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>En Cartagena
Por supuesto que Hook aceptó abrir un Dragón Food cuando su mejor amiga-casi hermana se lo preguntó. De hecho la peliazul pidió ser una de las inversionista, y aclaró que si cualquier otro se atreviese a ofrecer más dinero que ella, le declararía la guerra y destrozaría su espíritu. Porque está decidida en demostrar todo su apoyo, amor y cariño hacia su compañera de armas. Cualquier elemento que reduzca o disminuya aunque sea un poquito la manera en que expresa su afecto, será destruido.

La capitana también le envió una foto a Misa del establecimiento cuando se inauguró. Frente el local de corte oriental, ¡Hay una Misa gigante! En realidad es una versión cartoon de ella, un disfraz de goma-espuma como los Plusneyland. Saluda los clientes, se toma fotos, y regala balas a los niños que se portan bien. Una Nona es la que lleva el disfraz.

Regresando con Mercy, Torino, y la pareja explosiva...

Jay: ¿El escondiste? Hmmmmm, sí, con la suficiente creatividad e inteligencia, le podemos dar un giro erótico.

Torino: ¡Joooo! De nuevo con los giros extraños. A veces creo que es lo único en que piensas.

Jay: ¿Cómo no hacerlo con tanta belleza contoneándose semi-desnudas a mi alrededor? A todos se les ocurre, la diferencia es que yo lo admito.

Dee: Dejando de lado la ninfomanía latente de mi esposa, pienso que sería divertido jugar. ¿Quien cuenta?

Jay: Mercy lo ofreció, así que ella será la esclava y nosotras las sandías.

Dee: Jay...

Jay: ¿Qué? Es una comparación adecuada. ¿Has visto este par?

Con ambas manos tantea sus prominentes pechos, apretándolos entre sus dedos. Un experto en la materia de Tetaslogía catalogaría el cofre de Jay como superlativo. Esa carrera universitaria ha estado cobrando una mayor relevancia en los tiempos recientes, debido al aumento de féminas con atributos naturales prominentes. Cientos son los ensayos (Con imágenes para mayor referencia) que pueblan las revistas de divulgación. Hasta hay una rama que defiende que el tamaño de los pechos de una mujer es proporcionar a su inteligencia, y mientras más grandes mayor el cerebro, usando a las Cainhurst de ejemplo. Pero aunque es una teoría popular entre muchos expertos, no se sustenta ya que, por tres cuartos de lo mismo, Ikagura sería una genio, y Anya bailaría con la música de los noticieros/telediarios.

Ay, por cosas como esta es que no puedo rolear en cualquier sitio. Los políticamente correctos se me hubieran echado encima

Jay: Dejemos claras las reglas. Primero no vale salir de la playa ni meterse al mar, tampoco irse volando o cosas raras. Segundo, cómo somos melones-

Torino: Sandías.

Jay: Sí, Sandías. Tienes que agarrarnos por lo que más se parezca a esa fruta. El trasero también vale.

Torino: Có-

Jay: Esperen, antes que empiecen a ponerme peros, o darme un sermón sobre la decencia publica, les explicaré mi razonamiento para una norma así. Es para evitar los Ya te vi tramposos que solo intentan hacernos salir de nuestro escondite. Ahora Mercy no solo tiene que ubicarnos, sino acercarse sigilosamente para atrapar nuestros puntos claves. Ademas de un entrenamiento para ocultarnos del peligro, servirá como practica de sigilo para el ángel. También es un asunto de seguridad... Malo sería que nos jale por el pelo, u otro sitio más delicado.

Torino: P-Pero las mías son delicadas.

Jay: ¿Preferirías que te agarre allí o del cabello?

La Montana se ahorra la respuesta.

Jay: Mercy, ¿estás lista? ¿Aceptas las condiciones? Espero no habértelo dejado demasiado difícil. Bueno, vete dando la vuelta y cuenta hasta, ¿30? Sí, creo que es tiempo suficiente. Nosotras nos esconderemos.

Implicando que Mercy aceptara la curiosas normas de Jay, el trío de mujeres se pondrían en marcha para seguir aquel juego infantil que ahora no es tan de niños pequeños.

Jay fue la primera en ocultarse. ¿Qué hizo? Simple, se queda detrás de Mercy en todo momento y se moverá con ella para evitar que la note. Como en esas típicas rutinas cómicas donde el buscador no nota que tiene lo que busca justo detrás. Torino hizo lo simple, se encorvó detrás del haitiano y su carrito de helados. De todas, quizás Dee sea la que tenga el mejor sitio de todo. La rubia se quita las gafas y baja el cierre de su traje de latex hasta quedar en bikini, y se echa en una toalla que trajo consigo, escondiéndose a simple vista.

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