Resultados de búsqueda undefined

{{'2019-09-12T02:20:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 231745

>Caroline
La seguridad de su acompañante es tan estable como una mesa de dos patas, y las inquietudes se filtran entre las grietas para deleite de Caroline.

"Veo que eres un chico duro y con metas claras" La voz e la chica es suave y dulce, miel para los oídos. Los labios rojos se mueven generando un sonido melodioso y seductor en partes iguales, similar al de su benefactora. Pero si el tono de Glutonny es como el amanecer en un campo de batalla, el de Caroline es la luz que entra por una fisura en el techo de una caverna completamente oscura. Un punto cálido que causa esperanza, deseo y ansias de llegar hasta ella. Fue un regalo con el que nació, y si Caroline no hubiera sufrido el accidente se habría convertido en una cantante famosa. Pero por extraño que parezca, luego de su muerte y contradiciendo el resto de sus rasgos estéticos que sufrieron y se desgataron, su voz sonó más hermosa. Quizás un poco más grave, pero eso le brindó una pizca de atrayente madurez, fue bendecida por la poesía de la muerte. "¿Ridículo? No, no, no... Soy creyente de que el mundo está lleno de posibilidades. Desconozco lo que implica ser general, pero si te esfuerza y aprovechas las oportunidades que se presenten, quizás puedas alcanzarlo"

Ella en sí misma es prueba de lo grande que es el mundo. Personifica la posibilidad de traer a alguien que murió a la vida. Aunque no de una forma perfecta.

"Es un alivio descubrir que podrás mantener tu buen ver con facilidad. Pero le pido que no se confíe. Las malas grasas pueden causar estragos tanto en el exterior como el interior. Usted tiene un cutis envidiable gracias a que expulsa los malos agentes con el sudor durante el ejercicio. Siga así" Caroline miró al oni como si estuviese observando a los ojos a un ternero que planeaba devorar cuando la situación lo merite. Quizás lo convierta en hamburguesa, le encantó la ironía. "Soy una aficionada a todo tipo de carnes"

Nota la atenta evaluación que tiene el chico sobre ella. Caroline baja los parpados y peina la parte de su pelo que cae sobre su rostro. Cuando no se tona la ausencia de su ojo, y se ignoran las costuras en sus brazos o su palidez, el rostro de Caroline es similar al que tuvo en vida, obra de los buenos genes y los cuidados de una opulenta familia. El aura tétrica desaparece y solo queda una muchachita cualquiera con un vestido caro algo sucio. Cuando el pelo vuelve a cubrir su rostro, y los parpados suben, la mentira se quiebra de golpe.

"Quizás..." Una pequeña risa siguió a su vaga respuesta sobre su origen. "Parte de lo que da emoción a las nuevas relaciones es el misterio. Mantengamoslo un poco mas, ¿vale, Sir Jeldrich?" Puso una mano bajo el mentón y desvió la mirada. pensativa. Probó a decir el nombre del chico con distintos tonos. "Jeldrich... Jeldrich... Jeldrich... Jeldrich..." El primero fue seco y cordial. El segundo helado como una amenaza de muerte. El tercero gentil y cálido, la voz de una buena amiga. El cuarto un murmullo sugerente, el jadeo suplicante de una amante. Regresó la vista al oni. "Mil disculpas, trataba de encontrar la manera más adecuada de pronunciar su nombre"

La oscuridad se acentua en aquel rincón. Por extraño que parezca Caroline pareció adecuada para estar en las sombras, como si fuese un error mostrarse en la luz.

"Algunos cuentos que leí están protagonizados por caballeros de brillante armadura, o guerreros valerosos, que salvan a doncellas de crueles secuestradores o torres custodiadas por dragones. De ahí viene la frase, que se usa para identificar a un hombre corajudo capaz de dar su vida para resguardar lo que ama, sea una damisela, sea un deber" Explican con serenidad. A su vez aprovecha por preguntar: "De camino me fijé en la estatua del Rey Demonio, pero no me acerqué lo suficiente para leer las inscripciones. ¿Exactamente qué dicen?"

Tuvo curiosidad.

"Ademas de un guerrero, eres mago... ¿Existe algo que no puedas hacer, sir Jeldrich?" Cuestiona, atenta y divertida por las reacciones que obtiene del oni. Cierra los ojos al escuchar la pregunta sobre sus habilidades arcanas. "Cero. Nada. Desconozco por completo las bases de la magia"

En cuanto rodea el brazo del chico se percata de los nervios que florecen, como un niño pequeño lejos de las faldas de su madre. El sonrojo es una buena señal, trasmite una sana circulación de la sangre. La temperatura es alta. Las pupilas se encuentran dilatadas. El bombeo del corazón acelerado. La respiración agitada. Caroline pega la oreja contra el pecho del chico y permanece así un rato, deleitándose con la música de los latidos. La muerte le ayudó a percibir y agradecer con gozo los obsequios que entregó la vida y ahora ella carece.

"Glorioso..." Declaró, soltando un suspiro de anhelo. "Tienes un corazón glorioso, sir Jeldrich... Desearía que fuese mío"

Alejó su oreja, quedando en la misma posición caballero-doncella de antes. El ogro empezó a sudar. A Caroline no le molestó.

"¿Tienes miedo de mi? Eres más grande y fuerte que yo. Podrías aplastarme si quisieras. Soy inofensiva" Llevó una mano hasta sus labios carmesís y rió. "Empecemos con las lecciones de magia... ¿Se hará aquí o hay un lugar especifico para aprenderlas?"

Caroline jamás tuvo a un cíclope de cerca ni la posibilidad de hablar con uno. Desconoció si en realidad son cobardes o poco valiosos. También le resultó indiferente las etiquetas de superior o inferior. Para ella solo hubieron dos formas de catalogar a los seres orgánicos y conscientes: Vivos y muertos.

"Veo que no aprecias a los humanos... ¿Existen seres inferiores a los cíclopes?"

Resultados de la búsqueda: