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<Desde el cielo
Las fantasías de Haniel no están muy alejadas de los sueños bélicos de otros de su clase. Que muchos ajenos al mundo angelical malinterpretan a esas divinidades y piensan que lo único que hacen es hornear galletitas mientras hablan de las bondades de una vida virtuosa bajo el nombre de Dios. ¡Claro que no! Muchos son capaces de matarte cinco veces antes que toques el suelo. Y siendo sinceros Dios no es tan buena onda como los nuevos testamentos lo quieren hacer ver, está claro que tiene su carácter. Pero si hay que elegir entre divinidades griegas lujuriosas, nórdicos amantes del pleito, o Lovecraftneanas pertenecientes a eones extraños, el bueno de Jehova/Yahve es la mejor opción para los habitantes de la Tierra. No lo digo yo, lo dicen las matemáticas.

Haniel descubre lo que se siente cuando una larva de Xenomorfo te salta a la cara. Aunque luego de que el sobre es leído, el mensaje deja de molestar y se va volando por la ventana. Ahora debe encontrarse con Palutena, que aun 200 años después no olvida la tontería de Haniel sobre querer incendiar el sol. Pero la peliverde es una criatura benevolente y tolerante, sabe que los jóvenes cometen errores. Un caso celebre fue el de una angelita que durante su clase de Plagas y penitencias, soltó su proyecto de fin de curso en la Tierra, específicamente China, causando una pandemia en el año 2020. Tremendo regaño se llevó por esa torpeza, tuvo que ir andando a los sitios durante toda una década.

Haniel sale de su casita para dirigirse al Apolifuerte, una navesota construida en base a tecnología divina. Se mete por una escotilla y va en busca de Palutena. Otros ángeles, demasiados ocupados para detenerse a charlar o ser ociosos ya que la pereza es pecado, vuelan o corren de acá para allá realizando sus tareas diarias, que si limpiar, que si ordenar, que si asegurarse que nadie indebido se cuele o masque chicle, porque es bien sabido que el chicle es del diablo. Haniel deambula y pregunta hasta que llega al cuarto de Palutena, una sala circular con un agujero que sirve de lente omnipresente para vigilar el mundo y otras estrellas donde el fulgor de la Energía Positiva sea fuerte. Porque las divinidades no son cosas de la Tierra, y Dios tiene muchas caras. Cerca del mirador está el ángel peliverde asomada, a punto de utilizar su influencia para evitar un maremoto barra con una civilización ancestral en algún lugar del mundo. Pero como Haniel viene y se abalanza gritando, interrumpe la concentración de Palutena y detiene el milagro. Fue así como los habitantes de Sentinel del Norte desaparecieron de la faz de la Tierra.

"¡Aaah!" Un puñetazo conecta con el trasero del ángel peliverde. Este rebota contra las nobles posaderas de la divinidad sin lograr mucho, pero igual dolió. La ángel se gira con una clara expresión de reproche y observa a Haniel, sin comprender por qué le atacó, aunque la pequeña siempre ha sido una revoltosa. La observadora con una mano se acaricia la nalga donde le pegó, y con la otra sostiene el báculo de mando. Inclina el báculo hacia Haniel y enseguida las alas prestadas de esta se iluminan y cobran vida propia, empieza a girar sin control, a agitarse como una Pluto cola (La Coca cola de DW), a rebotar contra las paredes hasta que Palutena decide que es suficiente castigo y su hermana menor queda derrumbada en el suelo. "..."

Bueno, no se supone que los ángeles apoyen bandos humanos sin que Palutena lo apruebe primero. Pero como el mundo está en relativo equilibrio (Es decir que todos los anones tienen algo de poder y ninguno es superior a otros en todos los sentidos), podrían permitirle a tu mona formar parte siempre y claro todo sea para esparcir el nombre de Dios. También puedes irte desembarazando de mi lore con tus acciones, es decir que te pueden desterrar al mundo mortal (Convertir en humana), o volver un ángel caído. También recuerda que si un mortal o algo ajeno a las divinidades se entera del verdadero nombre de tu mona (Osea Haniel), puede utilizarlo para dominarla. De ahí que todos mis ángeles utilicen apodos. Si quieres saber más del lore, los sistemas de batalla y todo eso, mañana te cuento. Que ahora me voy a dormir.

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