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>Oscar
Asiente lentamente, concediéndole la razón a Noelia, es verdad que nunca contrarió sus palabras ni las puso en duda, la rubia simplemente las aceptó con ese habitual animo que parece infinito. Oscar sale de sus cavilaciones en el momento que capta por el rabillo del ojo la cola de Noelia, que se escabulle con movimientos sospechosos hasta un paquete de galletas.

"Noelia, no, deja" Dice en voz baja para que el cajero no escuche, pero lo bastante audible para que la chica oiga, y le aparta la cola con un ligero golpecito de su mano. Aun así la punta rasga el paquete. "Ahora tienes que comprarlo"

Policía o no, sigue creyendo que se debe dar un buen ejemplo. ¿Sino que será lo siguiente? ¿Aceptar dulces como sobornos? ¿Matraquear al cajero para que agregue un paquete extra en su bolsa? Le da igual si Noelia roba una galleta y luego compra mil para regalarlas a los niños hambrientos de Australia. El error persiste sobre todo, y siempre es bueno deshacerse de las malas costumbres, especialmente las nimias como esa porque suelen repetirse a diario. Oscar también luchó con su lado cleptómana cuando Domingo le trajo a América, así que no regaña por regañar, simplemente sabe hasta donde pueden echar raíces las malas mañas.

Al salir de la tienda les recibe una Caracas nocturna y vivaz donde el viento frío del Avila se mezcla con el gentío de esas horas, que deambulan por las calles sin mucha preocupación porque confían que oficiales como Noelia les mantengan a salvo.

"Romperé una vara a favor del Lancaster... Comandante Supremo es un apodo infantil e irreal, como sacado de una comiquita. Así que tampoco le desentona considerando que no puede subirse a la mayoría de montañas rusas... ¿De donde sacaste esas galletas?" Más bien Chester sería su Bolivar, la figura histórica en la que Simón (Chiabe) basaría toda su ideología

Noelia va entendiendo que Oscar se irá aparentemente para siempre, como cuando un perro muy viejo se gana un viaje de no-retorno a la granja, con la diferencia que Oscar no planea morir con la pasividad de esos nobles canes. El pelinegro no especifica a donde irá, ni tampoco tiene intención de montar un melodrama digno de tele-novela, da media vuelta para desaparecer pero entonces la rubia lo frena con su cola Admito que me asusté un poco, y creí que querías torcer esto a mal, kek,

"..." Mira de reojo a la rubia. "No quiero" A pesar de su rechazo, Noelia insiste en darle un paquete de Mani-tops para que la recuerde. Oscar chasquea la lengua y acepta el regalo, aunque no promete que la recordará cuando se las coma. No le hace falta una galleta para eso si un día le apeteciera, la chica deja una impresión duradera con su actitud e implantes bionicos. "¿En verdad quieres que te responda del mismo modo...?" Pregunta cuando la chica hace el saludo militar. "Ni si quiera tengo gorra... Bueno, que más da"

Se para firme y le contesta de la misma manera. Finalmente el pelinegro desaparece en la noche...

https://www.youtube.com/watch?v=RAqCVqdkyIw

Temprano en la mañana Domingo junto a Oscar conducen hasta un aeropuerto privado. Debido a que la sociedad Sudamericana evoluciona a un estado militarizado con rapidez vertiginosa, los bajan en alcabalas cada dos por tres, para revisar el coche, para ver los papeles, para fastidiar porque en la mañana se aburren, etcétera. Pasan todo sin problema porque tienen los papeles en regla. Al llegar a su destino, hay una avioneta esperando a Oscar.

"¿Seguro no quiere venir conmigo? Agradecería su compañía" Dice Oscar sin aparta la mirada de Domingo, conteniendo las ansias que siente por revelar todo lo que guarda su corazón.

El ex-inspector mantiene los ojos al frente, donde el piloto anda calentado la nave. Fuma su cigarrillo y sopla el humo antes de contestar.

Domingo: Venezuela es mi patria. Si las cosas se vuelven a torcer, y las personas olvidan el valor de la libertad, me necesitarán aquí para recordarselos.

"Puede continuar su lucha en otras partes, inspector. Es momento de dejar que Venezuela se defienda sola, o decida si aceptará a los Britannias como sus nuevos mandatarios durante los años que vienen... Aun existen muchas élites tiránicas en el mundo, por eso en África y Asia serán de mucha ayuda sus habilidades. Por favor, viaje conmigo"

El ex-inspector se mantiene en reflexivo silencio unos segundos. Mira a Oscar.

Domingo: Le debo todo a este país. Es la tierra donde nací, me formé, y donde seguramente quede mi tumba... ¿Sabes por qué te pedí que te unieras a las fuerzas de seguridad y trazaras tu propio camino? Porque de esa manera uno se encuentra con un sitio al que llamar hogar, un lugar que defender no porque te lo dicte el deber, ni otras personas, sino porque uno lo decide.

"Puedo pelear hasta la muerte si usted me lo pide" Dice con tranquilidad, cada palabra imbuida con la más pura de la certeza y la seguridad. El sueño de Oscar fue proteger al ser más importante para él.

Domingo: Exacto... Por eso no te lo pediré. El mundo está plagado de personas que luchan a muerte por deseos de otros, y hace falta más personas que luchen por lo que indican sus almas y sus sentidos de lo correcto. No me debes nada, Oscar. Te rescaté hace años porque quise y estoy orgulloso de la decisión que tome. No eres esclavo mio ni de nadie. Eres un hombre libre... Así que ve y encuentra tu causa, y usa la Colt que te regalé para protegerla.

"¿Mi causa...?"

Domingo asiente. El piloto les indica que es momento que se vayan, antes que el espacio aéreo empiece a estar muy concurrido. Oscar da un par de pasos hacia la avioneta pero se detiene y hace contacto visual con el hombre que lo cuidó todos estos años.

"Inspector... Domingo..."

Domingo: ¿Qué pasa?

"..."

Al final Oscar se limita a darle un abrazo y subir al avión. Cuando están a varios metros de altura, el pelinegro conecta un golpe contra un costado del avión y se rompe varios dedos. El piloto pregunta qué ocurre, pero solo recibe palabras soeces, así que vuelve a enfocarse en el camino.

Oscar se inclina hacia adelante, su cabello cubre su expresión mientras maldice su propia cobardía. Puede matar una persona, pero no confesar sus verdaderos sentimientos hacia la persona que más ama. En todo caso ya no fue momento de volver. En el horizonte Africa le espera, un continente donde las cadenas proliferan y los Warlords gobiernas a sus anchas. Oscar va allí a quebrar su paraíso. ¿Serán muchos? Seguramente, pero como le gustaba decir cuando salía en un operativo con Noelia: La vida es como una caja nueva de municiones... Hay balas para todos.

Fin.

Ya aparte te respondo lo de Shi Tzu, solo quería terminar esto. Puede que también haga una conclusión para Margarita. No me mentiré, tuve ganas de que el Chiguire bipolar se lanzara un Ataque a la Casablanca Miraflores, pero deseché la idea porque sería saturar las cosas. Además pienso que mis monos optarían esperar a ver cómo se evolucionan las cosas en Sudamérica primero