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BUMP
¿op?¿sigues ahí...?
>>127011
Tengo una duda, ¿a partir de esa hora comienza y termina el dia de futanari o solo tenemos hasta media noche?

>also

Recorde a pic related cuando mencionaron este genero, pero aprovechare este dia para buscar mas contenido.
>>983640
Este simio mismoputeando en todos los hilos, si está tan obsesionado con los travestis vaya y se culea uno.
Puedes ponerte a estudiar algo en lo que seas medianamente buen, consigues un trabajo estable, una casa, una espesa, hijos y luego te suicidas por pensar en que has desperdiciado la mayor parte de tu vida y eso es lo único que has podido conseguir y lo que podrás conseguir.
>>373976
>sólo te estoy diciendo que si eres nuevito no vengas a cagar los hilos con tus mongolerías de niño llorón de Mierdabook.
Ay...
>llorar por que alguien le dijo bocho a su bocho.
>acusar de ser niños de cancerbook si no te gusta su hilo.
>iniciar texto verde con mayúscula.
>quejarse de que los post solo deben tener contenido de esto.
>es el primero en poner una pic de otra monita en el hilo.
>creer que soy el negro que lo acusó de bocho.
La cantidad es adorable.
“En el torreón hay 13 presencias y algunas personas con facultades pueden verlas. Si alguien se sienta durante un rato, solo, dentro de la torre, puede sentir como si estuviera rodeado de gente”, comenta el maestro y agrega que toda la isla está llena de ese misterio que irradian las ruinas de piedra.

Los fantasmas de soldados y piratas se pasean por el poblado y toman las figuras más caprichosas: un perro que camina al lado de las personas durante las noches sin luna y que luego se transforma en humano, una niña que se cruza por los patios de las casas y desaparece, una multitud que camina en procesión por la orilla del mar al amanecer y un negro gigante que resguarda el puesto policial de la isla.

“La mar es muy caprichosa”, sentencia Piñita luego de un silencio reflexivo. “Bien lo decía mi padre, es mejor caminar por un cementerio de noche, que por la orilla de una playa”.
>>297946
>>297916

>se le irá de las manos porque no tiene árbitro, o falta un asistente
<gana el mejor dado

negros, yo así es que...
Quién sabe qué oscuros misterios o qué espanto le heló la sangre al cabo Celso Ramírez, aquella noche aciaga cuando recostó el máuser en un uvero y se destrozó el pecho de un disparo.

La detonación retumbó como un trueno que partió el silencio de la madrugada y el corredor de piedra quedó impregnado de un penetrante olor a pólvora y sangre.

Se dice que para la fecha, 1964, los soldados apostados en el Castillo de San Carlos de la Barra ya no querían cumplir la guardia nocturna, porque a las tres de la madrugada una voz de ultratumba los llamaba desde la oscuridad.

“O te relevan o te relevo” les decían y cuando ellos se asomaban desde la garita no había más que silencio, soledad y la oscura noche derramada sobre la fortaleza de piedra.

Eddy Delgado, celador nocturno del fuerte y nativo de la Isla de San Carlos, recuerda que en ese año fueron dos los soldados que se quitaron la vida. “Al cabo Ramírez le faltaban 24 horas para cumplir su servicio militar y nadie sabe porqué se suicidó”, relata.

A los meses, otro soldado también se disparó. “Estaba solo y al lado del cuerpo encontraron todas sus pertenecías, acomodadas como si fuera a marcharse, y tenía los ojos llenos de lágrimas”, asegura Delgado mientras levanta la mirada hacia la fortaleza de piedra.

Muertos tapiados en las paredes
No es para menos, el Castillo de San Carlos de la Barra encierra en sus paredes más de tres siglos de misterios. Fue construido entre 1679 y 1683, para resguardar la entrada a Maracaibo de los piratas.

Para su edificación se trajeron de África 400 esclavos, quienes recibían como único alimento agua salobre y ajo. Muchos de ellos enfermaron y murieron, pero sus cuerpos no recibieron cristiana sepultura, sino que quedaron tapiados entre los muros.

“Cuando se inició la reconstrucción se encontraron huesos, cabello, uñas y dientes dentro de las paredes”, explica la guía Luz Morales, quien durante 10 años se dedicó a orientar a los turistas dentro del Castillo.

Los 19 calabozos y el cuarto del olvido

“Si hay fantasmas y muchos”, afirma el celador Delgado. Él mismo vivió el terror de escuchar los gritos de dolor y los golpes que salían del calabozo número tres.

“Era de madrugada. Mi compañero de guardia se había ido a dormir y yo hacía la ronda de rutina, cuando sentí clarito los gritos de un hombre. Me asusté tanto que me lancé al vacío desde la plataforma”.

San Carlos de La Barra también sirvió de cárcel en los gobiernos de Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. En sus 19 calabozos cientos de hombres fueron torturados, así como en las fosas donde los presos políticos morían ahogados.

Muchos habitantes de San Carlos aún recuerdan “el cuarto del olvido”, donde un prisionero estuvo castigado con una gota de agua que le caía en la cabeza hasta que falleció.

La esposa de un capitán también murió de manera extraña dentro del castillo. Dicen que en las noches de luna la silueta de la mujer pasea por el terraplén, mientras su túnica blanca se agita con el viento que sopla desde el golfo y el ruido del mar ahoga su llanto.

En los fortines y castillos de todo el país hay muchos misterios.