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{{{"Propongo hacer una colección de relatos mitológicos aquí en /hu/ y creado por anones, principalmente de horror, al estilo Poe, Lovecraft o King.\nLa idea es que todo el hilo el sea un universo por lo que podemos entrelazar relatos. Un ente por relato a no ser que seas un muy buen escritor." | renderPostMessage 62920}}}
>> | {{{"¿Por qué en /hu/? Si posteas esto en /g/árgarasconsemen participaré." | renderPostMessage 62924}}} |
>> | {{{"Fragmento encontrado en una cueva ubicación xxxxxx (data borrada por motivos de seguridad)data del periodo jurásico ,escritura pictográfica tiene cierta similitud con escritura encontrada en xxxxx (data borrada por motivos de seguridad) traducción provisional disculpar los errores de puntuación pero saber que según lo dicho por xxxxxx (data borrada por motivos de seguridad) sus antepasados aun no usaban un lenguaje cuya fonética fuera ligeramente parecida a la nuestra. Empezando traducción. He aquí este nuevo mundo un lugar donde nosotros los (palabra sin equivalente pero xxxxx nos ha explicado que la idea seria algo como nos sentiríamos de haber roto una gran promesa y tener tanta vergüenza de querrer acabar con nosotros mismos pero sin el valor de hacerlo cargando eternamente con nuestras culpas pero con un odio hacia la persona que nos ha ofendido pero sin un sentimiento de venganza ) hemos decidido dejar de ser ,dejar de conocer,dejar de tener lo que nos fue arrebatado. Xxxx (traduccion pendiente xxxx trabaja con nosotros aun el con su conocimiento no llega a comprender dicho vocablo y lo que significa" | renderPostMessage 62929}}} |
>> | {{{">>62929\nY todo lo que escribiste que tiene que ver con king,poe o Lovecraft parece un scp" | renderPostMessage 62932}}} |
>> | {{{"Las vividas experiencias oníricas que acontecieron sobre mí durante el mes de Abril de 1925 han revertido totalmente para mí el orden de las cosas, entre sus consecuencias están; la venta inmediata al primer postor de la casa de mi fallecido padre en chelsea Street, por la cual mis hermanos han cortado contacto conmigo, salvo Michael, de cuyo apoyo estoy Agradecido; también cabe resaltar la desaparición de Alicia Parsons, que constituye el motivo de este documento.\n\nFue a altas horas de la madrugada del 21 de Abril, pasado el amanecer, que desperté en mi lecho agitado, confuso y con un disgusto en la boca, fue después de unas horas que finalmente reparé en la razón de mi inquietud matutina. A Alicia Parsons la conocí entre los meses de Agosto y Octubre de 1924, doy crédito de que en mi recuerdo guardo la fecha exacta, pero he decidido olvidarme de aquello.El caso es que en el transcurso de nuestros encuentros, por mero motivo de estudios universitarios, desarrollé un respeto, admiración, compasión y una devoción hacia Alicia, todo esto traducido en un contemplativo amor. Pero fueron las contrarias circunstancias las que decidieron separarme de mis anhelos...\n\nRecostado en mi cama observé el techo que me aprisionada, la luz se filtraba por la ventana de uno de los laterales y al girar mi cabeza la vi, sus inigualables cabellos cayendo por su espalda, sentada en mi cama, se levantó y se desnudó, y enseguida se marchó, no fue hasta que caí en cuenta de lo que sucedía que la perseguí por toda la casa y en última instancia, un beso que duró años nos fundió el uno con el otro. Y ahí estaba yo, en la misma cama, recostado, pero con un sol más abrumador entrando por la ventana, y un mal sabor de boca, a mi lado no había nadie, sino la soledad.