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>Isaburo y Nobume
El capitán del Mimawarigumi se distrae mirando las fotos en su teléfono. Nobume sostiene una dona de crema en una mano, y una dona de mermelada en la otra. Se anda decidiendo qué comer primero. Ambos miran hacia atrás cuando sienten una mano en el hombro.

"Buenas tarde, Grace... Sigues igual de escurridiza que siempre, ni noté tus pasos" Comenta Isaburo. No le parece que Grace tenga una presencia débil, solo siente como si hubiese surgido de pronto en el espacio. "Veo que ya conoces a Youmu. La muchacha que le acompaña es la señorita Reggie"

"Hola, Grace... Me alegra verte aquí" Dice Nobume esbozando una minúscula sonrisa que dura pocos segundo para regresar a su semblante sereno.

"¿Los Britannia decidieron traerte? Hmm, no sé si sea incomodo para ti presenciar una boda. Tampoco creo que la tradición cambiase mucho desde tus años dorados, o puede que sí. ¿Sabes quienes se casaran o necesitas que te ponga al tanto? Son aliadas de tu familia, creo"

Mientras Isaburo habla eso, una chica bajita de pelo rosa, parche en el ojo, y rostro carente de emociones, se acerca sin provocar un solo sonido y agita el uniforme de Nobume para llamar su atención. Nobume mira a Endeye. Endeye mira a Nobume. Son exactamente iguales a las fotografías que intercambiaron en la red.

"¿Pink_Sunshine?"

"¿Fruit Punch Samurai G?"

Una asiente. Luego lo hace la otra. Profundo silencio. Mientras en la mesa de los bocadillos está Tomie quejándose de que se acabaron los huevos de codorniz, la Nona que escucha sus quejas permanece muy quieta, y con el ceño fruncido, conteniendo las ganas de asesinarla.

Grace por otro lado puede sentir un potente instinto asesino dirigido hacia ella. Ese instinto asesino se convierte en dos. Hay dos personas que no dudarían en matarla, y la están observando.

Isaburo le repitió a Nobume que no se acercase a persona desconocida, menos a cualquiera que vista de negro.

Poco momentos después las Nonas informan que faltan cuarenta minutos para la boda.

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>Olimpia
"No te llamé por teléfono porque a veces no suelo hacer lo más conveniente, sino lo que me viene en gana... Tampoco hay vestido. Nevele tejió un traje de gala, negro. Para variar los colores"

Tampoco es como si desease llevar el símbolo de pureza que se supone debe ser el vestido de novia. Nunca le gusto ir con mucha tela encima.

Misa deja de hacer su documental y escucha los dilemas que tiene la capitana. Hook no se contiene, y deja salir todo lo que le inquieta. La ex-comandante por alguna razón deja caer su cámara, y luego se desata el pelo. Esas acciones le resultan extrañas a Hook, y siente como si Misa fuese a empezar una pelea. La peliazul se le queda viendo esperando un golpe que nunca vino. Misa pone su agarre en los hombros de la marinera y con un grito, también deja fluir sus sentimientos.

"M-Misa..." Olimpia queda sin palabras por todo lo que escucha. Su cuerpo se estremece y siente un ardor en los ojos. Todo lo que dice Misa sacude sus pensamientos.

Es verdad que tras conocer a Hoshijiro siempre le mostró su mejor lado siendo hasta cierto punto condescendiente, y reprimió todo los malos sentimientos que pudieron surgir como si temiese alejarla. Pero Olimpia también quiso hablar de los problemas con la gauna, tener una relación de dos mitades que se retro-alimentan con las experiencias que viven. Poseer la misma libertad para hablar de lo bueno y de lo malo, como lo hace toda pareja que se entienden.

Fueron las adversidades las que fortalecieron su amistad y amor por Misa. Quiso tener un lazo igual de longevo y resistente con la Lancaster. De lo contrario jamás habría aceptado curarla.

"A mi siempre me gustaron sus Hoook..." Comenta la marinera manteniendo la vista baja, escondida por la sombra de su gorra. "P-Pero sí... Me alegra que hable más"

Quiso contarle a su prometida lo mucho que la ama, y decirle que no vuelva a meterse en una batalla campal sin avisar, y hablar de cómo serán sus bebes cuando nazcan, y contar en familia todo lo que vivieron para llegar hasta donde están. Su Hoshijiro creció, y ahora su relación también estuvo a punto de dar un paso hacia adelante.

"Misa..." Levanta la mirada con lentitud. La comandante puede ver cómo los ojos de Hook están cristalinos por las lagrimas que amenazan con brotar. Se acerca a su amiga y la abraza con muchísima fuerza, estrechándola contra su cuerpo como si no quisiera separarse de la asiática. "Eres la mejor. siempre sabes que decir para hacerme sentir bien... S-Sabía que tenía que hablar de esto contigo. Gracias. T-Te quiero mucho, mi Missy, mi dragoncita confiable, mi primer amor... Continua para siempre con esa fuerza y actitud que te caracteriza. Nunca cambies, de lo contrario vendré y te cortaré por la mitad con mi sable... A-Ahora no me sueltes, que tengo frío y cuando gritabas me escupiste saliva en los ojos. Dame un rato más"

Un minuto después Olimpia suelta a Misa. Se pasa el antebrazo por el rostro. Tiene los ojos un poco rojos, pero fuera de eso no hay lagrimas o pesar en su mirada, solo una sonrisa.

"Tengo que ir a cambiarse. Hay una linda veinteañera esperándome en el altar" Le da un golpecito a Misa en el hombro. "A ti si te quiero ver con vestido blanco... Nos vemos pronto, Missy"

Ahora con el corazón más ligero, se marcha a su habitación para cambiarse. Cuando Misa también se dispuso a salir, se encontró con el cabo Comandante cerca de su mirador. El maestro de Hook no dijo mucho, simplemente la saludó y le dio sus bendiciones. Aunque bromeo diciendo que las palabras de un difunto comandante confederado poco peso pueden tener a estas alturas de las guerras divinas.

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