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>Mora
"Solo comenté la posibilidad... Seguro tuviste tus razones para meterte en todo eso de la guerrilla. No preguntaré si no quieres decirme"

Hay historias que algunos prefieren guardarse o llevarse a la tumba. Mora tiene las suyas propias, supone que Alejandra poseerá unas cuantas también.

"¿Quien me creo que soy? ¡Morita Mora! Terrorista, vengadora, enfermera, y experta en demoliciones. Yo sí pondría mi rostro en un mecha, como diciendo a medio mundo: ¡Cuidado, que vengo yo! Pero tiendo a destruir esos armatostes, así que mejor no. Si tuviera una casa, o una nave gigante, ahí sí aprovecharía la oportunidad de poner mi carota... Aunque tú no lo creas, hay más opciones que seducir al maestro, como por ejemplo pasar los exámenes y estudiar, quizás debiste intentar eso. Las hojas de papel no son para fumar maría, ni los lapices para jorungarse allá abajo. ¿Viste? Hoy aprendiste algo nuevo conmigo"

A Mora le gustan muchas clases de queso. Aunque en la actualidad tiene ansias de comer una pasta a la boloñesa con parmesano. Decidió que antes de irse le pediría a Torino que le prepare una olla. La terrorista mantiene su brazo alrededor de Alejandra.

"¿Q-Qué...? Me baño cada mañana cuando puedo... Hoy pude. Vamos, inhala, inhala bien, que huelo a flores y shampoo"

Le acerca la galleta a los labios. Una risilla sale de sus labios cuando Alejandra comenta la posibilidad de que lamiese la Oreo antes de ofrecérsela.

"No lo descubrirás hasta que lo pruebes~ Di aahh~" Poniendo una voz más aguda que de costumbre, le acerca la galleta de vainilla a los labios. "Llevo como... ¿Dos años? Aproximadamente eso, andando de aquí para allá. Se podría decir que soy una novata. Pero donde vengo esta mucho más jodido que todo lo que he visto aquí, así que pude adaptarme rápido"

Si Alejandra no acepta la galleta, la terrorista se lo comería. Cuando choca su puño, Mora luce contenta y deja de recostarse en la maid.

En la trocha...

Alejandra primero se muestra desconfiada sobre aceptar los cambures, pero Mora promete que no tiene nada malo y se come el que le entregó primero para comprobarlo. Luego le da otro.

"La miel no está hecha para la boca del burro... Curiosamente, eres la segunda persona que conozco a la que no le gusta el mango. Te diré una cosa, esa fruta es la prueba que Dios existe. Estoy segura que ese viejo del cielo utilizó un día entero de la semana de la creación, para dar obra al mango. Dorado por fuera, dulce por dentro, es la perfección"

La mañana siguiente, la maid muestra su curiosidad por las grullas de papel en la mesita, hechas mano a mano por la terrorista. Mora guarda las piezas de origami y luego mira a Alejandra.

"Se llama Senbazuru... Se dice que si haces mil en un año, una grulla te cumplirá un deseo. Claro que es pura paja. Pero me gusta hacerlas, me relaja"

La madre de Mora, durante sus últimos años de vida, fue la que le enseñó esa historia típica de su país de origen. Ella nunca mostró interés por esas cosas, pero seguramente la plaga que la atormentaba la había afectado lo suficiente como para volverla más espiritual, ¿o quien sabe? Quizás siempre lo fue pero nunca mostró ese lado suyo. Sus tres últimos deseos aun resuenan en el corazón de la pelimorado. El de los dos primeros años fue el mismo: No quiso morir sola. Para el tercer año, estaba demasiado débil así que Mora tuvo que ayudarla a completar las mil. Al hacer la última, musito su deseo y fue: No ser olvidada. El día siguiente murió y Mora abandonó el hospital.

"Necesito aire..." Dice de forma seca. La terrorista deja a Alejandra haciendo sus cosas y le espera donde los mechas.

Luego de que la maid lidia con los guajiros sin causar un destrozo, suben a las maquinas y toman vuelo hacia Rio Do Janeiro. Cuando llegan se quedan en una posada, y luego Morita comenta que deben ir a la favela del chivo que más mea, porque allí es donde está la clínica de la ONG.

"¿Una marinera?" Silba. "¿Y es sexy? La verdad no escuché nada de ella. Eso sí, que tu digas que esta loca es una terrible señal. Es como si Satanás viniera a quejarse de otro demonio por ser demasiado diablo... No me ando proyectando, solo digo lo que veo. Tendré un ojo, pero no soy ciega"

Continúan avanzando por ese empinado sendero de tercermundismo. Una cosa buena que trajo la Noche sangrienta de Caracas, es que ahora tienen la posibilidad de construir casas que no sean un insulto a la arquitectura. Mora solo espera que se controlen más en Brasil a la hora de matar. En los barrios y favelas hay mucha mierda, demasiada, pero también hay inocentes y gente de bien. En el mundo subterráneo se habla que lo ocurrido en Petare está maquillado, que hasta donde se sabe los colectivos y otros rojos no planeaban ningún ataque pronto, quizás a mediano o largo plazo sí, pero no ese día. Lo habrían mencionado o avisado si fuese el caso. Pero lo que paso allí aun queda poco claro debido a la falta de sobrevivientes, y seguramente nunca se sepa la verdad.

"A esos Britannia se les fue la mano..." Comenta para sí misma sin dejar de andar. Piensa que es el colmo que las personas se comporten como monstruos, más cuando los monstruos verdaderos podrían estar cerca de aparecer. Si no hay diferencia entre los unos y los otros, entonces es señal que ya perdieron el norte.

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