\n\nSerá un desafío para el lector de este texto, que con resultados previstos será enviado al departamento de policía de Londres, comprender la gravedad del asunto, y será imposible que, en efecto, compadesca a mi turbada persona, pero no será necesaria ninguna simpatía, en el reverso estarán adjuntos, con el objetivo de que sea lo primero que encuentren en esta carta, las coordenadas de un viejo ático de Whitechappel rentado a un benefactor ausente del extranjero. Y lo que encontrarán en el sitio será el cuerpo sin vida de Alicia Parsons, la mujer a la que arrebaté la vida, con suerte en mi departamento me encontrarán a mi junto con la susodicha carta, per para entonces no estaré vivo. \n\nAlicia Parsons me robó la plenitud de mi vida, porque cuando la encontré y concilié los asuntos pendientes, ningún beso me regresó la dicha eterna de mis sueños, ahora me fundire en sus labios, en el sueño eterno.\n\nFirma\nDaniel A. Wilcox" | renderPostMessage 62933}}} |
>> | {{{"lo intente pero nadie participo la otra vez, dudo que esta cambie." | renderPostMessage 62941}}} |
>> | {{{"OP aquí.\n>>62924\nMe pareció lo más cercano a literatura.\n>>62929\nNegro eso es un SCP.\n>>62933\nBastante bueno, espero más.\n>>62941\nSi vi tu hilo, incluso aporte mi relato, este si funcionará, en los próximos días comentare un par de relatos propios." | renderPostMessage 62943}}} |
>> | {{{">>62920 (OP)\nRecuerdo un gran hilo en >>/g/ donde poniamos personajes del chan como seres mitológicos." | renderPostMessage 62944}}} |
>> | {{{">>62943\nMira Op, me llama la atención, pero no he leído mucho Poe o a Lovecraft, lo más seguro es que me salga algo mal hecho, además de que aún no le entro al relato de terror, pero quiero intentar, cuando llegue a mi casa escribiré algo para ver que tal y así aportar al hilo. Espero no sea mierda lo que escriba." | renderPostMessage 62959}}} |
>> | {{{">>62959\n>no he leído mucho Poe o a Lovecraft\n¿Por que mierda no has leido ni a Poe ni a Lovecraft? ¿Que te detiene? No tienes excusa." | renderPostMessage 62963}}} |
>> | {{{">>62963\n tambien me interesa leer sobre lovecraft o Poe, ¿con que deberia iniciar?" | renderPostMessage 62965}}} |
>> | {{{">>62965\ncon shadow over innsmouth" | renderPostMessage 62968}}} |
>> | {{{"Lovecraft.la llamada de cthulu,el horror de dunwich,el caso de Charles dexter warn,la ciudad sin nombre y la maldición que cayo sobre kadath" | renderPostMessage 62970}}} |
>> | {{{">>62970\nAnón tuviste dos errores de tecleo es la maldición que cayo sobre sarnath y es Charles dexter ward y recomendaría también el color que cayo del espacio inspiración para la película de The blob" | renderPostMessage 62971}}} |
>> | {{{"At the mountains of madness" | renderPostMessage 62972}}} |
>> | {{{">>62965\nMira anon, en mi opinión sincera, para empezar con Lovecraft las dos mejores opciones son la llamada de Cthulhu y el color surgido del espacio. Ambas son obras bastante consistentes e intrigantes, narradas de forma similar, quizá siendo la llamada de Cthulhu una historia con mayor peso, digamos que se trata de la narración anecdotica de una serie de descubrimientos que han turbado al protagonista, el color que surgió del espacio es por su parte, una narración acerca de los extraños sucesos alrededor de la familia de un granjero y sus tierras tras la caída de un objeto misterioso.\n\nComo relatos realmente cortos te recomiendo Dagon y la música de Erich Zann. Más breves que los otros pero de calidad tremenda." | renderPostMessage 62973}}} |
>> | {{{"Se dice que en Rusia más exactos en el extremo oriente en yacutia solía vivir una mujer llamada Anna Sidorova una mujer de 40 años que vivía de forma placentera y alegre, su vida nunca fue trágica ni nada por el estilo. De hecho, ella vivía de manera feliz y cómoda, tenía un marido cariñoso, una mansión de 3 pisos y 20 habitaciones, era exageradamente millonaria, tenía 3 hijos y 10 criadas (mejor no se podía), asique como te estarás imaginando ella vivía feliz con sus lujos, pero... una noche la pobre mujer cullas miradas inspiraban ternura paso la peor noche de su vida, nadie sabe cómo nadie sabe por qué, pero el esposo de la mujer