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~~Acabo de llegar ;_; turno corto para no perder mucho tiempo~~
>Kaspar

Mientras Joe continúa hablando, Kaspar a pesar de escucharlo parecía no ponerle en un principio mucha atención. Miraba sus propias manos, y luego, su mirada se perdía, se ensimismaba un poco y se alienaba por cortos períodos dentro de su cabeza, atravesando diversos pensamientos. "¿Qué pensará Dios sobre esto? ¿Estoy perdonado? ¿Debo buscar la amnistía espiritual ahora?". Mentaliza su propio cuerpo, su propia mente y su propia consciencia como si físicamente algo más estuviese con él y estuviese dentro del mismo modo que un parásito, como si tuviese una incómoda e indeseada compañía observándolo desde unas cercanísimas afueras constantemente. Pensar que esas cercanías se trataban de una visión abstracta del "él" mismo desde su propio interior lo hacía sentirse raro, quizás incómodo, quizás curioso, quizás bendecido. Pensando en lo último con ironía, dejó escapar una pequeña risa ácida, interrumpiendo inintencionadamente a Abrams.

-Je... Lo siento. -dice aclarándose la garganta- ¿Centro de espiritualidad? ¿Reducido grupo? ¿A qué se refiere? -pregunta con curiosidad, pero al mismo tiempo con respeto. Dejaba ver que, habían cosas que él desconocía, pero que sin embargo, parecía dispuesto a abordar más desde la responsabilidad que desde la curiosidad. Pensaba que "algún día quizás, lo hubiese sabido" y que cada asunto relacionado a la Santa Iglesia para él era de suma importancia.

>...escúchame, lo que tienes podría llegar a ser permanente o incluso poseerte completamente. En ti reside una entidad, para mi es difícil identificarla, pero no sucede contigo. Debes de conocer sus intereses en esta dimensión, tras eso luchar contra él por tu cuerpo o aceptarlo...

El hecho de estar en camilla en recuperación y bajo los efectos de algún fármaco de potencia moderada actuando en su cuerpo para calmar en él ciertos dolores producto del accidente ayudó a que Kaspar pudiese procesar la noticia. Por un momento, se sintió como un enfermo al que se le había anunciado su muerte desde la perspectiva de alguien que ya la había aceptado. La tranquilidad a la que estaba atado por su estado lo hizo no exaltarse a pesar de la negatividad, sólo soltar un largo suspiro y una sonrisa aciaga e irónica, aunque, en cierto modo, esperanzada. No se sentía abrumado, sin embargo, sí un poco aturdido, más desde el desconocer todo lo que estaba teniendo lugar y el por qué. Tras tragar saliva luego de unos 30 segundos de silencio, finalmente emitió una respuesta.

-Entiendo... Nos mantendremos en contacto. La paz y la protección del señor se hagan en usted en su reyerta. Con usted estarán mis oraciones como un hermano e hijo del Señor, señor Abrams. -

En cierto estado de tensión, intentando no pensar en todo eso, lleva a cabo sus cortos procesos de recuperación y sus chequeos por parte del cuerpo de profesionales del lugar. En caso de cualquier emergencia, tomó como un objeto de gran importancia el número de contacto que Abrams le había dejado para llevarlo siempre con sí. No puede sacarse de la cabeza la imagen del aura blanquecina al ver a la gente pasar a lo largo de su habitación, y luego, por el hospital durante breves momentos. No era algo que le molestase en absoluto, al contrario, sentía que había alcanzado un nuevo nivel de entendimiento sobre el espíritu humano y que estaba ahora más cerca de la figura de Dios de lo que antes lo estaba. Las palabras de Abrams sobre conocer sus intereses y luchar o aceptarlo retumbaban en su cabeza constantemente. Ésto último había hecho mucho eco en él desde que lo escuchó.

("Luchar o aceptarlo"... "Conocer sus intereses"... ¿de qué se trata? Por la noche... intentaré hacerlo venir en una oración cuando mi mente esté tranquila y limpia, este ruido no me permitirá concentrarme para entrar en un trance de oración como el de aquella vez, cuando ingresó en mí... Hubieron grandes hombres, quizás decisivos para la humanidad que pasaron por lo mismo que yo ¿qué pasó con ellos? Es algo muy interesante y muy curioso.)

Tras tanto, sólo se dirigiría a la cafetería del hospital, sin haberse realmente peinado o cambiado la ropa, ya que fue algo inerte y guiado por el hambre puesto que no había llegado a alimentarse en aquella fatídica ocasión previa a su accidente. Distraerse un rato de la camilla y cambiar de posición junto con comer algo le haría bien, pero, invadido por la intriga, su intención principal sería obtener información sobre el museo en algo como pequeñas guías turísticas o detalles de boca en boca por parte de las enfermeras, que pensaba Kasper, eran gente nativa del lugar que vivió toda su vida allí.

(No será lo mismo que presenciarlo en persona, pero saber algo sobre ellos o quienes fueron jamás estará de más... estará en mi lista de cosas próximas por ser hechas.)

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