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Con mi chamo anterior, que fue con quien me inicie a hacer trios y eas vainas, sucedio que nos metimos en una mierda que quedaba por el centro, por capitolio, al lado de otra vaina que aún hoy día existe y se llama tasca avila, el antro en cuestión se llama fifty-fifty (creo), y nos metemos alla un día de fin de semana de hace como 5 años, y nos empezamos a beber las respectivas cervezas (No bebas si vas a conducir). Lo cierto es que al sitio entra un militar uniformado y todo y habla con unos transfor y luego se va, de una se me prende el bombillo y le digo a mi chamo de aquel momento que si lo quiere para él, como me dice que sí, le digo que me espere que ya regreso, salgo y alcanzo al tipo en la calle y le saco la respectiva conversa. Le hablo claro y el tipo acepta, me regreso al antro con él y le presento al culito mio. Una cerveza más y arrancamos pa la casa. Llegamos y el pana tiene el guevito infinitésimal, para los que no manejan el dialecto: chiquito. Pero bueno ya estabamos montados en el burro así que había que arrealo. El tipo acaba, se monta su niforme y se despide, no sin antes extenderle una invitación para una siguiente vez pero que se traiga un "curso" pa la próxima, para pasarla mejor. Intercambio de números y fin del primer capítulo.

Para no hacer la vaina tan larga, pasan los días y una tarde mi culo me llama y me dice que está en casa y que el militar está allá de visita y que vino con un primo, peor que se van y regresan más tarde porque van a comprar no se que vergación. Llego a mi casa y como a las 9 d ela noche aparece el mister con otro pana que no era el de la tarde (eso me lo dijo mi chamo, el de entonces no el de ahora) y luego empiezamos a conversar, dicen que tienen hambre y amablemente le matamos el hambre, luego piden una porno, se la ponemos, y luego insistían en empezar a desvestirnos, le dije que cual era el apuro, en fin, el militar se despide y el primo pide el baño, cuando el hijo e puta primo sale del baño, lo hace abriendo la puerta de coñazo y con una pistola en la mano. Verga aquí me declaro un bestía para describir el miedo, la impresión, la angustía, el coñazo de sentimientos que lo invaden a uno, sé que no entre en pánico, más bien trate de senerarme. Era un bojote de ideas encontradas en mi cabeza querer que alguien se diera cuenta y nos ayudara, peor al mismo tiempo que mejor que nadie se diera cuenta para no rayarme de gay con los vecinos, pero a la vez pensar que es mejor que se enterarán que era rolo e marico pero que no nos matarán, mil vainas dando vueltas en la cabeza mientras los malditos nos decian que cerraramos los ojos y no los vieramos a la cara, nos amarraron los pies y brazos atrás, nos amordazaron, nos dijeron mil ofensas, le dieron volumen al televisor y comenzaron a sacar y revolver todo. De paso nos mandaron a acostar en el suelo, y nos lanzaron unas sabanas por encima, como a los muertos en la calle, se decían cosas como: "los matamos?", "qué dices tú?". Verga un sicoterror arrecho. De verdad que en ese momento quería que no estuvieran ahí, pensaba en que era culpa mía por ser tan puto, tenía mucho miedo por mi chamo (el de entonces) y sentía unas ganas desesperadas de ayudarlo, deseaba que no lo tocarán y que me matarán a mi le pedía a Dios que no le hicieran nada a él, recuerdo rezar mucho mientras nos pasaban por encima y nos pateaban. Pedí que si iban a matar a alguien que fuese a mi.

Bueno y para acabar esto, los malditos empezaron a mudarnos, no se llevaron 3 o 4 pendejeras en un morral sino que se llevaron todo, computadora, tele, dinero, y lo que no se llevarón era porque no había, es decir, los sucios venían en un carro, o bien un carro los vino a esperar o bucar la vaina era bien organizada, y con un güevón como yo que no sabía nada d ela vida, pues se les facilitó la vaina. Al fin se fueron y como pudimos nos salimos del amarre, y me sentí estúpido imbecil, aguevoniado, un pobre pendejo, el más pendejo, y fin. Se llevaron las llaves y esa noche de haber tenido dinero nos hubiesemos ido a un hotel, por no quedarnos ahí por si volvían, pero no, nos quedamos ahí y resolvimos al día siguiente cambiando cerraduras y eso, pero esa noche fue larga y fea, tuve que jode pesadillas y casí ni dormí, pendiente del mínimo ruido, pusimos la cama contra la puerta, y listo, la verdad más nunca les vimos la cara, ya no los recuerdo, pero aprendí fuulll de eso.

Ya no vale que me digan sugeren´cías de qué hubiese podido hacer, ya no vale la pena, sin embargo el post del amigo me recoerdó esto y sentí obligación de compartirlo. Dicen que nadie aprende con las experiencías ajenas, pero no está de más hacer el intento.

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