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Una reflexión... Anónimo {{'2019-08-23T20:54:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 6676220

Negro, supongamos que gozas de un físico deseable y antojable para las mujeres; y tienes la oportunidad de hacer algo más de dinero desde la comodidad de tu casa, siguiendo tus propios horarios, y llegando hasta donde tú decides.

Tu trabajo será seducir mujeres mediante una webcam y masturbarte para ellas a cambio de unos horos. Al principio parecerá un trabajo de ensueño, pues básicamente te pagan para envanecerte y para auto-complacerte; pero como todo en la vida cansa, o pierde su gracia, si se hace mucho durante mucho tiempo, eventualmente irá perdiendo su magia y se convertirá, ahora sí, en un trabajo más que haces más por el dinero que por el placer de hacerlo.

Pónte bien en situación y piensa bien, negro. ¿Te imaginas llevar varias semanas, varios meses, e incluso varios años, sentado 6 días a la semana durante unas 8 ó 10 horas en promedio, sonriendo, meneándote, y modelando sensualmente para un montón de desconocidas que se la pasan preguntándote puras estupideces y que te piden que te des una vuelta, que te quites la camisa, o que te bajes los calzones, de gratis? ¿Te imaginas tener que leer la misma mierda en el chat durante varias horas, durante varios días, durante varias semanas, durante varios meses, durante varios años, y responder las mismas preguntas pendejas una y otra vez?

¿Soportarías estar activando tu sexualidad de forma forzada varias veces en una hora, durante varias horas durante varios días, durante varias semanas, durante varios meses o años? ¿No perdería gracia la paja y te cansarías del sexo rápidamente? ¿No dejarían de ser significativos los halagos y los piropos del sexo opuesto al recibirlos todo el tiempo de manera interesada sólo para que les muestres un huevo de gratis?

No todo es como se lo imagina tu pequeña mente de masturbín espermín, mi negrito. El trabajo sexual no es tan grandioso como crees...

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