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Anónimo {{'2020-05-07T15:56:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 370286

>>370119
A saber que día era ese, tenias 23 días sin un descanso en la empresa, hoy por la calle no era diferente a cualquier otro, con el cielo nublado y la lluvia cayendo, al menos esta vez no era ácida, en aquella esquina del edificio de correos casi en ruinas los de tu clase social hacían cola por un hot dog. Tomaste la calle 33 como siempre hacia tu edificio, solo querías llegar, comer algo de cereal y dormir, era suficiente por hoy, debía terminar, giraste hacia la derecha donde pudiste ver el callejón donde dejaban la basura para ser recogida, el aroma era bestial y subía hasta tu departamento en el piso 13, tendrías que subir y bajar tu basura mas tarde, la pereza inundaba tu cuerpo mientras mirabas las bolsas negras con desechos y entre ellos... A una persona, detuviste tu andar y arqueaste las cejas mientras intentabas ver entre la obscuridad del callejón, esa era una niña, sentada abrazaba sus pierna mirando al suelo, tras el ascenso al poder del político y empresario James Cassie no era raro ver huérfanos, la economía había sido golpeada por su monopolio y aquellos de clase mas baja terminaban en la calle, vendiendo o simplemente sacando a sus hijos de casa al no poder mantenerse ni a si mismos, aunque el mundo fuese violento y lleno de problemas lo que aun existían humanos como tu, cuyos corazones aun podían sentir lastima hacia aquellos que sufrían ¿Estaba mal ofrecer algo de ayuda? Te acercaste un poco para ver si estaba bien, te arrodillaste tomando una distancia de casi 5 metros para no asustarla, levantaste la mano llamándola pero no te respondió ¿Te duele algo? ¿Estas bien? ¿Tienes hambre? La ultima pregunto la hizo levantar levemente la cabeza, pudiste ver su rostro, diferente a cualquier otro huérfano esta se notaba un poco mas cuidad, seguramente tenia poco tiempo en la calle, su vestido de buena tela y pocas manchas te daban otro detalle, señalaste tu piso diciendo que era ahí donde vivías y podías darle algo de comer, nuevamente no te respondió, claro que no confiaría en un desconocido, tu tampoco lo harías, no te querías rendir fácilmente, le diste tu nombre mencionando tu trabajo, ofreciste lo que tenias en casa, un sándwich, un par de manzanas, sopa, buscabas algo que llamara su atención, notabas como poco a poco comenzaba a saborear moviendo la boca, si subía le darías algo de comer, por tu cabeza no pasaba algo así como adoptar, no eras la persona con mejor economía del mundo y mantener a alguien haría que tuviese que trabajar mas... Mucho mas de lo que ya lo hacías, bastaba con un plato de comida, quizás el baño y mas tarde recomendarle ir a alguna casa de ayuda; Acortaste la distancia ofreciendo tu mano para poder llevarla, te miro sin miedo, mas bien parecía algo agresiva, deseando que no te lastimara ni gritara llamando la atención de alguien tomaste su muñeca.
...
El edificio donde vivías era una serie de apartamentos pequeños que se caían a pedazos, por 70 Eurodolares era una buena oferta, contabas con sistema eléctrico y tuberías, tampoco pagabas gran cosa en las cuentas así que no podías pedir mas, la niña permitió que la pusieras de pie y sin soltarla subieron las escaleras por el vestíbulo hacia el elevador, encerrados en aquella caja de metal tuviste que cubrirte la nariz al sentir su aroma, había estado metida entre la basura y olía realmente fuerte.
Un "Ping" sonó antes de que las puertas se abrieran y pudiesen salir al pasillo en el piso indicado, caminaron por el, las paredes con la pintura corroída, las manchas en el suelo, las telarañas en las esquinas, el grito de los vecinos y la ciudad de fondo, era una escena de terror pero para ti, era un día mas, tenias mas miedo a sentir el cañón de un arma en tu nuca mientras te pedían tu cartera; La habitación era la 40- C, así de amontonados estaban todos ahí, tomaste tu llave y abriste dejando ver el interior de casa, una sola pieza donde tu cama sin soporte descansaba en el suelo, habías dejado la ventana abierta y por la poca iluminación que entraba se podía ver el polvo acumulado en la mesa en el otro extremo, sobre el refrigerador y las paredes, no acostumbrabas limpiar, había que decirlo, soltaste a la niña y cerraste con seguro, una simple medida de seguridad, ella no se movió un solo centímetro, te dirigiste hacia el refrigerador y abriste para ver si aun tenias las manzanas, aun lucían bien, las sacaste y dejaste sobre la mesa, antes de dárselas había algo mas importante, la casa comenzaba a oler mal, entraste al baño y te aseguraste de que el agua estuviese caliente, la llevaste hasta ahí y la sentaste sobre el banco mientras le mostrabas como funcionaba. No tuvo reacción, chasqueaste los dedos frente a ella pero tampoco se movió, te rascaste la cabeza, no querías que andará así por tu casa, apestaba, pero... ¿Bañarla? No tenias intenciones escondidas pero era un poco demasiado, se lo dijiste claro, si no lo hacia ella lo harías tu, ibas a bañarla, esperabas que eso la motivara pero tampoco, no quedaba de otra.

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