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>Shuusei (Varios usaron los biomechas ¿debería cambiar un poco mi lore para que los personajes no se repitan tanto? O sólo decir que creó la mayoría o algo...)

Shuusei se dirige rumbo hacia Sapporo, al norte de Japón, aprovechando la gran velocidad de Pegasus y el sigilo que las habilidades que diseñó para él podrían proveerle. Una ciudad pacífica y alejada de todo conflicto cerca de una zona rural, completamente ajena a la situación política del mundo, y el lugar que el curtido ingeniero escogió como el nuevo hogar, o en su defecto, el hogar provisorio para sus protegidos y para las víctimas del sangriento incidente. Ha pasado ya algún tiempo desde los lúgubres sucesos que tuvieron lugar en la ciudad de Nagasaki, que él durante un tiempo se dedicó a patrullar de punta a punta día y noche para amparar la vida de cualquier civil del que aquel destello seguido por la destrucción total se haya apiadado preparando una evacuación total. Rescatando pocas o quizás ninguna vida, el Dr. Mehring perseguido por el infortunio y las desgracias acarreadas por una guerra cuyos secretos conoce dentro y fuera del campo de batalla tuvo que lidiar con fatídicos encuentros en medio del rescate, los cuales decidió evitar tras ordenar sus prioridades. A pesar de que tenía la experiencia necesaria para escapar diplomáticamente de la situación sospechosa en la que cierta oponente de Zeon lo había colocado, él decidió utilizar las habilidades de escape de su mecha diseñado para el exilio para escapar directamente de la chica de carácter según él, moldeado como carne de cañón para los intereses de alguien más. No podía evitar sentirse algo apenado por considerar la posibilidad de que alguien haya sido lavado y manipulado así, especialmente a una chica joven como ella, haciéndolo pensar en la chance de que en su ausencia alguien más hiciese lo mismo con su hija. Borró rápidamente el pensamiento de su cabeza concentrándose en sus objetivos, pero, hasta habiendo filtrado completamente todo pensamiento que pudiese alterar sus ondas cerebrales y con eso el funcionamiento del mecha, mordía los labios sintiendo algo de impotencia. Pegasus continúa igual que siempre, avanzando por un cordón montañoso en su "Bioma de Alta Montaña" y con una coloración favorable al ambiente y sin hacer mucho ruido debido al paso suave de su avanzar cuadrúpedo, pero entre todo eso, el rostro de Shuusui se afligía un poco.

(Tanta muerte... tanta gente despojada de su hogar. Esa chica seguramente debe estar enjaulada y encerrada dentro de esa coraza política y bélica que alguien más formó a medida de su propio deseo de mandar y gobernar sobre el resto de la humanidad, sobre gente igual que él... ¿por qué? Mucha gente que haya perdido a sus figuras de cuidado en la guerra pueden estar pasando por lo mismo, o incluso, pueden ser entregadas por ellos mismos si son gente influenciable y alterada por la propaganda...)

El pensar en ausencias paternales hacía eco dentro de la cabeza de Shuusei, considerarlo sólo hizo que atando cabos, llegase a la conclusión que menos quería pensar. Apretó suavemente su puño y rechinó un poco los dientes, pero rápidamente volvió a recuperar la compostura, tomando su expresión facial natural, inexpresiva y entrenada por si misma para estar siempre lista para el anonimato, indispensable para la diplomacia en medio de un campo de batalla si se quiere evitar desperdiciar vidas en situaciones complicadas.

(Muchos deben haber perdido a sus padres sin saberlo mientras ellos daban su vida por alguien más... muchas familias deben preguntarse si esos pilotos algún día regresarán, o si muchos prisioneros de guerra, rehenes por interrogatorios o pilotos varados tras ser sus mechas robados seguirán vivos, quizás dándolos por muertos por no verlos en tanto tiempo, perdiendo las esperanzas. María, por favor, no pierdas tu esperanza ni cierres los ojos, papá regresará pronto... tsk. No debo inmiscuir a esta gente en más problemas de los que ya tienen. Calma.)