salió de casa con sus 2 hijos varones dejando a la hija menor, el hombre tomo su auto italiano rojo de su abuelo y salió nadie sabe dónde y termino estrellándose en la carretera, nadie sobrevivió por desgracia para Anna que quedó destrozada pues no existía noche donde no llorara de ira y dolor, una ira tan atroz y una depresión tan lamentable que termino encerrada en sus aposentos más de una vez si poder salir, pero su hija la motivo a salir y sentía que tenía algo porque luchar... aun, cierto día Anna dejo a su hija jugando en el patio de la casa, la niña alucino y se dirigió al bosque pues pensó ver a su padre, pasaron 3 días y la mujer no hallaba a su hija y al cuarto día la madre vio lo que ninguna madre quisiera ver, ella la encontró tirada en la nieve fría muerta por culpa de la hipotermia y el hambre, la mujer sufrió de dolor y agonizo por culpa de su descuido (es lo que merecía), un día encerrada en sus murallas impenetrables encontró un libro celestial, aquel libro contaba la historia de un dios bondadoso culla misión es dar objetos con tal de ayudar a las animas en pena, ella una noche fue al bosque y encendió una fogata y conjuro un hechizo de invocación, pasado el rato todo oscureció y una figura demacrada y sangrante apareció frente a la mujer y le pregunto ´´mujer en pena, dime tu que te han hecho para merecer esta condena eterna´´ a lo cual ella respondió ´´hoo dios ahora soy viuda y ya no tengo hijos, sufro de dolor y pena pues mi llanto es mi condena´´ el dios se apiado de ella y le dijo con voz serena ´´te daré una pintura blanca y cada día deveras mancharla de tu sangre la mancha tomara una figura representando tus tragedias y mejoraras con el paso del tiempo pero cuidado pues no llenes el ultimo hueco de ella o será mayor tu pena, odiaras esa pintura para nunca verla y todo aquel que la vea totalmente manchada será condenado a vivir lo que tú has sufrido, asique, no la cubras toda hija mía´´ la dama se retiró del sitio al terminar, y seguía su propio ritual sin parar, pues cada noche derramaba una gota de su sangre en esa pintura blanca como la nieve, pero cuando parecía mejorar ella quería deshacerse de más y más, pero lo que quería evitar paso pues la pintura se llenó y l ultima imagen que se plasmo era ella cortando los frenos del auto de su señor, como era de esperar ella la pintura la evito, una de sus criadas la descubrió y a su ama sin corazón la asesino y lo más curioso de todo es que la pintura de blanco se tiño y así como vino desapareció. \n\n FIN" | renderPostMessage 62974}}} |
>> | {{{">>62965\n\nempezare con los cortos gracias" | renderPostMessage 62978}}} |
>> | {{{">>62943\nOp tu post ya se esta muriendo, no tiene sentido ahora u-u" | renderPostMessage 63037}}} |
>> | {{{">>63037\nPuedes poner uno de tus relatos a lo mejor así lo revives." | renderPostMessage 63038}}} |
>> | {{{">>63038\nYa lo puse :T" | renderPostMessage 63040}}} |
>> | {{{"no es de mi autoria pero al hablarle a una amiga de que pensaba escribir algo me mando este relato lo considere interesante.\n\nLa noche era muy fría y ventosa. Carlos Bejarano, más conocido como “Carlitos” por todos en la redacción del diario “Últimas noticias”, caminaba por las desiertas calles de Lima, mascando su rabia. Con apenas 24 años, pensaba si no se había equivocado de profesión:\n\nDesde hacía dos años trabajaba con verdaderos “pesos pesados” de la prensa amarillista nacional, y los únicos encargos periodísticos que recibía eran hacer reportajes estúpidos que nadie quería hacer, como el que tenía entre manos: averiguar todo lo que se pudiese sobre una pelea entre campesinos, en un pueblo a las afueras de Lima.\n\n“Acá dice que un japonés es acusado por todo el pueblo de hacer brujerías con sus animales” -leyó el jefe de prensa, a la vez que le entregaba la nota enviada por un periódico amigo-, “fueron todos a quemarle su casa y él se defendió con una espada samurai: puedes sacar una nota bien “sazonada” con eso”.