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¿Dijiste que Zank tiene parentesco con una humana? Kek

>Te lograrias levantar, de forma lenta y paciente, usando de ayuda la superficie de la pared, mientras que terminabas de escuchar a aquella que se hacía llamar Euryale. Para posteriormente tan solo ir hacia dónde estaba tu katana, para luego levantarla y volverla a enfundar con lentitud, lo mismo harías con tu máscara de hierro, la recogerias del suelo, observando todos los magullones, abolladuras y cortes que está poseía, para posteriormente solo volvertela a colocar en la cara, mientras terminabas de recuperar el equilibrio completamente, equilibrio que te había arrebatado el golpe de Euryale tan solo momentos antes.
>En tanto, y sin mirar a Esteno, le dedicarías algunas palabras en un tono severo y frío a esta misma, mientras te ibas retirando del lugar. Por lo que Esteno, tan solo mirándote a tus espaldas, con una mirada casi colérica, mientras apretaba sus dos puños a la vez, te diría de una forma bastante severa, demostrando enojo y casi furia contenida, en cada una de sus palabras.

Tenlo por hecho, Oni. Recuerda bien mis palabras. Esta no sera la última vez que nos crucemos, la próxima partire tu fe, hueso por hueso y disfrutaré cada segundo de eso, no lo olvides...

>Diría aquellas palabras que permanecían empapadas de ira, pero con un atizfago de orgullo aún en su hablar, Esteno desde ahora se dispondría a entrenar más duro, para en un futuro enfrentarte y vencerte con facilidad, quería humillarte la próxima vez que se encuentren y demostrar que la raza de las Lamias era mucho superior que la de los Oni.
>Pero tú, sin prestar mucha atención a aquello, seguirías a Euryale, caminando con lentitud, a la vez que te retirabas de aquel recinto de la milicia. Apenas al salir podrías ver que había caído la noche, podrías notar como cada exhalación que dabas se transformaba en vapor, a la vez, que sentías un leve escalofrío repentino en la espalda, que generaría un leve titubeó en ti, debido al fuerte frío que se habría impregnado en el ambiente. Al notar la oscuridad que había inundado al cielo, repentinas preguntas inundarian tu cabeza, como, ¿Que pasó con pepper? ¿La habrán hechado del departamento por que no pagaste la renta? ¿Le habrá disparado a la cobradora? ¿Estará bien sola? Era de noche, y aún más importante, era una niña pequeña de 9 años, pero quizás no era momento para preguntarse por aquello.
>En el camino podrías notar como Euryale solo caminaba y te guiaba hacia tu destino, estando extremadamente callada, no pareciendo que le importará tu presencia en lo más mínimo, tan solo parecía querer cumplir su recado, sin saber nada más de ti. Parecía que el sentimiento entre ambos, sería mutuo.
>En el camino seguirías sintiendo como se acentuaba aún más el frío en tu cuerpo, y el como sufrías una piloerección, además de un temblequeo leve en el cuerpo, a diferencia de Euryale que parecía estar completamente bien, probablemente debido al ya estar acostumbrada a los climas de estas tierras, no sufría tanto por el calor o el frío alto, al igual que las demás Lamias. Probablemente ya fueran una raza adaptada a estos climas.
>Luego de algunos minutos de caminar de forma lenta, guiado por Euryale, llegarías hasta las rejas de un color obscuro que rodeaban al castillo de las matronas y aparentemente lo protegía, aunque a pesar de la altitud de estas, no parecían una gran protección aquellas simples rejas. A pesar de eso, al llegar Euryale frente a las rejas, estás serían abiertas inmediatamente por guardias que estaban a los lados de esta, esperando a que ambos entrarán para posteriormente volverlas a cerrar, en un impávido movimiento que era característico del leve choque del metal y del cierre de una cerradura.
>Acto seguido, ambos irían hasta las imponentes puertas del castillo, las cuales ya habías observado con anterioridad, el día que traicionaste a tu clan. Euryale, está tan solo entre-abriria una de las puertas y ingresaria al interior, esperando a que tú pasaras de igual manera, para volver a cerrarlas nuevamente. Mientras procedías a pasar, notarias como Euryale cortaba repentinamente su silencio, que se había reservado para ti todo el camino.

Arrodíllate frente a la matrona...

>Diría de un modo seco y breve, aún no pareciendo que le importaras en lo más mínimo. Euryale luego de decir aquello, tan solo se mantendría observando el lugar, para desde la puerta, viendo directamente a los tronos, el ambiente se notaba algo frío, además de bastante oscuro, pero tenuemente alumbrado por un sin fin de velas que rodeaban el lugar. Frente a ti yacían los dos tronos, que ya habías visto antes, pero que esta vez solo estaba ocupado uno por la matrona de las serpientes, sentada en el trono del lado derecho, mientras que el izquierdo permanecía vacío. Aquel lugar te traería vagos y malos recuerdos del pasado, recordando brevemente cuando la matrona de las arañas les ordenó ir hacia aquel orfanato con ayuda de Vazliel, para paulatinamente llegar a cometer ese horrible acto contra un sin fin de niños de tu propia raza y nación.
>Viendo el lugar, podrías darte cuenta que gozaba de bastante calma y una tenue luz que ofrecían las velas blancas, mientras que dos imponentes tronos se planteaban frente a ti.
>Podrías divisar a la matrona de las serpientes, se veía prácticamente igual que la última vez, piel blanquecina, cabello blanco, ropajes simples pero finos, mientras que la parte superior de su cabeza era cubierta por una rara máscara de oro y en la parte inferior de su cuerpo, se podrían observar un multitud de serpientes esmeraldas, en vez de piernas. Aquella matrona tan solo conservaría un rostro tan sereno y tranquilo, que en primera instancia parecería dormida, pero esta comenzaría a hablar de forma repentina, en un tono un tanto cálido pero tranquilo, mientras tan solo permanecía con una de sus manos a cada extremo de los apoyabrazos del lujoso trono en el que se sentaba, el cual era conformado por metal, madera, piedras preciosas y oro.

Nos volvemos a ver... Siento la ausencia de mi compañera, pero normalmente duerme temprano, de igual manera yo, pero a último momento supe que tenías algo para decirme, y también se me ocurrió ofrecerte algo, Oni.

>Diría en aquel tono, mirando a tu dirección a pesar de tener aquella máscara, que por obvias y aparentes razones no la dejarían ver.

También supe que tuviste un altercado con una de mis hijas.. Esteno. Disculpa su actitud, es algo joven, pero se que se terminaran llevando bien...

>Exclamaria aquello, esa lámia, que tenía un aspecto incluso más diferente que cualquier otra que hubieras visto antes. Mientras está misma, usaba un tono sereno pero pausado, casi como si de una anciana se tratase. A tu alrededor aún se imponía aquel ambiente tan tranquilo y serenó que caracterizaba a aquel palacio, solo que con la mínima diferencia, que está vez no habría concubinos atendiendo a aquella matrona, tan solo ella, con una tranquilidad que casi se sentía como un lento y placentero arrullo de madre.

Al fin encontré un buen aspecto para la matrona

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