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Anónimo {{'2021-07-20T11:55:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 83580

>>83015 (OP)
>La primera no será tan profunda, tratará de una protagonista que enfrenta sus problemas (más bien los evade) con ayuda de drogas que la envían a un mundo donde todo es perfecto y ella es feliz, pero poco a poco su mundo de fantasía se va corrompiendo, ya que ni siquiera las drogas pueden ayudarla a escapar de sus problemas, obligándola a enfrentarse al mundo real y así poder vivir tranquila

Lo primero que debes hacer es estructurar tu relato. Debes tener claro lo que vas a escribir, al igual que el boceto de un dibujo o un plano de arquitectura. Un relato por lo general se divide en tres actos: planteamiento, desarrollo y conclusión.
En el planteamiento se muestra el estado de tu personaje, su vida normal hasta ese momento. ¿Quién es? ¿Qué hace para ganarse la vida? ¿Dónde vive? ¿Con quién vive? ¿Qué tipo de persona es? Como ejemplo, tu personaje en este momento ya consume su droga y vive en su mundo de felicidad. Puedes describir cómo es un día normal en ese mundo para tu protagonista. Tu personaje tiene asumido que el resto de su vida vivirá así y no sospecha de lo que se le viene encima.
Ahora llega el desarrollo. Ocurre un evento, del tipo que sea, que le causa un problema. Puede ser un accidente, una revelación, una visita inesperada, lo que se te ocurra. El caso es que a raíz de este evento tu personaje se da cuenta de que las drogas no es la solución a sus problemas. Entonces decide dejar las drogas. Tu personaje ahora tiene una motivación: dejar las drogas, y esta motivación es lo que guiará a tu relato a partir de ahora. Ahora bien, dejar las drogas, como todo el mundo sabe, no es fácil. Ya tienes un primer conflicto. Puede que tu personaje recién se haya dado cuenta de que es una drogadicta. Puede iniciarse una lucha psicológica con ella misma para vencer la adicción. Se percata que ella sola no va a poder y pide ayuda, sabe de alguien que la puede ayudar, pero esta persona la rechaza, ahí tienes más conflictos y dramas. O puede que se haya creado una dependencia rara que a partir de ahora debe tomar esa droga si quiere que su cuerpo siga con vida. O que se trate de una entidad maligna. En definitiva, lo que se te ocurra, tú eres el que conoce tu historia. La idea es que tu personaje desea algo, algo vital para él y no encuentra más que obstáculos que debe ir resolviendo, hasta que lo resuelve del modo que sea, esto es el climax de tu historia.
En la conclusión se muestra las consecuencias de haber resuelto el problema, o de no haberlo resuelto. Puede ser trágico, feliz, lo que sea.
En síntesis, debes tener un esquema con el orden de eventos que debes seguir hasta llegar al final. Por supuesto que tienes libertad para cambiar lo que te de la gana, o no ser tan rígido, pero debes tener una guía.
Ahora te falta tu personaje principal. Igual ya lo tenías de antes. De todos modos, debes tener claro quién es tu personaje. Lo mejor es hacerlo una biografía, escrita. Esta puede ser extensa, corta, parca o detallada, como mejor se adapte a tu forma de trabajar. Esto es importante para darle consistencia a tu relato. Si conoces a tus personajes, de algún modo el relato va fluyendo de forma natural y te resultará más fácil encontrarle conflictos y crearle dramas, a él o a quienes le rodean. Además de tener una idea de cómo se va a comportar tu personaje en distintas situaciones. Haz un pequeño ejercicio. Escribe sobre todo lo que hiciste ayer, donde estuviste y cómo te sentiste. Luego invéntate el día de ayer de un desconocido. Seguro que vas a poder hacer las dos cosas, pero vas a notar que en el caso del desconocido has ido a tropezones y dificultades porque debes imaginarlo todo y hacerlo coherente. Ocurre lo mismo si no tienes idea de cómo han vivido tus personajes. De ahí la importancia de interiorizarlos dentro de tu cabeza como si estuvieras recordando lo que viviste ayer.
La técnica de narración ya es algo que vas adquiriendo con la práctica. Lo mejor que busque uno de esos libros que más o menos te enseña cómo hacerlo.
Por último algo que puede parecer muy obvio, pero resulta de ayuda recordarlo. Tu historia siempre es un borrador, incluso si llegas a publicarlo, siempre hay algo que mejorar, quitar, cambiar, añadir.

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