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>Señorío Cardinal
Shi Tzu acepta los regalos de los nobles, y más allá de eso, los responde de forma sustancial con un comunicado pidiendo estrechar lazos. ¿Hasta donde puede llegar eso? Aun es indeterminado.

Ahora que los antiguos Zeonitas, esos que se alzaron con Lowd Degwin en la guerra independentista contra la Federación Terrestre, y luego batallaron por el dominio total del mundo, en su mayoría están muertos, todo quedó envuelto en incertidumbre para muchos de los sobrevivientes del Principado. Hydom Gimleh cayó, Lelouch está muerto, Char anda como pollo sin cabeza, muchas familias perdieron personas importantes. Algunos nobles alcanzaron la gloria, otros conservaron casi todo el Status Quo, y bastantes terminaron en desgracia. No es raro ver a algunos ex-condes que se regodeaban en su linaje, vendiendo a sus primorosas hijas a cambio de alquilar una casucha de mala muerte.

El Señorío Cardinal se encuentra en medio de la balanza, no se diría que ganaron, pero tampoco fue una derrota. De hecho quedaron bien parados, aprovecharon que las Brigadas andan agotadas por la cumbre de las guerras divinas, y le echaron el diente a una porción de mundo considerable. Cuando Simón Lancaster empezó a chillar en plena reunión, Alphonse y compañía aclararon que no tienen problema en realzar sus armas y sumir al planeta en unos años extras de conflicto. Que si algo saben los nobles a pesar de que se les pueda acusar de pomposos, es pelear. Más allá de los modales y lujos son gente belicosa. Pero de primeras prefieren evitarlo y disfrutar de lo que tienen. Después de todo apoyaron a las brigadas en las batallas finales.

¿Qué pasó con los viejos roces entre familias? Dieron igual. Agua pasada no mueve molino. Los Nixx carecieron de hostilidad a cualquiera de las brigadas, los Saga fueron leales hasta que los traicionaron y pasaron a otra cosa, los Bermellón mantienen una inamovible neutralidad, y solo los Gimleh se podría decir que tienen malas migas con los Lancaster por lo sucedido con Hydom, pero Ooba, que posee más la mentalidad de un empresario que de un Lord, le da igual ese hecho.

Ahora con nuevas décadas de ""Paz"" por venir, no está de más echar un vistazo al mundo y reflexionar sobre quienes de los otros grandes bandos vale la pena mejorar relaciones. El Señorío tiene al Este a Japón y el resto de islas orientales... Los nobles enviaron sus fuerzas para mantener a salvo Taiwan, su provincia satélite que seguramente en un futuro sea la base del Cuarto Lord aun indeterminado. Es obvio que desconfían de esas estados autónomos de dudosa legalidad. Respecto a la isla de los japoneses, no tienen nada contra ellos, lo único que les desagrada es el inmenso poder que poseen.

Allá lejos en el Sur, están los esclavistas australianos, gentuza con la que no quieren tener nada que ver. Lo mismo se aplica a quienes viven al norte de Asia, o a los Wardlords de África, aunque Il Palazzo demostró cierto interés por ese último continente al ser La cuna de la humanidad.

Cuando se mira al Oeste, pasando por India, Turquía, y otros países, está la Federación en Europa. Se puede decir que los lazos con ellos es positivo. Todo gracias a Lord Degwin, pues antes de ser traicionado y morir, el calvo casi alcanza la paz. Atravesando el mar ahora viene América... Los habitantes del Mar Scylla resultan tan belicosos que el Señorío ni prefiere perder el tiempo enviando un mensaje para mejorar relaciones. Con Outer Heaven tres cuartos de lo mismo. Hasta cierto punto son como Japón, demasiado poder concentrado en puntos geográficos estrechos.

En tierra está el Imperio Britannia y la Unión. Con los segundos tienen claras tensiones, especialmente con aquel que los lidera y sus simpatizantes. Son los que menos quieren tener al lado porque saben de primeras que sus ideologías chocaran. El Señorío Cardinal es un gobierno feudal totalitario con una engrasada rama burocrática; La Unión es una cosa rara. Ahora por el simple descarte solo quedan los Britannias, con quienes comparten una postura similar a la hora de mandar sobre sus pueblos, intereses parecidos, y el mismo deseo de seguir adelante sin sacrificar las raíces imperialistas que nacieron cuando el primer noble rebelde miró al cielo y dijo: Quiero que todo todito sea mío, y luego alguien más que pasaba agregó: ¡Yo también lo quiero todo! Pero en vez de arrancarse la espalda a mordiscos decidieron colaborar y compartir, formando así el Principado. Juntos pero no revueltos, cada familia encontró su propia forma de crecer, y la actitud para ayudarse cuando es necesario.

Los tres lores aceptaron la propuesta de la emperatriz Shi Tzu y cada uno envió su embajador, uno por cada familia, a Sudamerica como primer toma de contacto en esa posible alianza. ¿Dará frutos?

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