\n\nLos otros reporteros recibían encargos como entrevistar a políticos en la clandestinidad, peligrosas investigaciones sobre corrupción en el gobierno militar, e incluso, pícaras entrevistas con sesión de fotos a alguna vedette, y a él le daban esa ridiculez. \n\nLas risas de todos los reporteros casi hicieron venirse abajo las vetustas paredes del viejo edificio dónde estaba el periódico.\n\n“¡Acábalos tigre!” – le dijo a la vez que soltaba un fuerte manotazo en la espalda el reportero de policiales.\n\n“Y de paso tráenos fruta, jajajaja” –agregó burlonamente un veterano reportero de pelo canoso.\n\nCarlitos no dejaba de pensar en renunciar mientras se dirigía a su pensión en el centro de Lima. La fría noche hizo que se abrigase mientras pasaba por un retén militar; era el año 1973 y con los militares en el poder, la ciudad parecía asediada. Su salvoconducto le permitió una vez más seguir su camino.\n\n“¡Cualquier reportero del mundo mataría por trabajar acá ahora y yo tengo que investigar tonterías!” – pensaba -, “bueno, al menos por un día, me alejaré de este clima del asco”.\n\nEl aire cálido del valle costeño le dio de lleno en la cara cuando descendió del destartalado ómnibus. El pueblo era como cualquiera del llamado “Sur chico”; casas de adobe, calles de tierra y uno que otro campesino montado en burro atravesándolas. Según sus notas, el japonés del lío ese era un hombre ya entrado en años, venido de su país al acabar la Segunda Guerra.\n\nAl preguntar a los lugareños por el domicilio de Nakatoshi Oda recibió todo tipo de respuestas:\n\n“…Ese viejo miserable le mató tres corderos a mi cuñado”-, le dijo uno.\n\n“Tiene pacto con el diablo”-, agregó el cura.\n\n“Seguridad del Estado debería llevárselo” -, declaró un Guardia Civil.\n\nUna rara mezcla de odio y miedo se notaba en todas las declaraciones recogidas. Un apodo más bien, era usado por todos:\n\n“el japonés loco”. \n\nTras recabar el testimonio del comisario, Carlitos se dirigió al otro lado del pueblo, donde se hallaba la casa del nipón. La autoridad policial le aclaró en algo el panorama: Oda, era un taxidermista -la parecer uno muy bueno, casi genial-, al cual el pueblo veía por eso con recelo.\n\nLa pérdida de animales en el pueblo, seguro robados por delincuentes, le fueron achacados por todos a Oda, azuzados por algún envidioso. Pensando en que el reportaje no valía para nada el tiempo invertido, Carlitos Bejarano se detuvo viendo sus apuntes frente a la casa de Oda. Era muy fácil dar con ella: era la más grande y bien cuidada, comparándola con las demás. \n\nLa puerta apenas se abrió después de que tocase un buen rato. Un canoso y nervioso oriental apenas se dejó ver a través de la puerta:\n\n“¡ya dije todo a detective!...” –Dijo en un muy pasable español-, “¡váyase!”. Carlitos había decidido hacer bien su trabajo, así que usó algunos artilugios aprendidos en el diario; mintiendo descaradamente, le dijo a Oda que estaba escribiendo un libro sobre extranjeros exitosos viviendo en el Perú.\n\n“Colonia japonesa no quererme” –replicó el japonés-, “¡no participaré!”.\n\nBejarano continuó diciendo que no venía de parte de la colonia de residentes japoneses; dijo que venía por encargo del gobierno, dada su fama de experto taxidermista. \n\nNakatoshi Oda mordió el anzuelo: Carlitos sabía lo respetuosos que son los nipones con respecto a la autoridad. La puerta de la casa se abrió para él, aunque la mirada inexpresiva de Oda no cambió un ápice.\n\nYa sentados en la sala, el reportero vio sorprendido su trabajo: sentado frente a una diminuta mesa, con una taza de té en las manos, Carlitos no podía dejar de extasiarse con lo que veía: decenas de animales de todos los tipos lo rodeaban.