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Parece que su gran éxtasis combinado con su odio hacia el albino convergen en un alucinación que le hace ver la cara de ese niño y patético líder en todos sus enemigos.

Agita su cabeza para volver a la realidad y ver a ese hachero levantarse en cólera para defender a su equipo aunque no se lo merezcan. Al parecer también es usuario de la ira espartana una de esas extrañas auras, por fortuna esta era de fuego y ella está más que acostumbrada al calor.

Parece que la niña la ignora una vez más, y no le sorprende, es difícil de creer que un enemigo que ha hecho tanto daño te dedique unas palabras amables, así que lo deja pasar... Aunque esa mirada le parece algo más que solo confianza en el niño.

Tu chico es muy fuerte al parecer. Pero no te alegres tanto, ahora soy yo quien decide si el niño vale la pena o no.

Se prepara y esquiva las llamas al igual que Belial, pero este último cae al suelo con mucho miedo y ansiedad. A veces el miedo puede ser una herramienta para la supervivencia según las palabras de su padre, así que no lo juzga... demasiado.

En lugar de gritarle a Belial se calma y ve como es que el hachero hace todo el bosque arder sin preocuparse por sus aliados.

¡¿Qué crees que estás haciendo?! Tus amigos siguen en este bosque, pueden morir por tu culpa.

No la escucha y parece que la ira lo tiene en un estado de demencia. Hace falta detenerlo a la fuerza.
Prosigue con su ataque pero gracias a la dura piel el daño es critico pero no suficiente, debe pensar en algo más.

BELIAL, recoge a la niña y sácala de aquí, es muy peligroso en ella en su estado actual.

Esta vez si le grita al perro esperando que no se paralice y recoja a su hija recipiente para escapar de ese lugar, el humo y el calor no hace buena combinación con las heridas.

Usa la cabeza, hay un lugar que nos dará ventaja en esta situación, ve ahí y prepárate para ayudar.

Eso dice en el preciso momento en que su daga especial está a punto de desviar el hacha hacia un lado, corrigiendo los errores de antes, no debería recibir ningún daño.
Al librarse del peligro intenta apuñalar el centro de su pecho el diafragma para intentar derrotarlo de un golpe, pero sabe que es improbable así que para asegurarse da una patada y lo aleja de su posición.

Esa ira nació por querer defender a tu equipo, pero si dejas que te consuma y no la controlas acabarás matándolos.

Recoge sus cuatro dagas restantes en el piso manualmente y las guarda para dirigirse hacia el río donde esperaba ver a Belial esperando para ayudarle a extinguir la llama de esta lucha...

En la lejanía ve el cuerpo ya inerte del albino, cegado, desangrado, quemado, y asfixiado. Deja morir al negligente niño, al final fue su orgullo y su culpa lo que le pasó factura.

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