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Dante se retira poniéndose su típico sombrero Fedora y dejando a Alexia con su amiga en sus asuntos, a lo que recibe una despedida de ella con la mano acompañada por una sonrisa de ella mientras que aparentemente le toca entretener a alguien más.

—¿Que a dónde dices?, ¿En verdad vienes a un lugar desconocido así como así? Pues vaya nobles de estos días...

Estamos en Crateria, aunque creo que la reconocerías como Rusia hace unos años, pero no lo digas tan alto, los tiempos aquí ya han cambiado.

Dice extendiendo ambas manos y fingiendo decepción o menosprecio por los nobles, aunque técnicamente él sería uno de ellos, pero ahí poco importa en realidad... Segundos después le dice en dónde estaría desde el punto de vista extranjero.

Pues las opciones son mostrarte el lugar o quedarte en la cafetería del hospital por horas... Es lindo, pero créeme, no... ¿Eh?

Le dice mientras se encoje de hombros con ese típico tono de ironía que tiene para darle la opción de no quedarse por horas esperando, eso hasta que le sorprende que llegue alguien más hasta ahí, alguien que conoce muy bien...

—¿En donde demonios estabas? Te estaban buscando, Xander y Jaxter estarán fuera en unas horas y el siguiente al mando, aunque nos joda, eres tú.

Aparece caminando con sus botas de cuero y su uniforme militar una mujer de cabello blanco también pero de lentes, con actitud igual de hostil que la de la señorita que está intentando orientar Dante en ese momento.

—Oye, Natalia, no deberías hablarme así, técnicamente soy tu superior. —Le dice Dante escudándose con sus manos

—Técnicamente deberías estar en la base cuando se te necesita y no perdiendo el maldito tiempo, ¿Qué haces aquí?

—Solo compruebo la situación con Alexia e intento ligar con las, HERMOSAS, visitas, ¿No estás viendo, de qué te sirven los lentes ahora?

—¿Visitas?, ¿Extranjeros aquí? Se supone que es imposible debido al borde del silencio... Hola, soy Natalia poklonskaya, ¿Usted es...?

Pregunta aquella chica que espera la respuesta y habla con un tono serio, formal y militar que contrasta con el relajado e irónico del otro albino, y como se puede ver, no está en muy buenos términos con su líder.

—Al parecer solo se llama Britannia, ¿Es muy raro, no te parece, Nasty? —Dante bromea un poco con sus nombres.

—Ni se ocurra volver a llamarme así a menos que quieras una maldita demanda... Y no es tan raro, muchos de nuestros soldados sólo cuentan con un nombre.

—Natalia, era solo una broma, relájate o te saldrán arrugas más pronto que tarde, créeme, pero básicamente es eso.

—Pero espera un momento, ¿Britannia?, ¿Se llama igual que el apellido de nuestro capitán Helios? Pues eso sí es raro...

Al parecer la chica no logra entender eso, quizá estén relacionados de alguna forma, ya que no conoce Britannias más allá de su respetable capitán de pelo verde, así que se la queda mirando para que se explique si acaso lo quiere hacer.

—¡Ja! Bien dicho, camarada, realmente todos aquí piensan lo mismo de él, pero el capitán es el capitán para nuestra desgracia.

—Oe, ¿Eso no se considera difamación? Bien podrían penalizarte, aunque mejor lo dejo pasar por ahora, que te necesito cerca.

—No recuerdo cuando decir la verdad se volvió un crimen, todos esperan que te mueras o dimitas, ¿A qué esperas?

—Pues ya somos 2, o creo que 3 más, pero sabes que hacer si no te gusta, desafíame y gana ese puesto... O que cualquier lo haga si realmente quiere.

Tienen una conversación como cualquier otra, para ellos, ya que los insultos son el pan de cada día, sin embargo, el chico dice algo interesante, y es que cualquiera podría quitarle su puesto de capitán, pero si aún ahora lo tiene... Pues...

—Eres una basura de persona, más similar a escoria... Pero dudar de tu valor como soldado sería un error, al menos ya lo has demostrado, ca-pi-tán.