\n\nJaguares selváticos, venados, aves de todo tipo y un oso de anteojos, perfectamente disecados, le parecían observar... Parecía que esos animales estuviesen vivos.\n\nSu anfitrión gradualmente le comenzó a hablar de su arte, del tiempo que llevaba viviendo en el pueblo, y también de lo sucedido hacía unos días con los lugareños. Se notaba que el nipón no había recibido una visita en años, ya que se esforzaba por mantener interesado a su joven entrevistador.\n\nOda veía complacido cómo el joven ese tan simpático llenaba su libreta con cada palabra que él decía. Al pasar las horas, el té verde dejó paso a unos excelentes piscos y macerados de frutas que se producían en el valle. Carlitos comenzó a tener mayor interés en aquel viejo solitario cuando le comenzó a contarle que había peleado en la guerra, en el Ejército Imperial japonés. \n\nLos ojos del joven comenzaron a abrirse al escuchar las historias que salían de los labios arrugados de Oda. Su lápiz volaba por el papel al escribir datos tras datos que le parecían dignos de tomarse en cuenta.\n\nLa noche avanzaba, los animales disecados de la sala lanzaban tenebrosas sombras que se alzaban por las paredes hacia el techo de la sala, iluminada apenas por la luz de una trémula lámpara de querosene. Carlitos no tenía miedo; se reía por efectos del alcohol, de las hilarantes y picarescas anécdotas de Oda en un burdel chino durante la guerra.\n\nCarlitos la estaba pasando de lo mejor, pero tuvo que despedirse de Oda al ver que ya era tarde y que no encontraría forma de volver a Lima.\n\nMientras regresaba por la carretera, el joven pensaba en si estaba bien o no haber seguido con la farsa: había prometido volver el próximo fin de semana para continuar el “reportaje” a su nuevo amigo.\n\nPensó en que tal vez hacía bien al amenizar los últimos días de un pobre viejo solitario. Él también era un solitario, y había disfrutado la velada y las bebidas; además, regresaba a casa con un espléndido regalo: Oda lo había convencido de aceptar un precioso bonsái. \n\nA partir de ahí, todos los domingos, por tres meses meses, Carlitos Bejarano visitó a Oda, iniciando sus tertulias al mediodía, y acabándolas muy tarde en la noche. El japonés nunca supo del motivo que trajo a Bejarano a su casa: la nota fue tan aburrida que jamás se publicó en “Últimas noticias”.\n\nEl reportero no dijo a nadie dónde iba, por lo que en el diario pensaban que tendría algún amorío o algo así: siempre llegaba los lunes a la redacción con unas tremendas resacas. Las tertulias entre el periodista y el japonés comenzaron a cambiar cuando Oda comenzó a tener más confianza en el muchacho.\n\nEn una de ellas, le reveló su gran secreto: Oda sirvió en una unidad especial del ejército nipón en China. A Carlitos nada le decían los nombres “Operación Maruta”, “Escuadrón 731”, “Fortaleza Zhongma”, “Unidad Wakamatsu” o la ciudad de Harbin,… Nadie sabía nada de eso en 1973, pero en vez de aterrarse, Carlitos quedó hipnotizado por sus revelaciones: hablaba de experimentos secretos en personas, horrendas disecciones sin anestesia y un inmenso cúmulo de horrores sin fin." | renderPostMessage 63044}}} |
>> | {{{"Sus colegas en el diario “Últimas noticias” se jactaban de sus conversaciones con asesinos convictos, pero lo relatado por el viejo,… Era demasiado. El joven periodista quedó fascinado y por nada del mundo impidió que aquel viejo borracho le contara todo.\n\nOda, bajo los efectos del alcohol, pasaba de cantar viejas canciones guerreras japonesas a pormenorizar los crímenes de los que fue partícipe, para luego, de pronto, echarse a llorar como un niño, recordando a sus camaradas muertos en combate.\n\nLe dijo que, así como a muchos, él fue indultado por los norteamericanos tras la guerra, los cuales le daban una jugosa pensión por los secretos de los experimentos que les reveló. Si vivía en un pueblito perdido en sudamérica, era por que prefirió alejarse de miradas acusadoras.