
Version 0.2.5
>>1113735
Memin penguin.
>>1113735
Se llama memin penguin
>>1113740
Las aventuras chavistas de abobo*
>>1113733 (OP)
Repulsivo.
Los muslims se encargarán de esa plaga cuando tomen nuestras tierras, al menos algo bueno saldrá de ello.
>>400400
estarias viviendo en haiti
>>1113735
Las bolivarianas aventuras de Yomber González
>>1113730
Que comic es ese?
also, mamalo bruja
soy Shitleno
>Mcc nada cambia
>Cristobal Colón en la denominación máxima.
Kek
>>322862
>En Cartagena
Ahí nadie va a detener el juego para decir Doctora, me golpe el dedo chiquito del pie', porque allí vienen a vencer, no a llorar. A no ser que Torino se golpee el dedito de verdad, especialmente contra esas peligrosas ruedas del carrito de helados donde se esconde, pero es poco probable ya que la Montana está alerta como un pavo en Día de gracias.
Es cierto es Mercy es una jovencita de cuerpo esbelto si se compara a mujeres maduras como la Montana o el dúo dinamita de las Ladys, pero si le preguntara a cualquiera de ellas, las tres contestarían que la doctora es muy bonita, aunque de diferente manera. Dee sería neutral, diría que bajo una perspectiva objetiva los rasgos de la doctora coinciden con los rostros considerados sumamente atractivos en muchas sociedades del mundo: Caucásica, rubia, piel suave como el más mimado melocotón, su cara y cuerpo luciendo cuidadosamente diseñados. Jay abanderaría una postura carnal, y entraría en detalles sobre lo que le haría a ese pobre angelito'' sin mostrar pudor ni vergüenza, aceptaría con una sonrisa corromper a esa criatura celestial y hermosa. Torino estaría en el extremo contrario de la balanza, más que una postura lujuriosa diría que Mercy es adorable, un trocito de cielo, y que sería adecuado cuidarla y consentirla mucho porque es una buena chica que disfruta ayudar a los demás.
Las reglas son dichas y el juego empieza con la cuenta atrás de Mercy. Todas se esconden, y listas o no la doctora inicia la búsqueda. Jay va detrás de Mercy como una sombra, despistandola por los momentos. La doctora luce perdida y casi pasa por alto a una mujer rubia y exuberante sentada en una toalla, al parecer disfrutando del buen clima que tiene Cartagena esos días. Pero entonces... ¡Zasca!
¿Qué la delató? ¿La linea de color en su cabello? ¿Su distintivo busto? En todo caso la doctora se le echa encima. A través de sus palmas, Mercy palpa la suavidad y grandeza de un cofre generoso. También da un paso más cerca de su triunfo en ese juego infantil con un giro de tuerca.
"Un 10 de 10 para ti en percepción" Declara Lady Dee, que regresa las gafas oscura a su rostro. La rubia sonríe, para nada afectada por tener a una joven adulta tocándola de forma sugerente. Se lo permite porque sabe o intuye que Mercy no es una pervertida, la doctora se está dejando llevar por la inercia del momento, los jugueteos de Jay, y por esa extraña inocencia que una veinteañera no suele tener.
Los segundos pasan, hasta cumplir un minuto, y Mercy sigue aferrada a Dee como si hubiera perdido el sentido del tiempo.
"No hace falta que las aprietes tanto. Shu~ shu~, ve a por las demás, que se te escapan"
Dee tiene razón. Torino empezó a ser consciente de que su escondiste es pésimo, así que salió corriendo hasta el infinito y más allá. Se le puede ver alejándose hasta otras zonas de la playa, pero aunque la doctora pueda observarla, no servirá de nada sino le atrapa. En ese instante Mercy descubrió otra cosa de Torino, y es que es muy lenta, y se hace más lenta mientras más corre debido al cansancio. Aun así no se rinde, y lento pero seguro se va perdiendo entre la muchedumbre.
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