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Dos motos de alto cilindraje iban por la autopista valle-coche ~~Creo que es la de pic, no lo recuerdo, kek.~~, en una iba Gabriel, esta vez estaba vestido con un jean de color negro, zapatos del mismo color, una camisa de cuadros y llevaba un casco que le tapaba toda la cara, junto a él, a unos cuantos metros, iba Leonardo, llevaba una camisa blanca con negro, zapatos azul marino y un pantalón negro, también llevaba un casco el cual le tapaba toca la cara. Los vidrios de ambos cascos eran polarizados. Gabriel se acerco un poco hasta Leonardo, mientras iban esquivando carros de un lado a otro.

Gabriel: ¡Oye! ¿Hacía donde vamos? Solo te estoy siguiendo, no tengo ni idea.

Leonardo: ¡¿Qué?! Habla fuerte, el motor y el aire no me deja escucharte.

Gabriel: ¡HACÍA DONDE VAMOOOOOOOOOS!

Leonardo: ¡YA LO VERÁS! ¿Quieres llegar rápido?

Gabriel: ¡Claro!

Leonardo: ¿Qué tal una carrera hasta haber pasado el túnel? El perdedor deberá de pagarle el desayuno al ganador.

Gabriel: ¡Hecho! Te haré pagar mi desayuno, pediré de todo, Leo. Jajajaaaa.

Ambas motos aceleran y fueron esquivando los vehículos, así fueron por unos 5 minutos hasta que lograron pasar el túnel, luego de eso bajaron un poco la velocidad y volvieron a hablar, aún siguen conduciendo. Leonardo ganó.

Leonardo: Novato, no debiste aceptar.

Gabriel: ¡Hiciste trampa!

Leonardo: Noop, logré ganarte, espero tengas el dinero suficiente, mañana comeré como un rey, jaja. En fin... ¡dobla a la derecha!

Leonardo fue a la cabeza, estaba guiando a Gabriel hasta otro sitió de Caracas, terminaron saliendo de la autopista y acabaron en una avenida... ¿qué hacían ahí? Solo fueron a buscar algo simple, un par de caretas y una cámara, sin mas, algo inofensivo.

Leonardo baja de su moto y Gabriel igual, el primer chico se adentra a una tienda de segunda mano, seguido por su compañero.

Trabajador: Bienvenidos a mi tienda, ¿qué desean?

Gabriel: Hola, hmmm, no lo se...

Leonardo: Buscamos un televisor, también un reloj, una computadora, una cámara y... y ya.

Trabajador: Claro, con gusto. Esperen un momento.

El trabajador se adentra hasta una puerta que había atrás de él y Gabriel, con las manos en los bolsillos, le pregunta a Leonardo.

Gabriel: ¿Por qué nos llevamos eso si traemos motos? ¿Como vamos a llevar el televisor? Se nos podría caer en plena carretera.

Leonardo: No lo vamos a llevar, tranquilo...

El trabajador vuelve. Explica que hay un televisor pero que es antiguo. Leonardo niega con la cabeza y da las gracias, pregunta por el resto de cosas. El trabajador las pone sobre la mesa de cristal que lo separaba de los clientes.

Leonardo: Es un reloj bonito... hmmm aunque la computadora es una laptop... bueno, servirá, jeje, trabajos de la universidad, la cámara se ve de buena calidad... pero bueno, ¿cuanto es?

Trabajador: 150 por todo.

Leonardo: Va- ooooh... esa mascara es bonita, ¿cuanto por esas dos?

Señalo una mascara azul y otra amarilla, parecía que venían con unos lentes de sol ya instalados.

Trabajador: Hmmm... pues son algo viejas, unos 5 cada una, ¿trato?

Leonardo: Trato.

Leonardo saca el dinero y lo pone en la mesa. Con una sonrisa agarra todo, no sin antes guardar el reloj en el bolsillo. Pidió una bolsa plástica, se la dieron, ahí terminó de guardar todas sus cosas. Ambos volvieron a las motos.

Gabriel: ¿Por qué compraste esas mascaras para niños? Te harán ver como idiota... ¡me harán ver como idiota!

Leonardo: Cálmate... es por un bien mayor... ya lo verás. Toma.

Le da la laptop.

Gabriel: ¿Eeeeh? ¿donde la guardo?

Leonardo: En el compartimiento de la moto, eleva el asiento, piensa.

Gabriel: Hmmmm... bueno, aunque ahí se podría dañar, pero vale.

Gabriel guardo la laptop donde le dijeron y ambos encendieron sus vehículos... se fueron por donde vinieron.

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