\n\nLas libretas de Carlitos se llenaban ahora de datos caóticos casi increíbles. Tras esa delirante noche, pensó que tal vez había dado con el reportaje de su vida.\n\nAl domingo siguiente, Carlitos llegó de nuevo a la casa del japonés. Estaba algo desilusionado por que no logró conseguir traer consigo una grabadora del diario, pero se contentaba que un colega le había prestado su cámara fotográfica. No sabía si le serviría de algo, pero le pareció buena idea.\n\nComo de costumbre, empezaron a vaciar metódicamente botella tras botella de licor, mientras Oda revelaba más y más su increíble y tenebroso pasado. Al anochecer, ya totalmente ebrio, comenzó a sollozar, mientras recordaba a su único amor, su esposa:\n\nOei.\n\nEl joven quedó extrañado; siempre había pensado que su viejo amigo estaba solo en este mundo.\n\n“Era joven y hermosa” – dijo Oda-, “la hice venir desde Japón y aquí nos casamos. Yo era muy feliz”. \n\nTemiendo ser indiscreto, Carlitos le preguntó por ella.\n\n“Murió hace 20 años”- le respondió enjuagándose las lágrimas-, “enfermedad desconocida. Murió muy joven”.\n\nCambiando de tema inexplicablemente, el japonés le soltó una frase intrigante:\n\n“mis jefes, durante la guerra, eran monstruos: sólo querían matar. Yo distinto: yo quería acabar con la muerte”.\n\nTras una pausa, retomó de nuevo sus historias de guerra. Casi a la medianoche, el anciano volteó hacia el joven periodista, lo miró con ojos perdidos y le dijo:\n\n“¿Quieres conocer a mi Oei?”.\n\nPensando en que le mostraría algunas fotografías, Carlitos asintió. Se extrañó cuando el viejo oriental se levantó de su asiento y le dijo gravemente:\n\n“Ven conmigo”.\n\nSiguiendo al japonés que se tambaleaba por efectos del alcohol, Carlitos Bejarano fue tras de él, hasta el fondo de la casa. Frente a una pared, el viejo le miró sonriente, mientras tocaba con sus dedos una supuesta mancha en la pared. Ante los ojos sorprendidos del joven, la pared se deslizó silenciosamente, dejando a la vista una puerta secreta.\n\nAmbos personajes comenzaron a descender por unos escalones que se perdían en la oscuridad. No tardaron mucho para llegar al final de la escalera: Carlitos supuso que se hallaban bastante abajo del nivel de la calle. Una tenue luz al frente le indicaba que al frente suyo había una habitación.\n\nAl atravesar el umbral, el periodista quedó helado frente a lo que tenía ante sus ojos: en una habitación muy estrecha, con las paredes llenas de instrumentos de metal que no pudo identificar, se hallaba Oda, mirándole, de pie junto a una mesa de piedra. Sobre la mesa, yacía un cuerpo. Era el cuerpo de una mujer; estaba desnuda y era realmente hermosa.\n\nSu piel pálida, muy pálida, demostraba que era un cuerpo sin vida,… pero su apariencia en general era la de estar perfectamente conservada. Carlitos miró a Oda buscando una respuesta.\n\n“Es el trabajo de toda mi vida” -, le dijo, para luego acariciar el cabello negro azabache del cuerpo, mientras susurraba algunas frases en japonés-, “el proceso está casi terminado: muy pronto lograré que tenga temperatura normal y su piel tendrá otra vez su color original. Mi Oei estará conmigo por siempre”.\n\nCarlitos seguía paralizado del asombro: si era cierto que ese cadáver tenía 20 años sin sufrir cambios, aquel viejo había hecho un descubrimiento fabuloso. Oda continuó sorprendiéndolo:\n\n“Ven, toca….”- le pidió mientras tomaba un brazo del cuerpo-, “toca: no hay rigidez. Las articulaciones se mueven”.\n\nEl reportero tomó el brazo y continuó sorprendiéndose: se sentía y se movía igual como el brazo de cualquier persona viva. Cualquiera que la viese, pensaría que sólo estaba dormida.\n\nDe pronto, el viejo se descompuso y comenzó a llorar, cayendo de rodillas, tomando la mano de su esposa muerta, hablando en japonés. Carlitos aprovechó esa dolorosa escena: Oda no lo miraba, así que sacó la cámara que llevaba.