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>>233802
Ya se negrito, el que dijo eso era Siren. Leerte me hace dar cuenta que aún me falta bastante por mejorar. ¿Me pasas el PDF que hiciste? Aprovecharé el break para leer un poco y volver aún mejor, quiero que los negritos disfruten más los turnos.

>De forma firme y segura, das un paso al frente, empezando a dirigirte a los adentros de aquella lúgubre catedral, en primera instancia podrías notar las imponentes puertas de madera que yacían como entrada principal de aquel lugar sagrado, hogar de la diosa primordial que conformaba a la mayoría de las religiones del continente, "Nirvana".
>Divagas en tus pensamientos unos instantes, para luego efectuar un leve empujón con tus finas manos, a la puerta que tenías frente a tus ojos, cosa que hace que esta misma se empiece a abrir de forma lenta pero pausada, finalmente está quedaría entre-abierta, dándote senda libre a que pases a aquel recinto sagrado.
>Das algunos pasos breves, subiendo por algunos pequeños escalones que tenían en la entrada, para posteriormente solo entrar por completo al interior de la catedral. Podrías notar el fino piso de mármol blanco que conformaba el suelo, dando un escenario similar a la de una de las típicas tardes invernales del distrito de Whitechapel, cuando la nieve caía y el invierno se cernía algunos meses, sobre toda la población de ese hemisferio. Aún recordabas los duros inviernos que asolaban a Whitechapel, aunque ya estabas algo acostumbrada al frío, era probable que no sobrevivieras al próximo invierno en tus condiciones actuales, invierno el cual no estaba muy lejos de llegar.>Observarios todo el complejo, pudiendo notar los bancos que eran de madera, de diseño típico de una iglesia o catedral, todos acomodados al unisono, como si aún siguieran conformando un árbol, aquel extenso conjunto de asientos. Aquellos asientos te recordarían fugazmente a los bancos que rodeaban a las mesas del comedor del orfanato, donde habías pasado innumerable mañanas, tardes y noches, alimentandote junto a los demás huérfanos, los cuales curiosamente no eran demasiado en Whitechapel, quizás en aquellos asientos es donde habrías recibido tu primera cena junto a Fayhe, probablemente cuando tan solo fueras una joven infante de algunos meses, que fue abandonada a su suerte frente a aquel orfanato, por razones desconocidas.
>Mas haya de eso, podrías encontrar la soledad y silencio, que tanto habías estado ansiando últimamente, tan solo escuchando el eco de tus pasos que retumbaban en toda la catedral, y el leve sonido de los latidos de tu corazón, bombeando sangre a todo tu cuerpo, al son de tu tranquila respiración.
>Observando más haya de eso, podrías ver los altos techos estructurados de aquel lugar, junto a las grandes vitrinas que adornaban a todo el recinto. Aunque una vitrina parecía llamar especialmente la atención, y era la que estaba colocada por detrás del altar de madera principal, donde probablemente los sacerdotes den su alocución tipica en las misas, aquella vitrina parecía representar a una gran mujer rubia, con un cuerno de guerra en la mano izquierda y que permanecía rodeada por seres de los cuales desconocías su procedencia o identidad de igual manera que con la gran mujer rubia. Aunque fuera probable que quizás sea Nirvana o alguna otra santa que aparezca entre las extensas páginas del "testamento". Aún así, ese hecho no dejaba de lado la majestuosidad de la vitrina, la cual al ser chocada por los rayos del sol por afuera, le daba una viva sensación resplandeciente, que parecía bañar de variados colores a toda la catedral, colores que contrastaban con el aura monocromática de la catedral. Sin duda algo bello a simple vista, dependiendo del concepto y gusto de cada uno, claro está.

>Aunque aquella paz de la que eras testigo, no duraría demasiado, pues escucharias como unos lentos pasos se acercaban a ti, aquel sonido hacia bastante eco en el lugar, debido al espacio del mismo, por lo que te sería bastante sencillo el sentir aquel retumbante sonido, que venía de tu lado izquierdo. Por lo que si ladearas apenas un poco la cabeza, podrías notar quien era el que se dirigía a tu posición. Parecía una especie de sacerdote, llevaba ropas algo finas y de color negro, con detalles de metal en forma de cruz en sus muñecas, su tez era blanquecina, su cabello era de un rubio claro que estaba peinado hacia atras, mientras que sus ojos eran de un verde oscuro, este llevaba un sonrisa jovial en su rostro, pero una mirada algo cansada debido a la hora. Aquel aparente sacerdote tan solo se acercaría a ti, hasta tenerte a tres pasos de distancia, mientras mantenía sus manos por detrás de su espalda, en una posición recta, y así mismo empezaba a exclamar algunas palabras, las cuales tenían impregnadas emociones como curiosidad y simpatía, más haya de estar cansado, no daba una mala impresión aquel hombre, del cual desconocías totalmente.

Lamento interrumpir su tranquilidad hermana. Pero logró despertar mi curiosidad el que esté aquí sola, desde tan temprano, ¿Acaso tiene algún inconveniente o necesita ayuda? No dude en decirme.

>Diría aquel hombre que parecía rodear los 30 años, mientras mantenia un tono jovial, dudoso y fraternal en sus palabras, mientras tenía dirigida su mirada ojiverde en los ojos de su contraría. El ambiente parecía sumamente tranquilo en aquel lugar, en parte por el cese del retumbar de las campanas de la catedral. Mas haya de la calidez de las palabras del sacerdote, la temperatura aún parecía algo fría en aquel lugar debido a que aún estaban en los atisfagos de la mañana, mientras que se sentía una leve humedad en el aire, como era característico en la vieja Whitechapel. No era raro que la mayoría de los que vivieran en ese distrito sean prácticamente inmunes al asma, de tantas veces que lo han contraído y lo han que tenido que curar con sacerdotisas o magos.

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