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>>306304
>Tan
"Mmmmmm, pensándolo mejor... No suena como algo lindo" Reflexiona sobre ser llevada a un arbusto por alguien que aparece de pronto. "Digo, es natural como mujer buscar alguien fuerte con quien tener cachorros saludables, ¿Verdad... ? Pero Masaru no es que fuese exactamente el alfa de la manada. Hubo algo más, lo compensaba con mucha determinación y... Eso me pareció bonito"

Tal vez Marie tiene razón y el amor deba tratarse como algo más que un puñado de instintos o la urgencia de la reproducción. Es un tema complicado, y a Tan le preocupa no entenderlo del todo.

"¿Que grite...? ¿Ahora?"

Lo que si entiende la chica can, es sobre tener la moral bien alta sin importar las circunstancias. Por eso es que aprieta los puños y llena su pecho de aire para aullar al cielo:

"¡SOOOOOY LA MEJOOOOOOOR! ¡AWOOOOOOOOOO~!"

Algunas personas las miran con extrañeza o confusión, pero Tan las ignora. ¿Existe algo más estimulante que una inyección de buen animo? Quizás el helado azul con nubes de gomilonas, pero no hay ningún haitiano en la isla que pueda ofrecerlo. El punto es que Tan se siente mejor cuando deja de pensar y brotan de ella un montón de sentimientos.

"Se sintió bien gritar... ¡Deberíamos hacerlo más a menudo! ¡Vamos, Marie, hazlo con todas tus fuerzas! ¡Que te escuchen hasta en Caracas!" Insta la cabo.

El collar con T de Tan que en realidad no es una T, es agradecido con una montaña de afecto. La cabo intercambia entre besitos normales y lamidas, como si no pudiera decidirse así que optó por hacer ambas. La cara de la caballero no tarda en llenarse de saliva.

"¡Oops! Tranqui, aquí tengo un pañuelo"

El día avanza y la costa se empieza a teñir con los colores del atardecer.

"¡Serás las Marie más abobominable de todas! Eso está más claro que el cristal"

Tan en realidad desconoce qué significa esa palabra, pero suena fuerte e imponente como una avalancha, y decidió probarlo en su compañera.

"¡Claro que aceptaría ser abobobominable contigo! Los yetis no tendrán oportunidad. Santa Claus deberá traernos regalos todos los días o sufrir las consecuencias"

A Tan no le gustan los ladrones, tampoco la idea de que gatos y canes anden de la mano. ¿Qué clase de problemas podrían salir de eso? Infinitos piensa ella.

Loba nocturna no tiene dificultad en saltar entre países, parece poseer una gama inagotable de recursos que le permiten tener los aparatos más variopintos como alas para volar por el cielo, o garras para adherirse a las paredes. Su identidad sigue siendo todo un misterio, pero en los tablones de conspiraciones se cree que es una excéntrica millonaria con mucho tiempo libre.

Volviendo con Marie y Tan... La nieve cae con suavidad en el centro de la isla, tapizando todo con una capa blanca y pura. La terraza de una cafetería sirve para cubrirse debajo, y sentarse en un banco para ver el tiempo pasar. Mientras pueden disfrutar de bebidas calientes, Marie chocolate, Tan y Dem café porque son intolerantes al cacao.

Dem: Woof Woof Woof (Y es así como se puede predecir un terremoto con una vejiga de camello)

Luego de de esa larga e informativa explicación que solo Tan entendió, la cabo invita a Marie a competir en una guerra súbita de bolas de nieve. Aunque preguntar es un concepto confuso, más bien le arrojó una por la espalda cuando la caballero andaba pensando en la inmortalidad del cangrejo. La batalla nevada se extendió más de la cuenta. Terminó cuando Marie arrojó a Dem por error confundida por su forma circular y quedó descalificada.

Fue divertido, y Tan quiso seguir jugando. Pero con la entrada de la noche no hubo tiempo de hacer los hombres de nieve, podrían pescar un resfriado. Ademas que Tan teme que su nuevo collar se le pierda, y con la oscuridad y el hielo sea difícil encontrarlo.

"¡Guerra avisada no mata soldado, y si lo hace es por descuidado!" Dice mientras frota el crucifico contra Marie buscando que se le impregne el aroma a caballero negro. "Ahora también olerá a fresquito"

Desde que Marie llegó a la isla, lleva caminando, rodando, jugando, saltando... Procesos naturales cuando tiene a una enérgica chica can instando a seguirle el ritmo. Sabiendo eso podría estar cansada, así que Dem se ofrece a llevarlas hasta la costa donde se encuentra anclado el Venganza del Olimpia. Estar encima del cabo Dem es una forma cómoda de viajar. Es felpudo, circular, y ahora tiene tres metros.

Tan ocupa su lugar junto a Marie, le da consejos para evitar caerse y también le avisa que no jale el pelaje o las orejas.

"Oye, Marie..." La cabo quiere preguntar otra cosa. "¿Te gustaría pasar la noche conmigo? ¡Sería como una pijamada! Creo... En las películas las chicas siempre hacen eso, ¿verdad? Jamás tuve oportunidad de intentarlo"

La cabo mantiene la vista al frente al hablar, como si temiera ver a Marie a los ojos. Quizás sea por la sensación de Deja Vu que trae encima, y el hecho de que todas los forasteros con los que intentó hacer buenas migas, murieron. Véase Masaru, o las hermanas Nishinomiyas que visitaron el Olimpia hace años.

Empieza a creer que quizás está maldita... O que ese Dios del que tanto habla Marie con cariño, la esté castigando por sus acciones. Después de todo, ¿no es una chica cruel? Sabe que tiene un lado sanguinario que a veces no puede controlar, y que sus manos están llenas de sangre de inocente. ¿Podría ser feliz? ¿Tendría que esperar hasta los 30 como su capitana? Son cuestiones que la cabo rara vez se hace así misma, pero esa noche anda más reflexiva de lo normal. Puede que sea por lo tranquilo del ambiente.

Y no solo uno, serán tres. Himekawa y Furuichi (Beelzebub), y Kurusaba (Sekirei).

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