indefinido. Una mano suave y de piel delicada a la sensación, flexionada un poco sobre si misma debido al flujo de emociones de la persona poseedora. La monja no responde, por lo menos con palabras, a lo dicho en consuelo, se detiene al escuchar perfectamente acerca de una esperanza. Escucha el silencio mayoritario y los sonidos de los artefactos a alrededores, tales como el parpadeo continuo del tubo de luz o el golpeteo de las hélices del ventilador. Una noticia se acerca, en forma de doctor se aparece una persona quien brinda con poco detalle a relucir lo ocurrido hacia el niño. En algún momento en la escuela una sensación de desorientación y debilidad repentina, el malestar no termina hasta ahora y no parece tener fecha final determinada. A simple vista poco valor tiene la fe de la chica encargada de esos niños, el estado vegetativo se mantiene perpetuo en el niño. Dormido por tiempo indefinido, el infante se mantendría a cuidados médicos especializados. Latente en él durante el tiempo que lleva existiendo, la enfermedad era catalogada como un mal congénito. Devastador ahora que ella tomó cierto grado de esperanza, acepta y silencia, resignando aunque no había forma de contrarrestar.
(Cleaire) Muchas gracias
>Habló hacia el niño que entro a su consuelo. El día era soleado de cualquier forma, sin presencia de niebla por los alrededores del hospital, lentamente, ingresando más en ella, regresan a la iglesia de donde habían partido varias horas atrás. De forma similar a como se marcharon, los niños regresan en distintos vehículos de transporte, el profesor que enseñó particularmente a aquellos dos niños se marchó hace un corto tiempo, la monja tuvo intercambios de palabras con distintas personas al momento de la llegada. Dentro de su punto de vista otro día alegre más en compañía de cierta chica. Llegado el momento del almuerzo, todos como era habitual se formaron alrededor de aquella gran mesa. Poco tiempo tuvo la monja para continuar con el momento de la comida, pero de alguna forma tuvo un arreglo en el asunto. La plancha de madera se extiende de forma organizada para cada uno, sin embargo, un asiento se encuentra vacío, una persona se encuentra ausente, varios son los niños que se muestran confundidos ante este fenómeno inusual.
(Cleaire) Tranquilos, uno de nuestros niños no estará durante un tiempo. No se preocupen, estoy segura que pronto volverán a ver a Joseph.
>Dice nuevamente acompañando con una sonrisa a aquellos niños, el acto tranquilizaría a los pocos que preguntaron sobre esto, algunos otros te observaban nuevamente a este punto la acción continua se vuelve común. Después del almuerzo, los rostros de los niños sin vacilación se muestran de forma casi idéntica al día anterior. Pocos incidentes, tranquilidad en general, aunque en ella se mantiene oculta la información del niño hospitalizado. La mañana clara termina con la intervención del chico de las mascaras con los distintos niños, muestra de convivencia entre ellos, parece que el poco miedo que algunos guardaban hacia la corteza se disipó. Llegando el tiempo entre tardía tarde y temprana noche los niños continúan con el ritmo de reposo temprano. Una cena calmada en paz de igual forma, después de esta, en parte de la iglesia propiamente dicha se encuentra la chica deseando el bienestar. La noche trascurre rapidamente, un nuevo día se presenta.

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