
Version 0.2.5
>>92987
ya quedo
>>32272
Bueno serote. Ya tengo tiempo libre. Prepare esas nalgas para una consultoria del todo poderoso bufete popular chanero. Eso sí, siempre pague abogado codo serote.
>>219181
De hecho, los líderes sociales sí son campesinos en su mayoría inocentes asesinados por guerrilleros o narcos por promover cambio de cultivos. La única redpill al respecto es que los mamertos compran marihuana y cocaína apoyando a esos que los matan.
>>92662
>ese control de daños
>>92964
>>92962
>no sabe que la mememagia de los dados no se aplica ninguna regla
mal negro, te mereces un castigo voy a darle reroll a estas dos imágenes a ver si recibes tu merecido castigo
>>92997
>>92995
>>156974
Haz lo que quieras, aunque yo voy a esperar al otro hilo seguramente
>>418286 (OP)
>jugables
Rance
>arte
SEQuEL
>gráficos
Rance
>>1825947 (OP)
Voy a dumpear varios libros que tengo en mi carpeta personal, usen mis post como catalogo.
1984
La novela se desarrolla en el año 1984 y siguientes en un futuro Londres, parte de una región llamada Franja Aérea 1, «... que alguna vez fue llamada Inglaterra o Britania»2 integrada, a su vez, en un inmenso estado colectivista: Oceanía.
La sociedad de Oceanía está dividida en tres grupos. Los miembros "externos" del Partido Único, los miembros del Consejo dirigente o círculo interior del partido y una masa de gente, a la que el Partido mantiene pobre y entretenida para que no puedan ni quieran rebelarse, los proles (proletarios).
Los miembros "externos" constituyen la burocracia del aparato estatal (de ahí la necesidad de la estricta vigilancia), viven sometidos a un control asfixiante y a una propaganda alienante que los desmoraliza y les impide pensar críticamente. El estado suprime todo derecho y condena a una existencia poco más que miserable, con riesgo de perder la vida o sufrir vejámenes espantosos, a aquellos que no demostrasen suficiente fidelidad y adhesión a la causa nacional. Para ello se organizan numerosas manifestaciones, donde se requiere la participación activa de los miembros, gritando las consignas favorables al partido, vociferando contra los supuestos traidores y dando rienda suelta al más desaforado fanatismo. Solo con fervor fanático se puede escapar a la omnipresente vigilancia de la policía del pensamiento.