\n\nTomó tres fotos. Si aquello era cierto, necesitaría pruebas. Miró al pobre viejo borracho que lloraba amargamente: definitivamente era un genio, pero también el infeliz estaba totalmente loco. Lo alzó del suelo, tratando de calmarlo. Ayudándolo a subir las escaleras, dejaron aquella habitación, subiendo los dos muy trabajosamente.\n\nYa de nuevo en la sala, Oda comenzó a hablar:\n\n“Tardé muchos años en lograrlo”.\n\nAl periodista le faltaba cabeza para preguntarle; “…Pero, ¿cómo es posible?....”.\n\nEl nipón le respondió sin dejar de mirar la mesa de madera frente a él:\n\n\"Parte química, parte alquimia,.... Nazis nos dieron libros que obtuvieron de países invadidos; los leí todos”.\n\nA Carlitos le comenzó a dar vueltas la cabeza cuando el nipón le comenzó a explicar una intragable mezcolanza de fórmulas químicas, gases, recetas de pociones alquímicas extraídas de textos medievales y descubrimientos judíos y chinos acerca de “Golems” y la “píldora de la inmortalidad”.\n\nOda era muy precios al describir todo eso, a pesar de su embriaguez,…Pero Carlitos lamentablemente había sido un pésimo estudiante de química en el colegio, y no entendió nada. Oda tardó dos horas en explicarle su proceso secreto, para finalizar diciendo:\n\n“Lo que hacían antepasados hoy le dicen magia: yo le digo ciencia.\"\n\nEl joven reportero se quedó un rato pensando hasta que finalmente le preguntó el por qué de decía todo eso.\n\n“….Estoy viejo y moriré pronto, Carlos-san….” –le respondió Oda-, “necesito que, cuando yo morir, uses mi fórmula conmigo: no quiero dejar sola a mi Oei….”.\n\nCuando Carlitos salió de la casa, ya había amanecido. Volvería el domingo siguiente: Oda le había hecho jurar que lo haría. Ese día, su procedimiento estaría totalmente completo y le daría al reportero por escrito su fórmula. Carlitos no fue a trabajar ese lunes al diario.\n\nUna vez llegado el domingo, Carlitos Bejarano se bajó rápidamente del bus en la plaza del pueblo. Estaba impaciente para acudir a su cita. El barullo al otro extremo de la plaza llamó su atención. Los lugareños se arremolinaban lanzando todo tipo de exclamaciones, mientras las mujeres lloraban.\n\nInstintivamente, como buen reportero, corrió hacia el lugar. El joven llegó a tiempo para ver cómo recién cubrían el cráneo destrozado con periódicos: era Oda. Había salido temprano a comprar pescado al mercado cuando un conductor ebrio lo atropelló.\n\nTenía el cráneo destrozado. Su muerte había sido instantánea.\n\nEn sus pocos años de periodista ya había visto varios cadáveres, pero ver a quien ya consideraba su amigo, fue demasiado, comenzó a caminar por la plaza en estado de shock. No podía quitarse de las retinas la cara de Oda muerto, sus ojos crispados, su boca abierta, como una grotesca mueca.\n\nConforme se recuperaba, Carlitos recordó lo que lo había llevado al pueblo ese día: el secreto de Oda. Al acercarse de nuevo al cuerpo, vio cómo los policías revisaban los bolsillos del atropellado mientras levantaban el cadáver. Un policía trató de abrir y leer su libreta de notas, pero le fue imposible: estaba totalmente empapadas en sangre." | renderPostMessage 63045}}} |
>> | {{{"Carlitos vio con desazón cómo las fórmulas químicas anotadas en tinta china se borraban por el contacto con la sangre y por la grosera manipulación del ignorante policía; se habían perdido para siempre. Mientras miraba cómo cargaban el cuerpo en una camioneta, el periodista recordó el otro secreto de Oda.\n\nComenzó a correr hacia su casa: debía llegar antes que los policías descubrieran el cuerpo de Oei. Sin saber que haría, Carlitos Bejarano entró como una tromba a la casa. Abrió la puerta secreta y descendió a toda velocidad los escalones.