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~~Sólo estoy memeando, pero podemos ser aliados. :3~~

>Shusei

Llevaba ya quizás unos dos años alejado del mundo, viviendo en la clandestinidad en las afueras de Nagasaki, llevando una vida sencilla y natural viviendo con el constante miedo de ser encontrado por sus enemigos. Problemas en el pasado lo llevaron a recurrir al exilio como su medida más segura para escapar a la inminente muerte prematura que otros deseaban para él al haberse interpuesto entre asuntos de los Divine Crusaders en los que no debía interponerse, a pesar de ostentar un alto rango como dirigente y como ingeniero dentro de aquella organización rebelde. Se sentía acechado y perseguido, sin embargo, no por aquel pequeño séquito de gente poderosa que deseaba poner a rodar su cabeza y luego exhibirla como muestra de lo que le pueda llegar a pasar a cualquiera que se les interponga, sino por las cosas que le ha tocado vivir mientras estuvo en la guerra, por saber cual es la realidad de la gente que quiere hacerse con el control del planeta sin poder hacer mucho al respecto, por la situación actual que mucha gente inocente debe atravesar a lo largo del mundo sin merecerlo por las mentiras o intereses de gente de más arriba y por el mal uso que se le da a la tecnología y a los mecha, atrasando todo avance científico y descubrimiento. Especialmente, el mal uso que se le daba a su propia tecnología, a su propio esfuerzo y a sus tantas horas dedicadas al estudio, a la manufacturación, al peligro al que constantemente se exponía intentando romper la fórmula clásica de los suits y los mechas y a las tantas horas dedicadas a conseguir rarísimos componentes, piezas o materiales para ejecutar algunas de las funciones que caracterizan a sus máquinas. Varias de ellas deben seguir por ahí, en algún lado ocultas, quizás en posesión de alguien o en algún viejo taller como una rareza, sus mechas rara vez eran de uso militar, sin embargo, unos pocos de su línea "Ghost" estaban orientados al combate y a la guerrilla, por orden de quienes mandaban sobre él en algún momento y llegaron a explotar sus capacidades y su innegable pero al mismo tiempo extraño y curioso talento. Y aún así, a pesar de su misterioso paradero, hay una que continúa con él: el modelo "Pegaso", creado específicamente para el auxilio y las evacuaciones en zonas de guerra y el elegido por él para su operación debido a sus propiedades veloces que favorecerían un posible escape ayudado por sus funciones orientadas al sigilo, al camuflaje y a evitar el peligro. Eso es todo lo que actualmente resta de quién en algún momento fue un ingeniero de honor, reconocido por sus logros por algunos y mal visto por ingienieros de visiones más conservadoras, hoy día un hombre que reside oculto en las afueras de Nagasaki, durmiendo dentro de su mecha camuflado entre las montañas que rodean una ciudad con la que él se siente identificado, una ciudad que recibió el peor castigo a pesar de ser inocente obligándola a dejar una vida, objetivos y familias por detrás.

Como naturalmente solía hacer cada día, sin posibilidad de mucho más, se sentó en una roca a comer un poco de sus provisiones restantes y a beber un poco de agua de río. Su rostro luce inexpresivo y pesimista, pero esboza una corta sonrisa, notándose que aún guarda un pequeño halo de esperanza que alanza su realidad actual tan gris. La vista de la ciudad junto a su silencio y el contacto con la naturaleza hacían que Shusei se sintiese más tranquilo. Intentaba no pensar mucho, pero en su mente afloraban cortas palabras optimistas.

