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>Uróboros
"Mi nombre es Saber... Soy el avatar del conocimiento. Ahora... Prosigamos" Con esa respuesta, se dio paso a la continuación del aprendizaje.

La dama apagó el televisor, debido a que no fue necesario ver más. Se limitarían a cosechar el miedo que una epidemia desconocida produce en una sociedad moderna. Por lo que ella respecta, las acciones de su hermano menor resultaron un éxito. Tomó la caja del lamento entre sus dedos y antes de partir a pasear por su mansión, miró una vez más al luchador de enorme porte.

"Esos cazadores... ¿Podrían vencerte, hermano?"

El guerrero del terror encaró el rostro lleno de clavos. La niebla surgió alrededor hasta formarse en un machete que sostuvo en una mano: Su núcleo. Guardó silencio durante medio minuto, rememorando todas las escenas de la batalla en su cabeza. Inicio, nexo y final. Tardó poco en obtener la respuesta.

"No" Respondió con tono ronco y seco. Luego se convirtió en una nube de bruma que traspaso las paredes hacia una dirección desconocida. La dama soltó una risa y comenzó su paseo.

Una semana transcurrió con normalidad. Dos nuevos apóstoles del miedo fueron cobrando forma... Uno ligado a la música, otro a las ondas y señales que utiliza el aparato conocido como televisor. Pero aun faltó para que estuviesen listos.

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Se les prohibió a la humana y al vampiro que salieran de casa hasta que la situación en la ciudad se controle. Aunque en la actualidad estuvo lejos de sanarse, se calmó lo suficiente para permitirles rondar por los vecindarios cercanos. A la humana le dieron de comer alimentos aptos para su consumo. A Tony se le entregó los suministros de carne perteneciente a la vampiresa.

En el jardín trasero, Saber demostró lo aprendido esa semana. La familia Uróboros tomó asiento en un mirador cercano, deleitándose con las notas que logró producir la pequeña avatar con sus expertos movimientos de violín.

Al concluir el espectáculo... Alzó los dobladillos de su vestido en una reverencia hacia los espectadores. Los avatares aplaudieron, exceptuando 105 y 106 que carecieron de la fisiología necesaria. El reptil indestructible se limitó a dar vueltas para trasmitir su buen humor. Saber se inclinó y le acarició la cabeza. Luego ladeó su mirada hacia Samantha.

"Ya no tienes nada que enseñarme respecto a la música..." Entregó el violín. "Con lo que aprendí un futuro hermano será hecho. Gracias" Dijo con un tono carente de cualquier emoción, apagado, dando la impresión de que en realidad es falsa como una muñeca. Sus ojos oscuros viajaron hasta la dama. "¿La cosecharas ahora?"

"Tal vez... Samantha, querida, ¿en qué más podrías ser de utilidad?" Preguntó la señora del dolor. Una idea se le vino a la mente. "Ese lugar llamado escuela... ¿Sabes cómo funciona y cómo es? Podría ser útil para Saber conocer eso. ¿Puedes llevarla? No te preocupes por los infectados, con Saber al lado no se acercaran... La enfermedad conoce nuestra esencia"