Luego de recuperar la estabilidad, realiza unos breves ejercicios de respiración para re-acomodar sus ondas una vez más, tras atravesar un cordón montañoso más, Pegasus arriba en las afueras de la ciudad de Sapporo en un bello paisaje de Hokkaido. Adhiriéndose su mecha a las montañas como si de una araña se tratase, desciende hacia los prados verdes que las rodeaban, deteniendo posteriormente a Pegasus. La máquina central enviaba un mensaje general para quién estuviese montado al mecha, indicando que ya se había llegado al lugar de destino y que para evitar sobrecargas o comandos involuntarios, por favor todos se retirasen de su interior. Los pasajeros comienzan a retirarse, siendo Shuusei el último en bajar. Se coloca frente al grupo de refugiados y comienza a hablar para todo el grupo, con una postura firme y un tono de voz solemne, protocolar y determinado.

-Muy bien... me alegra que hayamos llegado a este punto y que pueda estar diciéndoles esto sin que nada más haya pasado. Siento mucho que no hayan podido continuar en su ciudad natal, pero esto es lo menos que puedo hacer por ustedes como un posible culpable de todo lo ocurrido. Estamos a un poco menos de un kilómetro a pie de la ciudad de Sapporo, donde podrán por ahora continuar con sus vidas en paz. A partir de ahora, están nuevamente bajo su propio cuidado y por motivos personales, no podré permanecer junto a ustedes, por lo que aquí acabará mi protección y son nuevamente libres y ya no deberé ni podré encargarme de su seguridad ni su bienestar. Puede que algunos estén sin recursos y no tengan con qué seguir, pero cubriré eso por ustedes como un último favor, para compensar también el no poder hacer nada más...

Caminando con un paso tan firme como su postura, mostrándose seguro y erguido, el científico se acerca unos pasos hacia su mecha, específicamente, hacia donde estaba la entrada. Sus pasos sonaban ligeros sobre la hierba, tornándose más contundentes al acercarse más a su mecha, dando ese particular aire de artificialidad. Una vez casi dentro, da una serie de comandos numéricos casi apócrifos expresados oralmente, luego de los cuales, una pequeña luz verde iluminaría una pequeña parte del oscuro interior, sin llegar a alumbrarlo, pero llegándose a ver parcialmente desde afuera.

-A5.25100956. Biósfera F55. Habilitar C-4 A5.25100800. INS-15 "Move"

(Creo que es el último restante... darás tu vida por una noble causa, compañero y creación)

Vuelve a salir de aquella tenue oscuridad, esta vez, acompañado por un pequeño mecha de tamaño casi humano de forma arácnida (pic related) con un reluciente color verde en el centro. Hacía un sonido similar al de un insecto al avanzar, ya que estaba creado con propias partes de éstos mismos y Shuusei se inspiraba en la vida para manufacturar su tecnología. Al terminar de acercarse nuevamente hacia la gente, acomoda sus lentes y toma de uno de los tantos bolsillos de su extensa túnica un dispositivo de control inalámbrico, programado a temperatura. Al apuntarlo al arácnido y pulsar una serie de botones, su zona central de color verde se desintegra y sus patas caen al suelo como simples pedazos de hierro inertes, dejando ver de lo que era su interior un sin fin de chatarra en una caja de tamaño medio... pero con colores muy brillantes.

-Serás recordado, antiguo mecha de cargamento... de mis primeras creaciones. Inspirado diversos mecanismos entomológicos, entre ellos, la araña saltarina del Himalaya o el escarabajo atlas... - dice con una cálida sonrisa, sus ojos cerrados y sus dedos acomodando sus lentes - Estas son todas las piezas que me sobran de maquinaria. Muchas tienen valores altísimos, al ser piezas raras, únicas al ser creadas por mi, o material de experimentación... véndanlas y empiecen sus vidas con ese capital. Si alguien quiere saber cómo las obtuvieron... digan que las encontraron como piezas de mechas caídos en la zona de guerra. ¡Sean libres cómo otros no han podido y resistan!

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