(Sólo será un poco más... más gente se enterará de los oscuros secretos que los altos rangos ocultan y comenzaran a atar cabos para dar lugar a un período de paz)

Repentinamente, sus pensamientos se ven interrumpidos por un destello encandilador seguido a un estridente ruido que parecía ser una explosión. Siguió rápidamente su protocolo de seguridad en caso de ataques explosivos, buscando las superficies más seguras. Al pasar todo el momento, poco demoró en darse cuenta de lo que se trataba, provocando una reacción sobresaltada en él. Una reacción llena de tristeza, rabia e impotencia. No sabía a que se debía, si era una zona de guerra, si venían por él, o lo que fuese, sabía del enorme peligro que esto significaba, sus efectos, sus consecuencias y los afectados que habrían. En una situación como esta, con miles de inocentes heridos o afectados directamente por algo con lo que ellos tenían poco que ver, le daba lo mismo si era atrapado y decapitado en caso de que viniesen por él o si era derribado en medio del fuego. La vida de por quienes luchaba valía más que su propia vida y estaba dispuesto a dar la suya por un bienestar común y por asegurar un futuro estable, lejos del horror político y guerrillero.

(¿¡Pero q-...!? No puede ser... ¿Me han...? ¡No hay tiempo para pensar! Malditos perros cegados por la guerra... todo esto por...)

-¡Pegasus!

A su grito, su mecha se irguió tomando su postura cuadrúpeda y su color blanco con detalles rojos, rompiendo el camuflaje. En movimientos coordinados pero apresurados y acelerados, subió rápidamente al mecha, el cual a saltos y a rápidos pasos, se dirigió a la ciudad de Nagasaki. Observaba con furia pero sin intentar pensar mucho el enorme crater y los restos de mechas que podían encontrarse. Su prioridad era ahora encontrar a cualquier civil desamparado, buscando asistirlo, evuacuarlo y darle una mano en esta situación tan trágica

(El poder de la tecnología es un arma de doble filo puesto a manos de alguien que desconoce como manejar armamento. Miles de vidas valen menos que un simple deseo a ojos de aquellas personas de más arriba... ¿Hasta cuando continuarán dormidos en esta carnicería? Debo buscar más civiles, estén dónde estén, cuidando mi posición...)

-Alteración de temperatura y camuflaje óptico. Bioma: Devastación. - Ahora... necesitaré modificar la estructura. Somos la presa y debemos escapar del peligro a como de lugar...

Shusei luego de hacer un pequeño trabajo de laboratorio sobre la tabla química de su mecha, modificando su estructura sensorial, cerró sus ojos y se concentró, intentando enviar peligro a partir de sus ondas cerebrales hacia su mecha, como también enviar la orden de descender su temperatura para camuflarse entre el gris de los restos de la devastada ciudad, buscando a quién quede o a lo que quede. Avanzaba con sigilo con movimientos similares a los de un espía, oculto ópticamente, evitando zonas de mucha exposición, intentando mantener silencio y no darse a la vista, pero podría llegar a ser visto de todas maneras por la manera de actuar precipitada que estaba teniendo debido al rigor y la tensión de lo ocurrido, que lo hacía descoordinar un poco las funciones, a pesar de su conocida frialdad.

-Adelante, suban. ¡Rápido! Hay poco tiempo que perder y mucho margen de peligro por permanecer en este lugar ahora mismo. Me encargaré de mantenerlos alimentados y seguros durante lo que deba, no estoy armado, no deben asustarse, mi intención es que no se derrochen vidas en conflictos innecesarios inventados por gente sedienta de poder. Apúrense, no desperdiciemos más sangre inocente por conflictos ajenos... - decía para quién lo escuchase, cerca de él al ver a cualquier civil cercano e inocente. Seguiría perimetrando el área posteriormente hasta que ya no quedase nadie

(Ellos mismos se encargarán de llevarse a su propia ruina si siguen trayendo sus conflictos a lugares donde poco tienen que ver... ellos mismos acabarán por ser quién derrote a su propio bando más adelante, cuando la verdad salga a la luz, cuando la verdad salga a la luz...)

~~Intro simple pre-timeskip, pero son libres de responder para reconocer mi existencia o para interactuar, kek~~

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