\n\nApenas tomó aire al estar frente al cuerpo de Oei. Miró por todos lados: todo el piso estaba lleno de papeles rotos escritos en japonés. \n\nEl único vestigio del trabajo del japonés era el cuerpo desnudo e intacto de su amada, frente a él. En eso pensaba cuando se percató de su frente: adosada a ella, el cadáver tenía un disco de arcilla, en el cual estaban escritos algunos caracteres en algo que parecía ser hebreo. Carlitos se acercó para ver las letras con más detenimiento.\n\nEn ese momento el joven quedó paralizado por el horror: los ojos de la muerta comenzaron a entreabrirse lentamente, dejando ver un horroroso resplandor verdoso que salía de ellos.\n\nEl joven comenzó a gritar paralizado del pánico sin poder dejar de ver también cómo la boca también se abría enormemente, soltando en la habitación esa luz verdosa y un vaho espeso y nauseabundo, mientras que de la garganta de ese ser se dejaba oír un grotesco y profundo lamento de ultratumba:\n\n“¡OOOO…..DDDAAAAAAA..!!!!!”.\n\nApenas vio que ese ser comenzaba a incorporarse de la mesa de piedra, el joven no aguantó más y salió disparado de aquel lugar de pesadilla, gritando sin parar. Sin detenerse, tiró al suelo todo lo que se le puso en el camino hacia la calle. Con una fuerza sobrehumana, Carlitos destrozó la puerta de madera, para correr por las calles del pueblo sin dejar de gritar.\n\nAl ver pasar por la plaza al joven enloquecido, botando espuma por la boca y sin parar de gritar, los lugareños que comentaban el desdichado final de Oda sólo se encogieron en hombros: de seguro el “japonés loco” había contagiado con su locura al pobre jovencito ese al cual le sucedió lo mismo tras su contagio prosiguió como otro japones loco." | renderPostMessage 63046}}} |
>> | {{{">>63044\n>>63045\n>>63046\nSemejantes biblias. Bien, leeré y le daré una calificación, ya que estoy aprendiendo en el horror, pues, esto me ayudará." | renderPostMessage 63059}}} |
>> | {{{"Pudiste haberla subido como un archivo pero gracias por compartirla,senti bastante de Lovecraft por las distintas referencias a sucesos y cosas de mitología sin embargo nada fue forzado y tuvo una amena narración es muy larga pero no pude dejar de leerla,las reacciones de la gente del pueblo fue un buen toque que la hizo sentir real." | renderPostMessage 63067}}} |
>> | {{{">>63059\nBien, ya lo leí, y debo decir que me gustó, aunque terror no era precisamente, me gustó el suspenso de la parte final, fue entretenida y muy bien escrita para ser de alguien principiante (o eso creo, me supera bastante a mi, aunque tampoco soy el mejor escribiendo). También tiene un cierto aire a un libro de King, uno de un niño y un Nazi, pero esto es muy diferente, esa parte de la magia, excelente. En conclusión, dale felicitaciones de mi parte a tu amiga, me gustó su historia." | renderPostMessage 63083}}} |
>> | {{{"Rigby Huygens la imagen\nRigby Huygens el relato\nRigby Huygens el eterno\nRigby Huygens el constante\n[b]Rigby Huygens la idea[/b]\n\nNadar, si se le puede llamar a eso nadar, y encontrar, si se le puedo llamar a eso encontrar, un planeta, esta a tu alcance, Rigby Huygens. Hazlo.\nLlegue, es azul, y aqui la materia se mueve.\n¿Se mueve como Rigby? Son sistemas.\nLo son, se trata de sistemas autoperfeccionantes, hace muchos yos que no veia uno.\nYo todos los dias los veo, son una molestia.\nEres curioso Rigby, observalos.\nEn eso estaba, pero ya se fuero, ya no se mueven.\nPues siguelos observando.\nYa volvieron, ahora me observan a mi.\nEvitalo.\nYa no me observan Rigby.\nFijate ¿que pueden hacer estos sistemas? \nNada.\n¿Seguro?\nSi, pueden morir, es como estancarse en solo un Rigby.\nFIJATE, tambien pueden sentir.\n¿Y que? Todos pueden sentir.\nEllos sienten de otra manera, experimentalo. \nLo hare, Rigby.\nMuy bien Rigby, reporta tu progreso." | renderPostMessage 63097}}} |
>> | {{{">>63097\nMe gustaría anón que explicaras tu relato." | renderPostMessage 63104}}} |