—Que linda eres cuando te lo propones, Nasty... ¡Y tú siguiente línea será... "Que ganas tengo de que te mueras"!, ¿Verdad?

—Pero que ganas tengo de que mueras... ¡Ah! —Natalia deja de hablar estando sorprendida.

—De veras muy linda cuando no parece que me quieres matar con rayos láser salidos de tus ojos, deberías aprender de ella, Señorita Britannia...

Le habla a Monica mientras que Natalia se sigue preguntando como rayos es que hace esa cosa. Su dinámica, y realmente la de cualquier que interactúe con él, es cuanto menos curiosa.

—Huff... Que dolor de cabeza me das, como sea, debemos irnos a la base, señorita Britannia, puede seguirnos si lo desea, si es pariente del capitán Helios, no dejaré que esté troglodita se encargue de usted...

Le mostraré las instalaciones yo misma si es necesario, ahora pregunto, ¿Le gustaría?

Le dice la chica justo antes de que un portapapeles negro saliera volando del interior de la puerta del hospital y golpeara la cabeza de Dante, quitándole esa molesta sonrisa. A lo que Natalia se contiene la risa...

—Oe, ¿Qué rayos pasa ahora? Se supone que deben curar a los enfermos no crear más, jodido enfermero.

—Perdón, perdón, se me resbaló la mano, en tu dirección, a unos 20 metro de la entrada y del mostrador... —Dice el enfermero con poco ánimo.

—Ya me iba, ¿Qué rayos quieres ahora, aparte de pelea por lanzarme cosas? ¡Y tú siguiente línea será... "Ni me quiero acercar a ti, pero la doña me mandó a llamarte"!

—Ni siquiera me quiero acercar a ti, pero la doña me mandó a llamarte... ¡Ah! —Y ahora es el enfermo quien se queda sorprendido.

Dice al mismo tiempo que él y aunque Dante tenía razón, no se le veía muy feliz o motivado por ello, y mucho menos Natalia quien odia que pierda el tiempo y le hagan perderlo.

—¿Y por qué tengo que ir con la dinosaurio cuándo tengo a dos bombones justo delante de mi para deleitarme? —Crítica el albino.

—No me lo preguntes a mi, la pobre ya debe estar delirando como para querer verte, pero es así... Está donde siempre y parecía urgente.

—Pues que maldito problema, pero bueno, ya no le quedará mucho tiempo, si quiere un poco de Dante en sus momentos finales de vejez... ¿Quién soy yo para negarme?

—En serio pobre doña, cuando termines llévale su comida y medicinas antes de irte, al menos sirve para algo aparte de joder a todos.

Este mira a Natalia y parece que de verdad le molesta esta interrupción, y no puede dejar que "la doña" se quede sola con él o peor, retrasarse más para empezar a planear el plan de acción de "ayuda" externa.

Pero no puede hacer mucho si es que de verdad piensa llevárselo a la base. Junto a, "¿Qué sucede rayos en Rusia?" El "¿Por qué alguien quiere verlo?" se ha vuelto se han vuelto misterios mundiales.

—Vámonos... Tu servicio comunitario puede esperar, o mejor, evitemos la tortura de la pobre señora.

—... ... ...

—Bueno, parece estás de acuerdo, deberíamos...

—Natalia, señorita Britannia, no tardaré mucho, solo esperen en la cafetería mientras lidio con esto, ¿De acuerdo?

Les dice mientras camina dentro del hospital y va al piso de arriba sin tan siquiera ver a las chicas detrás de él, al principio Natalia se niega, pero al ver que no puede detenerlo lo deja ir...

—Perdóne el que esa bestia sea nuestro capitán, pero su fuerza es incuestionable, le pido que espere conmigo, ¿Puedo invitarle a almorzar mientras esperamos?

Esta da una reverencia de perdón a la chica rubia ya que Dante ya no es una persona para ellos, sino un "ente" impredecible y arrogante pero por sobre todo muy autista.

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