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{{'2019-09-11T16:15:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 231535

>>231035
>La mujer peli-rubia, escucharía las breves palabras que tenías para decirle, pero aún notaba como ni siquiera te dignabas a mostrar tu rostro, incluso con la clara desconfianza que le tenia a los asesinos. Por lo que aún no se dignaria a prestarle demasiado atención a tus palabras, y en cambio, se enfocaba mas en si la situación se ponía tensa, para prepararse para defenderse de un posible ataque que viniera de ustedes, aunque estaba desarmada, sabía que no tendría muchas oportunidades en contra de ustedes. Ya era bien sabido por ella, que los asesinos tan solo eran mercenarios, que robaban y mataban sin contemplación alguna, además de que su compañera parecía claramente de la raza Oni y tampoco se dignaba a mostrar su rostro, el cual permanecía cubierto con aquella máscara de gas, se fiaria incluso menos de la Oni, ya que fue criada en un hogar Evangélico y Conservador, aunque probablemente sea algo que sus contrarios no supieran. Por lo que no se fiaria para nada en ustedes, incluso ideando alguna forma, para poder separarse de ese incómodo e indeseado cruce de palabras, que estaban teniendo ambos.

Este sí... Claro, claro, ahora hablamos... Solo espérame un segundo, que devuelva algo...

>Exclamaria la rubia, en una muy vaga excusa, mientras agarraba el librito que había dejado en una esquina de la mesa y se dirigía, con algo de prisa, hacia la mesa que estaba del lado contrario, donde había lo que parecía un joven escribiendo y a su lado, lo que parecía un caballero afilando una espada de diseño común. La joven peli-rubia estiraría su mano junto al libro en dirección al joven con la espada al llegar a la mesa contraria, cosa que haría, que el joven dejará su tarea que generaba un leve sonido chirriante y envainara su arma, al son que además guardaba una pequeña roca para afilar que tenía entre manos, en uno de los pequeños bolsillos de su chamarra de cuero. Para que acto seguido, la rubia prosiguiera diciendo, mientras esperaba a que el joven agarrara el libro.

E-eyy... Te llamabas Karl, ¿Cierto? Me interesan las problemáticas que analiza y busca resolver tu libro, me gustaría hablar mas sobre este manifiesto...

<Karl.
¿Que? ¿En serio? ¡Al fin!, al fin, alguien que entiende una buena ideología. Si te soy sincero muchas personas dicen que es basura utópica, pero yo digo que no verían un buen modelo económico esos idiotas, aunque lo tuvieran en frente. Pensé que al prestarte esto para leer, serías otra persona de malos gustos, pero creo que me equivoqué... Kamila, ese era tu nombre, ¿Cierto?

<Kamila.
E-ehhh, si claro, lo que tú digas Karl...y exactamente, Kamila es mi nombre.

>Luego de ese breve cruce de palabras, entre aquel caballero que parecía llamarse Karl y la maíd que se hacía llamar Kamila, esta última se sentaria frente al joven Karl, se notaba que la maíd no sabía de nada de lo que Karl hablaba y que quizás ni siquiera había entendido ese manifiesto, pero había sido la excusa perfecta para alejarse de ustedes y finalmente ponerse junto a gente que posiblemente la ayudaria en caso de que ustedes dos, volvieran a querer hacerle preguntas o a intimidarla, de cierta manera la habías incomodado y la habías alejado, de igual manera fuiste engañado, alejándose en cuanto pudo, aquella maíd peli-rubia, mientras sentías como el vagón se agitaba levemente por la velocidad a la cual iba la locomotora.
<Ese pedazo de mierda, no fue sincera, no dijo la Verdad. Te engaño, merece pagar ese acto como es debido, ¿Solo lo dejaras así? ¡Cobarde! ¡Imbécil ¡Asesino de pacotilla!
>Esas palabras y sentimientos, retumbarian en tu cabeza nuevamente, quizás estés padeciendo esquizofrenia o algo parecido, algo claro es que la mano donde tenías aquella marca seguiría ardiendo, incluso con una leve acentuación, pareciendo que apoyaban metal caliente en esta.

>>231047
>Observarias tu entorno con serenidad, mientras poco a poco dejaba de arder tu mano donde poseias aquella marca. En tanto notarias también como el vagón en donde iban, se sacudia de forma leve, ante la velocidad de la locomotora, mientras también, aquella peli-rubia, le mentía a Alesteir y se iba con aquel caballero para evitarlos a ustedes, aquel caballero llevaba embestiduras de tela y cuero, de cabellera marrón y que aparentaba bastante juventud, te parecía un tanto conocido, pero no sabias de donde, además de hacerse llamar Karl, algo curioso. Por lo que podías observar a simple vista, este llevaba una espada recta en su espalda y en su cintura, del lado derecho, lo que parecía una pistola parabellum.
>En tanto podrías observar nuevamente a las personas en el vagón, que no les prestaban demasiada atención a ustedes, aquel ser pequeño pero cubierto por una túnica algo malgastado y negra, aquel hombre de ropas que parecían casi futuristas y el hombre que estaba escribiendo a un lado del caballero que se hacía llamar Karl, no sabrías que estaba escribiendo con exactitud aquel hombre al lado de Karl, pues estaba un poco lejos de tu visión directa, además de estar cubierto por su acompañante de al lado. El escenario, era un tanto deprimente y silencioso, a excepción de la charla que tenían Kamila y Karl. A las mismas afueras del tren, podrías notar un escenario inospito y oscuro, aún notandose entre-boscoso por las pequeñas ventanillas del vagón, algo claroera que avanzaban con rapidez, pero no tenías un conocimiento exacto de donde se encontraban.

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