Resultados de búsqueda undefined

{{'2019-09-10T18:56:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 231333

>>231100
Negro, no es por nada pero amo tu rol con la fuerza de mil soles. Me encanta. Aldo, lo siento si tengo muchos errores de redacción en este post, es que lo terminé con mucho sueño kek.
>Kaspar

Recíprocamente, Kaspar lo identifica igualmente como un hombre de fe. Sentía parcialmente normal que otros creyentes no sintiesen una fe tan acentuada y ferviente como la que él sentía, puesto que muchos no son practicantes activos ni directos. Con el pasar del tiempo, las actividades humanas como el trabajo, la vocación y el perseguir la propia felicidad fueron priorizándose por encima de la religión y de la servidumbre hacia Dios, el pensamiento fue volviéndose libre y entre otras cosas, Kaspar era el descendiente directo de una familia religiosa liderada por un acérrimo sacerdote cuyos pasos seguía a pesar de su relación, encontrándose en formación. Sin embargo, no parecía ser del todo normal, siendo que este hombre era según sus conclusiones un miembro del vaticano y según sus palabras, un experimentado exorcista. Aún así, no desconfiaba de él, y las posibles explicaciones que iba hilvanando mentalmente para explicar este pequeño "fenómeno" no lo dejaban posicionado del lado antagónico ni en balance negativo quién sabe con Dios, pero no con Kaspar.

(No es raro que hombres como él vean su fe manchada o que incluso la pierdan y merodeen vacíos en un anatema auto-impuesto. Un hombre como él debe haber visto y vivido muchas cosas que le habrán hecho dudar de la creación y de la obra del Señor, quizás debe estar en falta con él por cosas del pasado y no desea la redención, pero misericordioso es quién nos cuida desde los cielos...)

Su mirada se mantiene por encima del rostro de Joe mientras éste cuenta su versión acerca de lo que para él significo el enorme suceso que significó el colapso. Aún luce un poco perdida, pero pone plena atención a sus palabras. Se torna serio y su mirada pasa a ser la de un hombre maduro y responsable cuando el curtido cazador avisa acerca de lo peculiar que será el acto que está por realizar, asiente con la cabeza dejando salir un pequeño ruido que significaba una obvia aceptación, a pesar de no ser ninguna palabra en especial. Mira los círculos en sus manos y todo lo que comienza a performar con muchísima sorpresa, al mismo tiempo, con especial atención y seriedad, como si se tratase
de una clase especial bajo una tutela invitada. Al decir la palabra "Fiat", Kaspar junta sus manos como si estuviese comenzando a rezar, cosa que, en voz baja y para él mismo hace. La realidad se deforma frente a la taumaturgía de Abrams, pero el sacerdote alemán conserva su cordura. Mantuvo su mente en blanco acerca de los efectos que la técnica, desconocida para él, había tenido sobre el lugar, como si ya la conociese, asimilándola rápidamente, pero sintiendo un breve aire de iluminación al entra en contacto visual con el alma humana. Y es allí dónde finalmente pasa... dos luces emanaban de él como si fuesen ramas de un árbol cuya raíz era el propio cuerpo del joven, una luz brillante, una luz oscura, dos colores y tonalidades que reconoció a la perfección de manera casi instantánea, aquellas luces que aparecían en ocasiones frente a sus ojos cuando ya "todo estaba perdido". Sus ojos toman un tinte desafiante, defensivo y casi agresivo para al mismo tiempo, pulsar sus manos más fuertemente intentando darle potencia a su oración. Para comenzar a rezar en voz alta, toma una bocanada de aire, sin embargo, el efecto acaba súbitamente. Casi al mismo segundo que acaba, puede observar lo que asumió como el por qué de la presencia tan oscura que acompañaba a este hombre y de ese pequeño manto de fe que lo caracterizó desde el primer vistazo. Muchas preguntas se respondían, dando lugar a nuevas, pero si de algo no habían dudas era de que habían muchas cosas que no entendía ahora mismo a pesar de su focalización mística y religiosa.

-Bendito sea el Señor que aún entre todo, sigue brindándote su sagrada protección frente a cualquier ente maligno que te acose, grande eres, Señor... -dice realizándose la señal de la cruz con ojos cerrados, en un tono de voz serio que poco dejaba ver
-Fue por este asunto que decidí contactar al señor del Vaticano. Repentinamente, comenzaba a apoderarse de mis oídos, seguido por mis ojos y mi cuerpo hasta hacerme perder la consciencia y sólo mi propia fuerza y la voluntad de mi fe podían hacer algo para parar el efecto de esta maldición... cuando tomaban mis ojos, solía ver esos dos mismos colores, uno distinto por cada lado. Ha pasado bastante tiempo ya desde el último episodio... *cof*... ¿cómo es que es "interna"? ¿es acaso algo dentro mío? Si es así... ¿a qué se debe? ¿qué debe hacerse ahora, es posible recibir amnistía espiritual encontrándose al borde del abismo del infierno a pesar de haber sido un siervo de los más fieles? Le pido mis disculpas por el extenso interrogatorio, pero estoy muy confundido y esta maldición es un asunto difícil de sobrellevar para un hombre de fe... ¿ha conocido a más casos como el mío? -dice acomodando sus sábanas

Resultados de la búsqueda: