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Anónimo {{'2019-05-28T19:29:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 6463585

Esto sigue muerto asi que subire una de las que me gustan
Alice Margatroid
La titiritera de los siete colores, ella es una mujer Youkai con el cuerpo de una mujer adulta, es alta y con cabello rubio y corto y ojos claros, ella es bastante bonita, tiene una figura marcada, sus pechos son de tamaño promedio, aun así su vestido le impide mostrar sus verdaderos atributos.
Sus muñecas son la principal habilidad de Alice, aunque esto no es del todo su poder, aun así ella no luchara nunca con todo lo que tiene, por lo cual en teoría podrías tener una buena ventaja con ella.
Alice a pesar de no necesitar ingerir alimento, aun no pierde la costumbre, principalmente tomar te y comer pasteles, por si esto fuera poco ella acoge a viajeros de forma muy hospitalaria en su hogar, por lo cual el primer acercamiento no debería ser muy difícil.
Consigues un narcótico que debes poner en su te y prosigues a acercarte a su casa bastante temprano por la mañana, y como era de esperar ella deja que te quedes en su casa por un tiempo. A pesar de lo escalofriante que pueden llegar a ser muñecas que se mueven solas y que ella sea bastante fría y que apenas te dirija la palabra, tienes tus ojos fijos en tu objetivo.
Al pasar el día, observas el el modus operandi de La titiritera y sus muñecas, te das cuenta que estas hacen las labores de su hogar y que apesar que algunas sean semi-autonomas, también hay algunas que mueve con hilos.
A la mañana siguiente esperas que la titiritera despiertas, metes el narcótico en agua que debería poner a hervir para su te, aun así guardas un poco para sus pasteles por si la dosis no es suficiente, Alice te invita un poco, pero te niegas diciendo que ayunas y buscas una forma de salir del bosque, aun así te sientas a su lado mientras ella disfruta de su te, además de intentar hablar con ella.
Si el narcótico no funciona o se percata de eso, el plan b seria darle un golpe en la cabeza para aturdirla, aun así además de posibilidad de matarla (que a menos que te guste la necrofilia es mala opción), podría esquivar el golpe o que lo aguante, y tendrías un ejercito de muñecas dispuestas a matarte.
Comienzas a ver como Alice pierde su equilibrio y cae desmayada, de inmediato la tomas en brazos y te escondes en el bosque, para que nadie oiga sus gritos, comienzas a quitarle la ropa y procedes a atar sus brazos y piernas para que no pueda escapar.
Alice despierta para encontrarse atada y desnuda, contigo tocándole el trasero, ella te amenaza diciéndote que la liberes y que le debes dar una exlicacio de esto, procedes a acercar tu labios a los suyos y besarla, aunque se resiste logras meter tu lengua en su boca, procedes a ir bajando de a poco, Alice comienza a temblar al sentir tu lengua al bajar por su cuello, pecho, vientre para detenerte hay.
Alice puede tener un carácter agresivo con todos pero también esconde un lado mas cobarde, por lo que inmediatamente despues de verse incapaz de seguir luchando y tu dispuesto abusar de ella deja escapar unas palabras -para porfavor, nadie sabrá de esto pero porfavor, no sigas.
Inmediatamente despues comienzas a besar su vagina y jugar con su clítoris, la titiritera mientras intenta moverse comienza a llorar y sigue pidiendo que te detengas. Introduces tu lengua lo mas dentro posible y sientes como sus paredes vaginales aprietan bastante.
Alice tiembla de miedo al observar que sacas tu pene y se lo pasas por la cara, -no no no porfavor- repite llorando mientras cierra los ojos para no ver que le va a pasar, siente dos manos en sus hombros y un fuerte dolor en su entre pierna, como si la estuvieran partiendo a la mitad, su llanto aumenta fuertemente de tono
Mueves tus caderas sin soltar a Alice para continuar con el acto sexual, ella se sentía humillada y cuando finalmente te corres lo haces fuera, llenándole todo su cuerpo de semen.
Alice sollozando intenta pedirte que la liberes pero es inentendible, mas tu aprovechas para seguir tocando su suave cuerpo mientras lágrimas de la titiritera aun corren por sus mejillas. Ella estaba tan apretada que el sangrado fue bastante intenso, aun así el daño físico no se compara en nada a como se sentía por dentro.
Te marchas, no sin antes liberarla pues no es una amenaza, al poner tus manos sobre las atadaduras ella dice llorando y gimiendo -no mas, no mas-, al desatarla ella simplemente se seca las lágrimas y se cubre la cara. Tu te marchas para salir del bosque como si nada hubiera ocurrido.

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