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Bumpsito

Lilian había esperado este momento por mucho tiempo. Su pulso estaba muy acelerado. Abrió la puerta. Ahí estaba ella, María Corina, tan hermosa como siempre. Lilian la invitó a que pasara.
El nerviosismo de Lilian era evidente, le temblaban las manos ligeramente. Se detuvo en el pasillo y volteó a ver a Maricori. "Ya no puedo más" le dijo. "Extraño a Leopoldo... lo necesito". Maricori se acercó a ella y se vieron directamente, cara a cara. Maricori la veía con cariño, casi como una madre ve a su hija. Lilian parecía muy triste, como si quisiera llorar. "Lo sé Lilian, pero te prometo que pronto Maduro va a caer. Pronto estarás con Leopoldo." Maricori empezó a acariciar la cara de Lilian, quien no pudo mantener la mirada; estaba sonrojada. "Pronto seremos libres"- dijo Maricori - "y reconstruiremos Venezuela. Vamos a acabar con todos los chavistas, no quedará ni uno solo."
Lilian volvió a conectar su mirada con los ojos de Maricori. "¿Me lo prometes?" "Te doy mi palabra". Maricori le dio un beso en la mejilla, y se abrazaron por unos instantes.
"Me siento tan sola" - dijo Lilian - "ya no puedo seguir así. ¿Cuánto más tendré que esperar para estar con Leopoldo?" "Aquí me tienes a mí, yo estaré siempre a tu lado" respondió Maricori, y acto seguido plantó un beso en la boca de Lilian; cuando sus labios conectaron, Lilian respondió, y sus lenguas se entrelazaron en un beso apasionado y largo.
Maricori tomó la mano de Lilian y juntas se dirigieron a la habitación. Nunca habían estado juntas. Entre ellas solo había habido insinuaciones, pero la tensión era cada día más evidente. Se quitaron el calzado y se sentaron sobre la cama, una frente a la otra. Maricori tomó la cara de Lilian y la besó de nuevo. Mientras se besaban, Maricori pasó sus manos por los pechos de Lilian, y ésta hizo lo mismo con Maricori.
Maricori se quitó la blusa que traía, dejando ver su brassiere. Lilian se la quedó viendo con lujuria, mordiéndose el labio. Maricori se quitó el brassiere, dejando ver sus hermosos pechos, todavía firmes. Lilian no pudo controlarse y se abalanzó sobre ella, tirándola sobre la cama, y empezó a chupar sus senos. Hacía mucho ruido mientras mamaba sus pezones, y Maricori empezó a gemir. Estuvo así unos pocos minutos, masajeando y mamando sus pechos y lamiendo su vientre, mientras Maricori le acariciaba el pelo. De vez en cuando cambiaba las lamidas y chupetones por besos.
Lilian se detuvo y se quitó la blusa y el brassiere. Sus pechos no eran tan grandes como los de Maricori, pero eran igual de hermosos. Se dieron un beso, y Lilian se acostó. Esta vez fue Maricori quíén pasó su boca sobre Tintori. Tras varios minutos de pasión, Maricori se detuvo, y empezó a desabrochar el cinturón de Lilian. Le quitó los jeans, y empezó a besar su vulva a través de sus panties. Estaba ya muy mojada. Le pasó la lengua sobre las panties una y otra vez. La fricción hacía que Lilian se excitara cada vez más, y soltara leves gemidos de placer.
Por fin, Maricori le quitó la ropa interior, dejando ver una vagina rasurada, excepto por un poco de vello en el mons Venus. Su vagina estaba tan húmeda, que escurría la lubricación. Primero le dio unos besos sobre el vello púbico, luego sobre los labios, y finalmente sobre el clítoris. Volteó a ver a Lilian, que tenía los ojos cerrados y se relamía los labios. Se veia tan hermosa e inocente. Su vagina olía delicioso, el aire estaba lleno de feromonas.
Empezó a lamer alrededor de la zona, primero de un lado y luego del otro. Luego empezó a chupar sus labios, primero uno y luego el otro, alternándose. Su vagina era tan estética, con labios perfectamente simétricos, no muy largos ni muy cortos, justo a la medida. Después empezó a lamer los jugos que escurrían de la vagina, eran tan deliciosos. Empezó a penetrar a Tintori con su lengua, adentro y afuera, una y otra vez, mientras Lilian gemía suavemente y se tocaba los senos. Finalmente, se concentró en el clítoris, chupando suavemente mientras metía dos dedos en la vagina, sincronizando el movimiento de sus dedos con el de su lengua. Así estuvo varios minutos, hasta que los gemidos de Lilian y sus contracciones indicaron su clímax. Maricori se detuvo, y le dio varios besos en la vagina.
Ambas sonrieron y se dieron un beso. Luego Maricori se recostó: era su turno. Lilian le quitó los pantalones, e hizo lo mismo que había hecho Maricori. Primero pasó su lengua sobre la ropa interior, y luego le quitó las panties. Su vagina, a diferencia de la de Lilian, no tenía ni un pelo. Sus labios eran un poco más grandes, y su monte púbico un poco más prominente. Al igual que Lilian, estaba ya muy húmeda por la excitación. Lilian repitió lo que Maricori había hecho sobre ella, hasta que ella también tuvo su orgasmo.
Lilian se puso al lado de Maricori y descansó su cabeza sobre su pecho. Se quedaron así un rato, descansando. "¿Alguna vez habías hecho esto?" preguntó Lilian. "Varias veces" dijo Maricori -"¿y tú?" "Nunca, es mi primera vez con una mujer" respondión Lilian. Sin duda Maricori tenía más experiencia, se notaba por cómo se habia manejado. Habían ya pasado cuarenta minutos desde que Maricori había llegado, y ya empezaba a oscurecer. "Quédate a dormir aquí conmigo" le dijo, y Maricori asintió. Se cubrieron con las sábanas y durmieron juntas hasta el amanecer, bajo el resguardo de su guarimba, mientras el caos de las protestas consumía la ciudad.

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