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Parte 2 de la historia que estoy haciendo, especial, OP invitado y pronto se pondrá más curiosa, rara y estrafalariamente surrealista.

Intenté echarle un vistazo a mi reloj para saber qué hora era, pero vaya, ¿cuál fue mi sorpresa al ver que no tenía reloj? Exacto, ninguna, yo no tengo reloj y por ende no debía de sorprenderme. Es que tampoco tengo teléfono y mucho menos tengo auto, y creo que ellos tampoco tienen, no vi muchos estacionados allá afuera. Sólo vi unos cuantos autos, motos y bicicletas, no los suficientes para decir que todos los que están metidos aquí conmigo tenían el suyo propio. Y la verdad ¿quién quiere tener un auto como están las cosas ahora con el redbull que te venden los vampiros de las gasolineras y que cada tantos kilómetros te diga que está sediento? Ni siquiera te da alas, pero te lo venden como si fuera combustible de avión, y para el mismo tienes que esperar como si estuvieras a punto de abordar a una y el vuelo se retrasa, y luego subes y las condiciones del clima no son las óptimas y te retrasas y luego el capitán no tiene su triplemocachino descafeinado con leche y tres toques de hierbas de las selvas de borneo para darle ese toque especial a cada sorbo. Así que por esas razones no tengo auto, además, claro, que porque el que tiene auto es alguien que puede mantenerlo. Entonces ¿tal vez y sólo tal vez se vinieron juntos algunos? Apesar de lo concurrido del lugar tampoco es que puedas pedir un aventón hasta aquí como puedas pensar; sí, los bares son concurridos, pero por mi experiencia, eso de llegarte a una esquina y preguntarle a todo conductor que se para en el semáforo si van al mismo lugar te puede hacer el favor y llevarte. En el mejor de los casos, sólo te ignoran y se van. Tuve que aprender que si están con la familia no es muy común que vayan a un prostíbulo o a un bar donde los mal vivientes son los principales clientes. Así que por eso no creo que se hayan ido en grupo, y mucho más creo en eso porque se supone que nadie se conoce, o así dice la tarjeta de invitación al lugar. Sé que suena raro, y mucho más en mi situación, ya he tenido encuentros con extraños que han sido bizarros en el sentido italiano, portugués y francés de la palabra. Una vez con un tipo homosexual que m dió el aventón, todo iba bien hasta que empezó revelar sus verdaderas intenciones, me trató de vender hierbalife, inmediatamente me bajé del auto y me fui. También hubo otro evento con un... Otra vez me pongo a divagar.
Con algo de inquietud dí una vuelta de trescientos sesenta grados para saber qué es lo que veía mi nuca, no fue la gran cosa, sólo la última presentación en el escenario del fondo, a unas trescientas o cuatrocientas millas náuticas desde mi posición en el banco. El escenario era espectacular, con sus luces y metro cincuenta de sus "msnm" (metros sobre el nivel de los mortales), perfecto para presentaciones de todo tipo, artes escénicas, teatro, música, desnudos, comedia. Ya se despedía con sus fanfarrias dadas por sus admiradores; aplausos, gritos, risas, silbidos y prendas volaban por aquí y por allá en honor y gratificación a ese hombre con minifalda y piernas enmalladas con su armónica y su máscara de teatro kabuki y más nada que eso. Ante tales aficiones sólo pude darme cuenta de lo vacías que estaban las las mesas y sillas a los lados de la pista de baile y lo llenas que estaban las mesas cerradas (con más privacidad para el deleite de ella) pegadas a las paredes. Privacidad, ni tanto porque desde donde estaba sentado podía oír todo. Me volví al bartender para tratar de darle cierto sentido a mi estancia en este lugar, pero no hubo falta que me respondiera, el hombre en el micrófono sobre el escenario me lo dijo todo.
Era de contextura... Firme, o al menos eso me intuía por la voz, decido en lo que quería y en lo que hacía, no titubeaba a la hora de hablar, tampoco es que haya hablado mucho detrás del micrófono en ese momento, pero cada tanto volvía y se destacaba como él sólo podría hacerlo. Comenzó con una bienvenida para todo el mundo, al parecer, yo era el último que faltaba de la reunión, curioso porque había llegado más temprano de lo usual o eso creía, no tenía reloj después de todo.
Buenas a todos los presentes, soy OP, y yo seré su presentador, amigo, confidente y lo que quieran que sea por esta noche. Nada sexual, así que no se me alboroten.
Nadie dijo nada, pero pude percibir que unos pocos se desilusionaron al escuchar sus suspiros y su clara queja "nah, que chimbo así". Hombres de gustos curiosos al parecer. Seguía OP parado detrás del micrófono informando.
Esta noche mis queridos caballeros, será la noche donde todos nuestros deseos e impulsos serán puestos a prueba, nuestra debilidad como hombres, el honor de nuestra palabra, la credibilidad de nuestras acciones y la fortaleza mental que cada uno de ustedes tendrá que poseer para poder desatarse de este terrible mal que nos afecta...
Un claro suspenso digno de programas donde compiten personas por lo que sea, desde cómo le va a lucir esa tanga a cómo preparar el mejor menjurje levanta muertos y el cómo vestir a tu hija como la pequeña señorita prostituta donde al final de cada episodio, el pobre diablo que tuvo la mala suerte de entrar al show, por fin podrá redimirse saliendo por méritos propios, el no ser parte de ese circo de cirugías plásticas y personalidades actuadas de los que presentan el programa, unos jueces salidos del pozo de desfachatez, petulancia y arrogantes al ser ellos quienes pueden decir si el chatou de tres piezas debe tener el mismo grosor en la cadencia del remolino de cristal que ves expuesto ante ti en una presentación digna del cine mondo y sus derivados, y los sujetos de prueba para accidentes de autos que son los seguidores del programa.
La borrachera.
Desde este punto es más fácil que lo explique yo. Bien, esta es la situación, un sujeto al azar decide convocar a más sujetos al azar pero con una característica en común, todos son borrachos asiduos y efectivamente, les gusta beber. Así que lo que mejor se le ocurre no fue una reunión de la tripla a, sino, reunir a todos en un bar llamado el "Bar" (que más bien parece un hotel) reservar el bar del "Bar" y meter a más de cien bebedores asiduos a aguantar las ganas de quedar ciegos por el alcohol con una barra libre hasta el infinito y un ambiente ameno para acabar con cirrosis. No es el plan más sensato del mundo, pero hay quienes pensaron que si en una guerra no puedes con el frente que tienes, entonces abre el otro que de seguro ahí te irá mejor. Bien, cabe aclarar que no funciona muy bien lo que dice el sujeto, ya de primeras, ves a unos cuantos que no pueden ni moverse encima de las mesas y no sabes si están vivos, muertos o en el nirvana, puede que incluso en los tres o en ninguno pero lo que si están es borrachos. A esos pobres esperpentos los sacan de aquí unos señores altos y justamente se ven como si los nazis en ves de llevar traje, llevaran gabardina negra a juego con todo lo demás, pero sin la esvástica, más bien decía SEGURIDAD. esos gorilones se llevaban el cuerpo de los caídos en combate por la misma puerta que entramos y pasando y arrastrando al sujeto, cruzando el loby y en la vista de todos, los llevaban a la otra puerta, la localizada en el lado izquierdo del loby, no tenía nombre, sólo sé que llevaban a todos los caídos para allá y de allí no volvían.

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